El Partido Demócrata controlará a partir del próximo 20 de enero el poder ejecutivo, el congreso y la cámara de representantes.
Esto no ocurría desde 1892.
Tal es la debacle ocasionada por Trump. De ese tamaño es su fracaso como político.
Sin embargo, el ególatra pretende volver como candidato en 2024, aunque ello signifique que tenga que fraccionar el partido.
Que nadie tenga dudas de que lo intentará. No en balde su estrategia ha sido presentarse como la víctima de un robo y no como un político derrotado, como el mismo dijo, por el peor candidato que podían ponerle al frente.
Pero, ¿tiene alguna chance el monstruo de materializar su proyecto?
De verdad creemos (y deseamos) que no.
Trump hoy es una vergüenza para millones de norteamericanos. No hay uno solo de los que votaron en su contra que esté arrepentido de haberlo hecho.
Por el contrario, entre sus seguidores cunde la confusión y el arrepentimiento.
Una encuesta reciente revela que, entre los republicanos, la creencia de que hubo un fraude ha perdido 10 puntos porcentuales en las últimas tres semanas.
No tengo ninguna duda que el partido demócrata y poderosos medios e incluso algunos líderes del partido republicano (para impedir que el anaranjado divida el partido) intentarán destruir la imagen del prepotente político.
El tipejo es peligroso para su propio partido político, para las minorías de su país, para el sistema y hasta para el mundo.
No la tiene y no la tendrá fácil y merece un final tan malo como el que él ha causado
Enero 2021
