Destruyamos el capitalismo racista que discrimina y mata a mujeres, negros, pobres, rebeldes

1. Podrán castigar a 10 mil policías por salvajes asesinatos, pero los nuevos policías o gendarmes contratados seguirán libres para matar. Los policías sólo cumplen con su trabajo y las instrucciones dadas por sus gobiernos. Los policías no están contra el negro Floyd o la mujer miserable asesinada en Quintana Roo; la orden se da siempre contra la raza negra, contra todas las mujeres, contra los miserables y contra los rebeldes de clase que no se someten. El capitalismo racista se ha anclado en nuestra mente, en nuestra conciencia. Nos lo han metido desde nuestro hogar, en la escuela, la iglesia, la sociedad. No es asunto personal, aunque duela, todos cargamos el racismo, la discriminación, el desprecio capitalista.

2. En esta nefastísima sociedad de la competencia, la acumulación, el consumismo, el dinero, todos buscan tener mucha propiedad y mucho poder porque de allí se puede tener más y más. ¿Por qué sólo castigar a policías sin hacerlo mejor contra quienes gobiernan? ¿Por qué castigar a quienes asesinan a uno, si se bombardean masacrando a miles? ¿Por qué castigar a quien roba algo, unos pesos para comer, si la práctica de políticos y empresarios a robar 100, 1000, miles de millones? De plano, el mundo está de cabeza y habría que hacer lo contrario para ponerlo de pie. Para ello habría que hacer una revolución profunda, radical económica, política, cultural, buscando la igualdad total en el trabajo, los ingresos, la vida.

3. Las mujeres, que son la mitad de los pobladores del mundo, saben que su enemigo no es el hombre sino la discriminación y el racismo que aplasta a todos: a los negros, a los pobres, a los rebeldes; tienen que luchar en parejo con los hombres contra el capitalismo que las esclaviza y las discrimina. ¿No es acaso ridículo, tonto, sectario, no permitir que los hombres conscientes, luchadores sociales, hagan más grandes y combativas sus luchas contra el capitalismo? El capitalismo incluso se ha aprovechado del mucho atraso de las mujeres para imponerles un concepto de belleza/objeto sexual que propaga en los medios. Ahora los gobiernos otorgan cargos para confundirlas, cuando tienen que luchar en las calles junto a los hombres.

4. En México, como en todos los países, el racismo y la discriminación es contra los pobres y miserables; pero también contra los indígenas por pobres; en tanto que en EEUU la supremacía blanca es contra los negros, los portorriqueños, los latinoamericanos y también contra los africanos, asiáticos, sobre todo musulmanes. Si extirpáramos el capitalismo y toda la putrefacción de nuestra mente: el consumismo, la competencia, el ventajismo, desaparecería el racismo y la discriminación que tantas muertes han provocado. El capitalismo, que jamás se acabará con elecciones y respetando los derechos de personajes de cuello blanco que se han enriquecido despojando al 80 por ciento de la población, sólo será enterrado por mujeres y hombres luchando juntos.



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Pedro Echeverría


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