1. Los dos partidos yanquis (Demócrata y Republicanos), como todos los partidos del mundo, hablan del "pueblo" y de la "democracia" como palabras vacías de la que no pueden librarse; sin embargo, la realidad es que viven del dinero del presupuesto que les da el Estado, así como de las enormes cantidades que reciben de los empresarios. El llamado "pueblo" y la "democracia" los usan en sus políticas como hábito vicioso, como estribillo, del que no pueden desprenderse. La ideología de los partidos ha sido siempre –indudablemente- el dinero y el poder y para conseguir uno y otro, sólo necesitan arreglos o acuerdos entre ellos. Por ello se insiste en no usar los términos derecha, centro o izquierda, porque todos no son más de lo mismo.
2. Los partidos yanquis nunca han sido calificados de izquierda o de derecha porque nadie ha dudado jamás que los dos sirven a una u otra corriente de empresarios y que al gobernar lo hacen a favor de los empresarios fabricantes de armas, petroleros, inversionistas, del FMI, BM o de quienes manejan las bombas nucleares. Pareciera que el altísimo grado de desarrollo del capitalismo y de los poderosos empresarios, ha hecho añicos el electoralismo que en algún periodo hablaba del "voto del pueblo". Las candidaturas son siempre designaciones o "selecciones equilibradas", y las elecciones bien preparadas con dinero y acarreo obtienen resultados, firmes la mayoría de las veces, antes de los procesos electorales, mediante arreglos.
3. Los partidos políticos electorales en México han silenciado siempre sus ideologías; han preferido callar su clasificación o ubicación política por su profunda ignorancia o porque es más fácil engañar a la población. Hablan demagógicamente de "pueblo" y "democracia", pero Morena calla que es de Centro, la continuidad del PRD, de Cárdenas, Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y el mismo López Obrador. El PAN no reconoce que es de derecha y guarda silencio de su creación por los empresarios y el clero. El PRI no acepta que hasta 1982 fue de centro, que se hizo de derecha al fortalecerse el neoliberalismo de De la Madrid y Salinas. Pienso que a los tres partidos les da vergüenza hablar de sus orígenes o estado actual.
4. En México, debe reconocerse que nunca ha habido un partido electoral de izquierda porque nadie votaría por él; haría el ridículo como en Francia o Italia, con uno o tres por ciento de los votos. La campaña anticomunista contra la izquierda verdadera sería muy grande en los medios de información impulsada por empresarios, clero y la derecha. La izquierda de verdad no puede ser electoral sino sólo un movimiento de masas radicalizado que luche en las calles, campos, escuelas, fábricas. Además –contrario a los particos electoreros- tiene la obligación de proclamar sus batallas por la lucha de clases, por la igualdad, por el socialismo y el comunismo; pero lo más importante es la creación de cientos de escuelas de cuadros políticos-ideológicos.
5. Si existiera en México un fuerte movimiento de izquierda estaría en las calles y plazas exigiendo que todos los ladrones, multimillonarios, expresidentes y sus gabinetes, exgobernadores (Cabeza de Vaca, Aureoles), grandes negociantes, vayan a prisión. Pero esto en México y los países "civilizados" jamás existirá. En México seguirán los partidos centristas y derechistas, jugándole el dedo en la boca a los trabajadores, engañándolos, mientras los mantienen trabajando, superexplotados, en beneficio del país. Entre tanto partidos y gobiernos juegan a la democracia mientras por acuerdo entre ellos siguen en el poder acumulando riquezas. Si esa dominación sigue, seguiremos lamentándonos 100 años más.