Todo el sistema económico del dólar bajo el cual todos hemos vivido tiene su raíz en una moneda virtual que se basa en la escasez y el control del mundo financiero artificial.
Ese sistema está llegando a su fin. Su fecha de nacimiento fue el 15 de agosto de 1971, cuando el dólar renegó el patrón oro, una decisión autodestructiva porque creó una economía mundial paralela basada completamente en la creación de una deuda interminable en lugar de la economía tradicional milenaria que funciona con el oro como la milenaria referencia de valor y con alta productividad en bienes y servicios.
Todo el sistema médico mundialista se orienta a la ganancia de una industria farmacéutica basada en la escasez y la privación de medicamentos no farmacéuticos. Los ataques interminables de la FDA contra la ivermectina, las hierbas medicinales y los suplementos nutricionales son parte de una guerra contra la humanidad para privar a las personas de medicamentos asequibles y abundantes que pueden salvar vidas y hubieran puesto fin a la pandemia del covid. Cuya tasa de mortalidad entre infectados era apenas del 2%, igual que las gripes estacionales.
Es un espectáculo que no contemplamos en las capitales de los países que Biden denuncia como Autocráticos y castiga con sanciones abusando del control del dólar virtual sobre los circuitos de la economía financiera mundial donde todo es riqueza virtual, porque dinero y riqueza son dos cosas distintas.
Riqueza es abundancia asequible de cosas útiles o necesarias. El dinero es sólo un vehículo para movilizar el comercio de los bienes y servicios, por eso conviene que el dinero tenga una referencia estable de valor internacional. Eso es algo muy distinto al dinero virtual creado por la Federal Reserve golpeando teclas en un teclado. Es así como el globalismo creado por la economía financiera tiene fecha de nacimiento y, también tiene fecha de muerte. Su agonía comenzó el 24 de febrero del 2002 con la operación militar rusa en Ucrania en abierto desafío a la supremacía militar de la OTAN que utilizó al histriónico payaso que gobierna en Kiev para evitar que no aplicasen los acuerdos de paz en el Donbas alcanzados en Minsk e intentase someter a los rebeldes del Donbas usando la artillería y demás armas del ejercito ucraniano durante 8 años, con lo cual mató a 15000 civiles ucranianos de origen ruso y provocó la operación militar rusa para acabar con esa carnicería.
El Presidente Zelensky un títere manipulado por los globalistas de Bruselas, que al rehusar la aplicación de los acuerdos de Minsk dejó a Rusia sin otra opción que intervenir para desarmar a los criminales que usan al ejército ucraniano para asesinar civiles ucranianos porque no reconocen el gobierno instalado en Kiev con un golpe de Estado organizado y supervisado personalmente, desde la Plaza Maidan por la Sra. Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado del gobierno de Washington.
Biden anunció desde mucho antes del 24 de febrero que Rusia iba a invadir a Ucrania. Una predicción fácil como que sus agentes estaban trabajando para dejar a Putin sin otra opción que invadir a Ucrania para desmilitarizarla y evitar una masacre de civiles en el Donbas.
Estados Unidos o Reino Unido los adalides del Globalismo se distinguen del resto del mundo por la abrumadora cantidad de personas que se ven durmiendo en los portales, en cajas de cartón, rodeados de montones de basura más altos que los autos estacionados en la calle donde también duerme gente. Es imposible caminar por muchas zonas de New York o Londres, capitales mundiales del Imperio de la riqueza financiera virtual sin toparse con drogadictos que piden limosna.
Ese espectáculo no existe en las ciudades de los países regidos por supuestas Autocracias. Hay un gran contraste entre el espectáculo nocturno de las capitales de los países regidos por supuestas Autocracias y las calles de estos imperios financieros occidentales cuyos dirigentes políticos se jactan, sin pausa, de su "igualdad, libertad y democracia".
Los idiotas que viven allí se creen el cuento a pesar de la miseria con la que tropiezan todos los días cuando recorren de noche las calles de New York, la capital mundial del mundo financiero. Hay que estar cegado por la incesante y mentirosa propaganda para no darse cuenta de que eso es solo una mentirosa ilusión que no los deja percibir que, de hecho, son esclavos de un sistema oculto detrás de una fachada muy luminosa que oculta una evidente miseria que no es un espectáculo bonito para visitar después de la cena en alguno de sus lujosos restaurantes cosmopolitas.
El espectáculo nocturno que presentan las calles de las capitales de los democráticos de origen países anglófonos occidentales no son un ejemplo para contemplar en un paseo después de la cena. Un verdadero contraste de miseria al lado de opulencia. Hay un visible contraste en el aspecto y seguridad nocturna entre los países de "dictadura autocrática" y los supuestos faros de la democracia.
Pero, por supuesto, la culpa de esos espectáculos de miseria es de las Autocracias que rigen estadistas tiránicos como Vladmir Putin en Rusia y Xi Jinping en China que por envidia quieren destruir la prosperidad que reparten las virtuosas y ecuánimes democracias anglosajonas.
Washington y Londres son las capitales del Imperio de riqueza virtual que es Deuda que abarca todo el sistema económico occidental globalista bajo el cual todos hemos vivido desde 1971 cuya raíz es el dólar sin fondos la escasez y control artificiales.
Ese sistema está llegando a su fin.
Es autodestructivo porque se basa completamente en la creación de una deuda interminable en lugar de la productividad.
Su sistema médico se basa en la escasez y la privación de medicamentos lo cual eleva los precios a niveles inaccesibles para quien vive de un salario, contemplamos la idea de un paseo después de la cena. Un verdadero contraste. Los países de la "dictadura" y los supuestos faros de la democracia. Pero, por supuesto, estos imperios occidentales hablan de "libertad y democracia" y los idiotas que viven los mitos globalistas sobre igualdad y libertad creen la ilusión sin darse cuenta de que, de hecho, son esclavos de un sistema oculto detrás de una fachada de precaria riqueza virtual cuya realidad es deuda infinita.