1. Gritan los sinvergüenzas gobiernos y empresarios: “No es posible incrementar el salario mínimo en México, como proponen los socios del TLCAN, porque eso depende del mercado, la competencia y la productividad de los trabajadores. No es un asunto que pueda realizarse por decreto”. Sin embargo, para los trabajadores canadienses y norteamericanos lo menos que debería pagarse a un trabajador mexicano “son 4 dólares, es decir, 72 pesos por hora”. Y según industriales de México, una decisión de este tipo provocaría aumento en la inflación. Pero obvio, "es falso, es un argumento para manipular a la opinión pública porque de cualquier manera se han tenido aumentos de inflación, y no precisamente por los incrementos salariales".
2. Si subiera el salario a 72 pesos la hora en México -como se propone en Canadá y EEUU- en el país el salario mínimo sería de más de 500 pesos diarios; pero con 141 pesos del miserable salario diario mínimo mexicano, obligatoriamente se vive en la miseria y la desesperación. López Obrador repite, con bombo y platillo, que ha subido tres veces el salario mínimo pasando de 88 a 141 pesos: de 88 a 102 en 2019; de 102 a 123 en 2020 y de 123 a 141 en 2021; pero como dicen en México: “ha sido mucho ruido y pocas nueces”. Pero mientras los trabajadores ganan 141 diarios, los funcionarios que rodean al presidente cobran cinco mil y los del IFE y los jueces cobran más de 15 mil al día, cien veces más.
3. López Obrador tiene razón al decir que ha aumentado el salario mínimo más que todos los presidentes: Salinas lo subió de ocho a 14 pesos; Zedillo de 15 a 35 pesos; Fox de 38 a 47 pesos; Calderón de 49 a 60 pesos y Peña de 67 a 88 pesos; López Obrador hasta alcanzar 141; pero no ha dejado de reconocer que es el salario mínimo más bajo (yo diría más miserable) del mundo. Pero frente a la negativa de incrementar los salarios, investigadores han demostrado que "sí se puede aumentar más, pero piensan ilusamente que debe haber voluntad política no solo del gobierno sino de los sectores empresariales mexicanos, que se benefician enormemente maximizando sus ganancias al mantener niveles bajos de salarios".
4. El presidente reconoce que el ingreso mínimo de México es el más bajo de la OCDE, de la que el país forma parte. Sin embargo, a pesar de ser un pilar básico de su gobierno, posee un miedo terrorífico de obligar a un fuerte aumento del salario y un congelamiento de precios. Desataría la ira empresarial y de la derecha, sobre todo sabiendo este sector que en México no se castiga a nadie, a pesar de que hay unos 500 delincuentes entre grandes políticos y muy ricos empresarios. Si los multimillonarios supieran que el presidente López Obrador “no está jugando” y está dispuesto a poner en orden a los culpables de que la población sea cada día más miserable, no habría ningún riquillo que siga acumulando riquezas burlándose del pago de impuestos.
5. Que no olvide López Obrador que cualquier gobierno debe medirse por la reducción o el incremento de pobreza, miseria o desempleo de la población. Al próximo presidente, sea Scheinbaum, Ebrard, Monreal o Encinas, o cualquiera de la llamada “oposición”, tendrá que exigir cuentas a AMLO. Lo más importante nunca serán las obras materiales, sino el bienestar de la población que por siglos ha sido abandonada por todos los gobiernos capitalistas. Espero que no pasen más de 50 años para que la población trabajadores adquiera conciencia. Comprenda que su miseria se debe a la acumulación de riquezas de muchos políticos y empresarios; no a la simple corrupción. Comprendan que la lucha de clases sólo se acabará cuando haya igualdad económica, política, social. (10/X/21)
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