Scheinbaun o Ebrard, decisión de AMLO, imperio, empresarios. Pueblo vota dirigido y acarreado

1. Me sé de memoria las maniobras en las selecciones de candidatos presidenciales del PRI desde 1957, cuando López Mateos, siendo secretario del Trabajo, fue el escogido para reprimir con brutalidad el movimiento ferrocarrilero de Vallejo, la lucha magisterial de Othón, las protestas estudiantiles por el cierre del internado del Poli y a todos los movimientos que despertaron en ese período para dar solidaridad. El presidente Ruiz Cortines tenía a tres suspirantes del cargo, pero tuvo que consultar con el imperio yanqui y los empresarios para luego los de la CTM, CNC y CNOP declararan que “en sus respectivas asambleas los trabajadores se pronunciaron apoyando al más inteligente, honrado y digno de los hombres de México”.

2. Me recuerda la película de Carlos Saura, “Antonieta”, que cuenta cuando el iluso José Vasconcelos (que se sentía conocido en América) creyó en 1929 que ganaría la Presidencia a Ortiz Rubio (totalmente desconocido), pero sumaba el apoyo absoluto del entonces expresidente Calles, del presidente Portes Gil, de los empresarios y, sobre todo, del imperio. El pasaje más importante es cuando el embajador yanqui se burla, se ríe, de Vasconcelos al decirle –con semanas de anticipación- que él no será presidente porque todo está arreglado. Este pasaje prueba que todo se arregla antes de las elecciones y que éstas y los votos sólo son una farsa. Vasconcelos no se suicidó pero Antonieta, su novia gran burguesa, sí.

3. El gobierno de López Obrador, como todos los anteriores, está obligado a negociar todas sus políticas con quienes realmente mandan en el país: no es lo mismo gobierno, Estado y poder. AMLO tiene el gobierno pero quienes mandan son los más poderosos millonarios de México y EEUU. Él no puede decir a mí me gusta la Scheinbaun o el Ebrard, porque del otro lado le podrían responder: a nosotros nos gusta el Claudio X o el embajador de risa yanqui, el tal Ken Salazar. México con 130 millones de habitantes –sólo superado en América por EEUU y Brasil- con fuerte endeudamiento y con más de 10 millones de trabajadores en EEUU, en cualquier política tiene que consultar, desafortunadamente, con su vecino yanqui.

4. En1987 el PRI seleccionó a seis altos funcionarios como sus precandidatos: Ramón Aguirre, Manuel Barttlet, Alfredo del Mazo, Sergio García Ramírez, González Avelar y Salinas de Gortari. Se sabía con mucha anticipación que Salinas sería el seleccionado porque había actuado en el sexenio como “el poder tras el trono” del presidente De la Madrid; sin embargo se dio un caso chusco: en medio de las criminales secrecías entre los seleccionadores, se dijo que al fin el nombrado como candidato fue García Ramírez y la noticia se difundió en todo el país y en el extranjero en dos minutos. Fue gigantesca la noticia que en esos dos minutos tuvo que desmentirse porque fue Salinas de Gortari el nombrado. El llamado pueblo, inexistente.

5. No importa quién sea nombrado con acuerdos entre AMLO, los empresarios y el visto bueno del imperio; sería una Presidencia más que atacará problemas sin trascendencia y hará a un lado la batalla por la igualdad de los seres humanos a partir de la expropiación y repartición de todas las riquezas y privilegios que hoy están en pocas familias. Como podrá verse, no es un asunto de presidentes o de partidos políticos; se trata del desarrollo de la conciencia de lucha por la igualdad; batalla siempre prohibida, bloqueada, reprimida, por los que controlan el poder. Sólo cuando las masas de la población decidan acabar con la burguesía explotadora y opresora con sus luchas en las calles, las fábricas, el campo, las escuelas, se podría enterrar la desigualdad.


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Pedro Echeverría


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