1. Las escuelas normales rurales surgieron en México en las décadas de los veinte con Vasconcelos en la SEP y con el presidente Cárdenas (1934-40) en los treinta del siglo pasado; fueron producto directo de la Revolución Mexicana. Aunque esta revolución triunfó con principios políticos de la burguesía, la educación fue de urgencia controlarla para evitar que el clero y la ultraderecha sigan dominándola. Sin embargo, a partir de los años cuarenta –a punto de finalizar la segunda guerra mundial- la ultraderecha de gobiernos de Ávila Camacho y Alemán Valdez, con el absoluto apoyo del imperio yanqui, impusieron la reacción a la educación, de la que nunca se libró.
2. En la década de los sesenta –por miedo de los diferentes gobiernos de la burguesía (apuntalados por los empresarios) a las batallas juveniles que provocó en el mundo la revolución cubana- los gobiernos de López Mateos (1958-64) y luego de Díaz Ordaz (1964-70) iniciaron la clausura de los internados de normales rurales que llegaron a ser más de sesenta. Eran internados, cada uno para unos 300 hijos de campesinos y de trabajadores pobres ubicados en todo el país con el objetivo de preparar a maestros de escuelas primarias para que laboraran en las poblaciones rurales en la búsqueda de su identidad, su emancipación, su libertad.
3. Como resultado de una reunión académica al respecto –que hoy publica Laura Poy- los investigadores Arnulfo Morales Dueñas, Juan Manuel Rendón y Teresita Garduño Rubio demandaron al presidente Andrés Manuel López Obrador dejar la simulación y establecer un verdadero diálogo con estudiantes y docentes de las escuelas normales rurales. Señalaron que es necesario escuchar las voces de los estudiantes y garantizar la continuidad del modelo, pero sin desaparecer los internados, los comedores ni reducir su matrícula, además de reconocer la labor del maestro como una profesión de Estado. Las protestas en Ayotzinapa, Mactumactzá, El Mexe y otras son muestras del despertar.
4. La reunión rechazó la propuesta del mandatario federal de entregar becas de manera directa a los alumnos para su sustento y vivienda, pues no soluciona los problemas que afrontan las escuelas normales rurales y el planteamiento parece tener la intención de desconocer su historia y el papel fundamental que el sistema han tenido en México. Se trata de una medida neoliberal e individualista del gobierno que apuesta a la desmemoria, porque los internados tienen una función fundamental en su formación. Son espacios donde aprenden a vivir y convivir en comunidad. Hay una formación en colectivo, donde se crean espacios de debate y diálogo, de construcción de consensos.
5. Dijeron los académicos reunidos que darle dinero a un estudiante normalista para vivienda y alimento es un claro camino a la privatización, es imponer una lógica de lo individual frente a lo colectivo, afirmó Garduño Rubio, pedagoga y directora de la Escuela Activa Paidós. La consigna de López Obrador, "primero los pobres", aquí choca con la pared, se observa muy demagógica, pues todos los Internados de Normales rurales desde hace un siglo –desde que Vasconcelos inició la SEP en 1921- se crearon para ponerse al servicio de los más pobres del país. Para exigir estas demandas los estudiantes de las normales rurales, junto con Ayotzinapa, Mactumactzá y demás estudiantes tienen que plantarse y bloquear calles en serio si quieren lograr sus demandas. (22/VIII/21)