Colombia se encuentra ante un escenario inédito y una oportunidad única en las próximas elecciones que se avecinan. Dicho escenario viene dado por una política marcada por la concertación de alianzas, coaliciones y "pactos", cuya aprobación en las encuestas deja ver una ciudadanía que apuesta por el diálogo, la colaboración, y un criterio que escapa del tradicional discurso personero, donde comúnmente los partidos eran un recipiente donde se vertía la aprobación de los candidatos mesiánicos. La realidad latinoamericana también muestra una tendencia hacia el voto pragmático y el "empoderamiento ciudadano", más que un voto con peso ideológico o presa del pánico. El triunfo del polémico Perú Libre en las elecciones del 2021 en Perú y el triunfo de Boric de Chile en los comicios del mismo año, son el resultado de acuerdos explícitos y tácitos en el que confluyen diversos intereses y creencias que cooperan para enfrentarse a "enemigos" comunes y amenazas críticas.
Un año antes de los triunfos de la izquierda en Perú y Chile, Luis Arce demostró que el pueblo boliviano no había renunciado a un proyecto de país, sino que el descontento que resultó en la asunción al poder de Jeanine Áñez fue una respuesta a los intentos cuestionables de Evo Morales para perpetuarse en el poder a través de artimañas legales: es decir, nunca se trató de un apoyo rotundo "al cambio", como la oposición intentó hacer ver. Una vez descartado el intento de perpetuarse en el poder por parte de Evo, las aspiraciones de las alianzas conservadoras bolivianas y su discurso que usurpaba al de la voluntad popular fueron rotundamente rechazados en las urnas, resultando en la vuelta al poder del MAS, precisamente el proyectó que encabezó con anterioridad Evo Morales y ahora dirige el presidente Luis Arce.
Al otro lado del atlántico, la alianza de gobierno entre el Partido Socialista español y Podemos está recibiendo constantes elogios de Bruselas, a mucho pesar del Partido Popular y para regocijo de Vox: partido neofacista que se presenta como el único capaz de enfrentarse a la amenaza "comunista". Esto sobre todo ante el pronóstico de que pueda erigirse nuevamente en el poder una coalición de izquierdas a través de una posible candidatura de Yolanda Díaz; en Copenhague los socialdemócratas pierden el poder de forma sorpresiva, no dejándolo en manos de sus opositores reaccionarios y conservadores, sino en las de los anticapitalistas, es decir, sus competidores a la izquierda. Alemania, ejemplo de una historia política de diversos pactos y coalicionesi, culmina con el reciente acenso al poder del SPD (Partido Social Demócrata Alemán) y un nuevo proyecto de alianzasii que deja a sus antiguos socios de la Unión Democrática Cristiana (CDU) y de la Unión Social Cristiana de Alemania (CSU) en la oposición. iii
La mención a estas distintas realidades, permiten señalar algunos aspectos que comparten con el proyecto actual del Pacto Histórico, y, mientras el común denominador de la centroizquierda alemana con la propuesta colombiana se basa en la voluntad de ésta de trabajar con sus opositores –ya son bastante conocidas las constantes pero fallidas invitaciones a unirse, por parte de Petro, a sus rivales políticos de la Coalición de Centro Esperanzaiv-, por otro lado, comparte con gran parte de los otros partidos el haber sido víctima de calificativos y discursos políticos que no apelan a la racionalidad ciudadana sino a los temores y miedos.
Para beneficio de unas elecciones mucho más sanas, los sectores opositores al Pacto Histórico, para estos nuevos comicios, no han podido apelar al mismo recurso del miedo al "chavismo". El miedo al proyecto castro-bolivariano-comunista, con los recientes sucesos de Latinoamérica y una izquierda que ha disipado y hecho fallida la profecía arrojada hacia muchos países de "volverse Venezuela"; aunado al hecho de que el conservadurismo y la reacción colombiana han sobre explotado este recurso -con el que lograron colocar en el poder al candidato de Uribe, Iván Duque-, ha desgastado tanto la estrategia que no le ha quedado más alternativa a la reacción que calificar El Pacto Histórico como una propuesta de "ultra izquierda".
Sin embargo, acá es donde los términos se tambalean y la reflexión crítica se hace necesaria para concebir diferencias, similitudes, y resaltar el porqué de esta oportunidad única. Se trata de promover la toma de decisiones coherentes frente a los próximos comicios, ignorando los calificativos que apelan al miedo. La realidad peruana podría servir para tal fin, y valdría la pena estudiar los actuales eventos de ese país, su desarrollo, y establecer paralelismos con la realidad colombiana para reflejar cómo los temores infundados no deberían ser la directriz que determine el voto. Colombia no puede perder esta oportunidad sin precedentes para una transformación más inclusiva de sus instituciones.
UN CAMBIO EN LAS INSTITUCIONES, UNA COLOMBIA MÁS INCLUSIVA
Daron Acemoglu es un economista del MIT que elaboró un estudio sobre la importancia de los cambios dentro de las instituciones políticas y económicas en coyunturas críticasv para el progreso de las naciones. En ese sentido, uno de los eventos más importantes que resalta en su estudio es el de la "Revolución Gloriosa" que ocurrió en la Inglaterra del año 1688. La misma es considerada por el autor, dado el cambio de sus instituciones hacia una mayor "inclusividad", una de las razones principales que permiten explicar el que fuera en ese país, y no en otro, donde se diera la revolución industrial ¿Pero a que se refiere con "inclusividad"? ¿Y por qué es tan importante tenerla en cuenta ahora para las elecciones colombianas?
En resumidas cuentas, se trata de una mayor participación de diversos intereses a la hora de proponer y ejecutar cambios institucionales, llevándola a transformar en algún grado el modelo de privilegios "extractivista": éste que consiste en configurar los estados y sus instituciones para beneficio de unos pocos –élites burocráticas, económicas, mafias- a costa del bienestar de las mayorías. Se trata de encaminar el estado extractivista, a través de dichas transformaciones, hacia uno que brinde mayores oportunidades para la autonomía, participación y el desarrollo colectivo. Vale mencionar que los criterios de este estudio son aplicables tanto a naciones con gobiernos considerados "democracias" como para aquellos tildados de "autoritarismos". Se trata de problemáticas que van más allá de las ideologías y se centran en la manera en que se configuran las instituciones políticas y económicas.
El autor del estudio señala que para que sean posibles estos cambios son fundamentales las "concertaciones" que se producen en coyunturas críticas, son ellas las que pueden ofrecer una posibilidad de transformación real, precisamente porque viene dada por un conjunto de intereses diversos que se ven obligados a cooperar, y donde ninguna sección puede imponerse sobre otra al no contar con un poder absoluto. Con esto se evita la conformación de un estado que garantice los privilegios sólo de un sector a costa del bienestar de otros y de la ciudadanía misma.
Sería conveniente evaluar la realidad de la abusada Venezuela y el actual Perú, porque permitirían comprender tanto los miedos infundados como los peligros por venir, dados ciertos indicios y circunstancias que fueron característicos de cada proceso. Perú Libre es un partido que se declara en su programa como "Marxista Leninista Mariateguista"vi, términos que pueden llegar a despertar cierto temor en Perú, sobre todo teniendo en cuenta que varios de estos calificativos coinciden con la autodenominación del grupo terrorista Sendero Luminoso e, incluso, existen acusaciones de vínculos de ciertos miembros del partido con remanentes de dicha agrupación. Estas acusaciones a su vez han servido a los medios y sectores opositores para generalizar y calificarlos de "terroristas".
Sin embargo, los intereses de dicho partido, encarnados en la figura de Vladimir Cerrón, su líder, no han podido imponerse en el Perú, y son constantes los desacuerdos que se expresan entre el líder del partido y el actual presidente Pedro Castillo. Así mismo, cabe destacar que la victoria de éste no se debió a un apoyo rotundo al programa o discurso del partido, sino que fue consecuencia de un conjunto de circunstancias que han hecho de la actual situación de ingobernabilidad, o las diversas trabas que la oposición le ha impuesto al gobierno, una predicción cumplida por parte de sus votantes. Por otro lado, el cálculo acertado constituye una refutación al argumento de sus detractores, dejando en evidencia que no fue sino un miedo infundado, lleno de predicciones fatalistas incumplidas, las que sirvieron de sustento a los que dieron su voto a Keiko Fujimori mientras alegaban que era su deber "salvar la democracia", "salvar la economía" y "no volverse Venezuela".
Se trata del acuerdo tácito de un conjunto de intereses diversos que pronosticaban en su cálculo político que, en el peor de los casos, sucedería esta situación de ingobernabilidad si ganaba Pedro Castillo, y, en cambio, lo que vendría sería una completa destrucción de la poca independencia de las instituciones democráticas peruanas de permitir el acenso al poder de una candidata con diversos procesos abiertos por corrupción, lavado de activos, y una familia acusada incluso de narcotráfico, donde la figura principal que da peso a su apellido cumple actualmente una condena por delitos contra los derechos humanos (asesinatos y secuestros)vii y donde otras figuras cercanas , terriblemente emblemáticas como Vladimiro Montesinos, continúan ejerciendo influencia desde la prisión sobre los procesos políticosviii.
De hecho, fue "el temor a convertirse en Colombia", un país con una reputación externa fundada en la calidad de su café, algunos narcóticos, los presuntos nexos de la derecha política, la corrupción, el paramilitarismo y el narcotráfico, así como una cantidad considerable de asesinatos a líderes sociales, uno de los discursos más recurrentes dentro de aquellos que engrosaron el apoyo al candidato de Peru Libre, y llevaron las cifras de un redondeado 16% en primera vuelta a más del 50% de los votos confiriéndole la victoria. Por otro lado, hay que resaltar que el apoyo a la candidata rival fue inferior, con un redondeado 13%, y, aunque las elecciones fueron reñidas para la segunda vuelta, es imposible no admirar el resultado cuando todos los intereses de los grandes dueños de medios de comunicación, empresarios y políticos tradicionales, se alinearon en una campaña fulminante e intensa de terror, con inyecciones masivas de dinero y un bombardeo de mensajes a través de medios y redes, destinados a conducir la opinión pública a votar por Fuerza Popular y apelando a la irracionalidad de la ciudadanía más que a un criterio pragmático u objetivo.
¿Qué demuestran estos eventos y la actual situación política en Perú? Se trata de la importancia del voto estratégico y la confluencia de diversos intereses a la hora de plantear cambios efectivos. La victoria de Perú Libre fue una alianza tácita, no expresada, a diferencia de la que determinó la victoria de la izquierda en Chile, llevando a Gabriel Boric al frente del Palacio de la Moneda. Actualmente el gobierno de Pedro Castillo ha tenido que maniobrar y hacer contorsiones para poder sobrevivir, incorporando en su gabinete desde miembros de otros partidos acusados por los más ortodoxos de "izquierda caviar", hasta figuras polémicas que han despertado el disgusto de sus mismos votantes. Hoy, el gobierno de Castillo logra el apoyo del congreso para su gabinete ministerial, mas no sin figuras polémicas como el ministro de salud; este es el cuarto gabinete del gobierno de Pedro Castillo, liderado por el respetable abogado Aníbal "el caníbal" Torres. ix
UN DESGASTE EN LA ESTRATEGIA DEL MIEDO
Son experiencias como estas las que deben orientar el voto estratégico de Colombia, sobre todo si aún persisten los temores de "una extrema izquierda que arruine al país y la democracia". Las circunstancias son totalmente distintas a las del referente occidental de fracaso por excelencia en el siglo XXI: volviendo a los criterios que usa Acemoglu en su reflexión, Venezuela es el ejemplo perfecto de una transición en un contexto de hastío a la clase política tradicional, en una economía en recuperación, y a una década de una conmoción social que sería clave en el ascenso del poder de la figura de Chávez. En estas circunstancias, el pueblo termina por dar todo el poder a un grupo reducido de personas, y, más aún, a una sola persona. El Movimiento Quinta República (MVR), fue el partido que abanderó a Hugo Chávez durante las elecciones de 1998 y, se supone, iba a los comicios en coalición dentro del Polo Patriótico. Sin embargo, en éste no hubo un proceso de competencia de elección de candidatos, como el que se presenta el próximo 13 de marzo en Colombia para elegir los líderes de las coaliciones y a los miembros del congresox. Se trata, a diferencia de la actual experiencia colombiana, del hecho de que, aun cuando se pronostique el triunfo del candidato de Colombia Humana en el Pacto Histórico, existe una participación y una consulta que estuvo ausente en la realidad venezolana, y por tanto constituye un acto simbólico que los distingue en las prácticas institucionales.
Con esto la coalición que se presenta en el Pacto Histórico es de naturaleza distinta, pues aquella representada por el proyecto bolivariano semejaba más un proceso de anexión de los diversos partidos del Polo Patriótico al candidato del MVR. En éste proceso no hubo otro rostro que pudiera enfatizar el carácter cooperativo y diverso de un proyecto. Posteriormente, las elecciones confirmaron este personalismo, dando como resultado una diferencia abismal de votos: el MVR concentró una aterradora suma del 40,0 % de los votos totales, una cifra que igualó, en un solo partido, al de la suma de todos los partidos opositores y que sólo necesitó un mínimo aporte de los demás socios de la coalición para concretar su victoria.
Esta concentración de poder se terminó de concretar en el proceso constituyente, donde el MVR y confluencias obtuvieron un 125 de los 131 asientos encargados de redactar la nueva carta magna. No hay que detenerse en el otro gran conjunto de diferencias que ya deberían confirmar lo que la realidad de las otras naciones latinoamericanas y distintas coaliciones de izquierda ha demostrado: la realidad de Venezuela era única, y no halla equivalencias en procesos o proyectos recientes que permitan calcular, con el pánico profético de los grupos reaccionarios, una debacle política como la que acaeció en la hermana república. No existe una influencia considerable de los candidatos de El Pacto Histórico en las instituciones militares, y el principal rostro de la coalición colombiana es un economista al que no se le debería seguir exhumando su pasado como guerrillero para señalar un supuesto indicio del fatídico destino. No olvidemos, y es tan falaz apelar a este argumento como la afirmación anterior, que líderes valorados positivamente a nivel mundial como Pepe Mujica también fueron guerrilleros, por lo que recordar el pasado de ambos para apresurar conclusiones muestra más arbitrariedad que objetividad en las valoraciones.
PROYECCIONES PARA COLOMBIA
Es en este sentido que resulta importante evaluar cuál de los escenarios futuros para Colombia va a permitir, y hasta obligar, la cooperación de intereses diversos que permitan lograr cambios dentro de las instituciones políticas extractivas, éstas que son tan características de nuestra región y que, basándonos en las tesis de Acemoglu, son la verdadera causa de nuestro "subdesarrollo". Por otro lado, hay que diferenciar aquellas coaliciones que no son producto de la intención cooperativa en aras de un cambio, sino que son "coaliciones reactivas": coaliciones que surgen justamente en representación de los intereses de élites tradicionales, y existen para enfrentarse a aquellas que constituyen una amenaza a sus privilegios.
Dentro de las coaliciones que se disputarán la presidencia se encuentran el Pacto Histórico, Coalición Centro Esperanza, y el Equipo por Colombia, y es evidente que sólo las primeras dos representan una propuesta que, al menos en discurso, buscan enfrentarse a la hegemonía Uribista tradicional y a aquellos intereses de clase cercanos. Por tanto, es en las primeras dos propuestas donde debe ponerse el foco y las esperanzas de un cambio para Colombia. De estas dos, hay que evaluar aquellas propuestas que obliguen a la cooperación. Sólo así, quizá, pueda evitarse un escenario convulsivo como el que representó la competencia descarnada entre el PSOE y PODEMOS en España, y que imposibilitó durante mucho tiempo un gobierno de coalición, situación especialmente dada por la resistencia del PSOE.
Hay que resaltar que no sólo esta alianza de izquierda está cosechando sus triunfos, sino que el vecino Portugal es otro ejemplo más de los acuerdos eficientes. Actualmente, el Partido Socialista de Portugal gobierna en mayoríaxi, pero dicha aceptación surge de una primera coalición de izquierdas (Partido Socialista, Bloco de Esquerda y Partido Comunista) que triunfa en el 2015xii y, contra todo pronóstico y una estrategia diferente a las políticas de austeridad, logra reafirmar su liderazgo para el 2022.
Es por eso que proyectando los escenarios ideales para el logro de transformaciones institucionales político-económicas necesarias, también es fundamental reconocer cuál de las propuestas muestra una mayor disposición al diálogo y cuáles a la exclusión. La vieja resistencia del PSOE podría encontrar un paralelismo en las actitudes de la Coalición Centro Esperanza, la cual mantiene dentro de sus candidatos una postura renuente a la alianza con El Pacto Histórico que data incluso desde las elecciones del 2018. Esto hace que no sea un escenario muy probable el de las negociaciones si ganara la Coalición Centro Esperanza, aun cuando insistan que serán ellos, mientras rechazan un gran pacto, los que de ganar "convocarán a los extremos"xiii.
Dada esta posibilidad, y una vez se ha dejado claro que la concentración de poderes en grupos reducidos es una potencial amenaza para el cambio de las instituciones extractivas por otras más inclusivas, el mejor escenario para Colombia sería el de una victoria del Pacto Histórico superior a la de la coalición Centro Esperanza en las legislativas, sin que una mayoría aplastante quede en manos de su grupo. Esto tendría que venir en detrimento de un congreso caracterizado por la hegemonía de centroderecha y la derecha. Lamentablemente las encuestas apuntan que el congreso seguirá estando en manos de la derecha, con los Conservadores, Liberales, Radicales, los de la U y el Centro democrático, sumando en su conjunto más de la mitad de los votos. Esto hace más probable un posible escenario de ingobernabilidad o de difícil gobernabilidad en una futura presidencia del Pacto Histórico asemejándose a la realidad peruana.
Posterior a las elecciones legislativas, se conocerán de forma oficial los candidatos que competirán por la presidencia y liderarán las respectivas coaliciones. En este caso, la probabilidad de obtener la victoria será mucho mayor para el Pacto Histórico si va a segunda vuelta contra el Equipo por Colombia (coalición de derecha y derecha extrema), puesto que, de enfrentarse a la Coalición de Centro Esperanza, es más probable que los votantes conservadores y reaccionarios sucumban ante el temor infundado de "la extrema izquierda", dándole la victoria a un partido que se ha mostrado renuente a trabajar con aquellos que proponen cambios más profundos. Este sería sin duda un escenario más complejo en comparación a otro donde los votantes del Centro Esperanza tengan que elegir frente a los aliados del uribismo y la propuesta de cambio. Por otro lado, de llegar al poder El Pacto Histórico, habrá una mayor disposición de éste a trabajar con los representantes del Centro Esperanza, siendo parte de su electorado los que hicieron posible la victoria.
El futuro de las alianzas por supuesto no debe llevarnos a escenarios en extremo pesimistas o ingenuos. Colombia es un país que viene de un largo continuismo de gobiernos de derecha y el deterioro del país continuará a ritmo sutilmente progresivo de erigirse nuevamente en el poder. Con esto, la amenaza de una destrucción agresiva de las instituciones que todavía pueden conservar ciertas virtudes no está tan patente como lo fue en el caso peruano. Perú podía temer arrastrar al país con una mala elección de representantes hacia una realidad complicada como la colombiana, respecto a la corrupción, el narcotráfico, y la injerencia exagerada de mafias en las instituciones y la propia integridad de personas que luchan por cambios. Pero Colombia ya es Colombia, por lo que es el continuismo de esta realidad lo que se presenta con una nueva victoria de la derecha.
Por otro lado, con un congreso (Cámara de Representantes y Senado) dominado por la derecha, un futuro triunfo del Pacto Histórico encontrará infinidad de trabas para poder ejecutar cambios estructurales de gran envergadura y que permitan superar los actuales problemas de la nación. Precisamente el dominio de la derecha es de cuestionable legitimidad democrática, siendo Colombia un estado que se considera vulnerado en su autoridad y donde su capacidad para ejercer las leyes está casi ausente en diversas zonas del país. Éstas yacen gobernadas o influidas por alianzas de antaño entre élites económicas y paramilitaresxiv. En este sentido, ya sería un logro tremendo para la democracia si Colombia, de la mano de una coalición donde existen posturas que creen en la eficacia del estado, lograra hacer penetrar la autoridad del gobierno central en esas zonas regidas por gobiernos paralelos de facto. Esto no es una propuesta "comunista", pues está también dentro de las tesis de Acemoglu "el centralismo" como una de las características que, junto a la de la inclusividad de las instituciones, hacen probable el éxito de las naciones.
Hasta ahora las encuestas dan por sentada una victoria de Petro en los distintos escenariosxv, pero sólo queda esperar a que esta nueva oportunidad para Colombia siga manteniéndose impulsada por el espíritu transformador de alianzas estratégicas. Esto permitiría abalanzarse en contra de las instituciones extractivas imperantes y tal vez lograr, de la mano del impulso de la concertación, y protegida por el contrapeso de la diversidad, los cambios que constituyen apenas un punto de partida para una Revolución Gloriosa a la colombiana.
Referencias:
https://www.dw.com/es/alemania-cdu-y-spd-acuerdan-gobierno-de-gran-coalici%C3%B3n/a-42476538
ii https://www.lavanguardia.com/internacional/20211207/7913126/merkel-scholz-gobierno-tripartito-alemania-firma-acuerdo-coalicion.html
iii https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58700904
iv https://www.elespectador.com/politica/petro-insiste-y-pide-reunion-entre-coalicion-centro-esperanza-y-pacto-historico/ ; https://www.semana.com/confidenciales-semanacom/articulo/petro-asegura-estar-dispuesto-a-unirse-con-fajardo/696543/
v ¿Por qué fracasan los países? Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza (2012). Daron Acemoglu, James A. Robinson.
vi https://perulibre.pe/wp-content/uploads/2020/03/ideario-peru-libre.pdf
vii https://elpais.com/internacional/2009/04/07/actualidad/1239055212_850215.html
viii https://elpais.com/internacional/2021-06-27/el-regreso-del-gran-conspirador-de-peru-vladimiro-montesinos-intenta-urdir-un-complot-electoral.html
ix https://larepublica.pe/politica/2022/03/08/voto-de-confianza-en-vivo-gabinete-torres-expone-ante-en-el-pleno-del-congreso-para-obtener-la-confianza-pedro-castillo/
x https://www.eltiempo.com/elecciones-2022/actualidad-electoral/elecciones-13-de-marzo-que-se-elige-y-como-votar-en-colombia-2022-656588
xi https://www.eldiario.es/internacional/partido-socialista-gana-portugal-sondeos-pie-urna_1_8702311.html
xii https://elpais.com/internacional/2016/11/26/actualidad/1480191566_577866.html
xiii https://confidencialcolombia.com/lo-mas-confidencial/fajardo-rechaza-la-mano-extremista-de-petro-y-critica-que-usa-el-todo-vale-para-lograr-votos/2021/12/22/
xiv Paramilitares y autodefensas. 1982-2003 (2006). Mauricio Romero.