1. "En la primera mitad del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Ejército Mexicano se enfrentó en más de 640 ocasiones con civiles armados en el país. El saldo oficial de estos choques fue de 515 presuntos agresores abatidos, por apenas 89 lesionados y 381 detenidos. Del lado de los militares 21 perdieron la vida. Al igual que sucedía en los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, los soldados siguen matando a más personas de las que lesionan o detienen. Pero la letalidad de las fuerzas armadas ha aumentado: hoy es mayor la brecha entre civiles muertos respecto a los detenidos, entre civiles muertos respecto a los heridos, así como entre civiles y militares abatidos". (Investigación de la publicación "Animal Político")
2. Son datos que a mí me sorprenden, me asustan, porque nunca he estado metido en asuntos de seguridad, pero sí calientan. Si estos datos se investigan más y se prueba que son reales, debe condenarse con fuerza al gobierno de López Obrador; pero si son falsos debe condenarse a los falsos investigadores y escritores, así como a la revista. Ya es un desmadre que los gobiernos nos engañen como quieren y los medios de información publiquen chingaderas (datos y estudios falsos) sólo para joder a sus enemigos. Lo digo porque conozco a fondo a los López Dóriga, Gómez Leyva, Loret de Mola que usando halagos a gobiernos asesinos y ladrones, se enriquecieron como bestias; pero también me fastidian las decenas de halagadores gratuitos de López Obrador, que se dedican a justificar todo su gobierno.
3. En este sexenio, muchos hemos estado muy atentos a lo que sucede; cada día abrimos más los ojos y la mente. Si no queremos ser personas dóciles, muy fáciles de manipular por cualquiera que habla o escribe "bonito", tenemos que ser muy críticos, actitud que se logra leyendo mucho, pensando, escuchando variadas opiniones y contraponiéndolas. Recuerdo a un filósofo que dice: "La gente no piensa, sólo repite lo que escucha en TV, radio o sus amigos". Es decir, no investiga ni mínimamente, ni piensa en la posibilidad de estar equivocado. Sin embargo tengo la convicción que todos los seres humanos piensan y lo hacen a partir de sus problemas cotidianos. Parece que la inmensa mayoría sólo piensa en problemas concretos, asuntos inmediatos, aquellos que rodean a sus vidas.
4. Y no puede ser de otra manera, porque pensar en problemas abstractos que están fuera de nuestra cotidianeidad (Por ejemplo, ¿qué es la vida, qué es el mundo, porqué somos así, podremos cambiar el universo?) se antoja siempre que ese pensar es de locos, una pérdida de tiempo porque son "asuntos sin solución". Mucha gente siempre exige "propuestas concretas" para retirarse, no quiere reflexiones porque lo enredan. "Por ello, dicen los que saben, a la gente le da trabajo y flojera pensar, prefiere repetir lo que escucha en la TV, la radio, en el vecindario; y el gran problema es que esta forma de vivir se multiplica porque es muy cómoda. ¿No es acaso de lo que se han aprovechado todas las gentes para agrandar su poder y con ello dominarnos con facilidad?
5. Use mucho en mis clases en los setenta a Karel Kosic, en su libro: "Dialéctica de lo Concreto" (que no recuerdo a quien se lo di y jamás regresó) hablaba que los seres humanos siempre nos conformamos con ver el "fenómeno", la cosa concreta que se presenta ante nuestros ojos, pero nunca vamos a la esencia, al significado que contiene, jamás analizamos las cosas porque nos da flojera pensar. Y así vivimos todo el tiempo con las cosas concretas que creemos que son todo sin averiguar su contenido real. Por eso la TV y otros medios de información tienen un gran éxito en México y en el mundo. En estos tiempo no la he visto, pero en los setenta y ochenta se decía: "Si ya lo dijo Jacobo en Televisa es que es verdad". ¡Ya lo dijo Jacobo!
6. El poeta español Campoamor decía: "Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira". Mucho más las reflexiones de Nietzsche sobre la verdad al decir: La verdad no existe porque todas son interpretaciones. No existe ni la verdad trascendente ni la inmanente. Por el lenguaje inventamos designaciones para las cosas creyendo rescatar la esencia, y estas designaciones pasan a ser verdades. La verdad no pasa de ser una "designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria", cuyas primeras leyes fueron dictadas por "el poder legislativo del lenguaje", es decir, por el poder. Cuando todos buscan cuál es la "verdad verdadera" se debe saber que la verdad es la interpretación que impone el poder.