La victoria electoral de Petro en Colombia sucede en un contexto muy significativo en cuanto al alejamiento entre Estados Unidos e Iberoamérica.
La época en que Estados Unidos hospedó una Cumbre de la Asociación de Estados Americanos (OEA ) y abuso de su papel de anfitrión para excluir de la reunión a los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, un hecho que provocó una muestra de solidaridad hispanoamericana. distanciamiento.
El hecho más destacado fue que el Presidente del Gobierno de México, Manuel López Obrador, se negó a asistir en protesta por la exclusión de las tres naciones iberoamericanas y envió a un funcionario diplomático. menor rango.
Los Presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador se abstuvieron de asistir por el mismo motivo. Esta postura valerosa y solidaria se asumió sabiendo que cerca de Washington cataloga como hostil a quien no se pliega a sus designios, pero lo hicieron de todos modos.
Después de doscientos años bajo la imperialista doctrina Monroe, Iberoamérica ya no tolera ser el patio trasero de Estados Unidos. El mensaje de Iberoamérica fue claro: "No necesitamos vuestra versión de la amistad, un rechazo aunque nos arriesgue a ser vistos qué es lo mismo que vasallaje aunque nos arriesga a ser su enemigo".
En ese ambiente sucede la victoria en Colombia del ex catedrático, ex guerrillero y exalcalde Gustavo Petro. La victoria electoral de un candidato cuyo proyecto de gobierno es más que una confrontación con Washington será un acercamiento al mundo multipolar que escapa del control de Washington que se perfila este año de 2022. Desconocemos los detalles pero sabemos que eso excluye el sometimiento incondicional de Uribe a los dictados de Washington.
La victoria de Petro pronto será seguida por la de Lula da Silva en Brasil un conocido sindicalista fundador del BRICS que fue victima de una conjura urdida en Washington para e impedir que su victoria electoral en contra Bolsonaro, una ficha de Washington que ahora se aparta porque resulto ser de una derecha más nacionalista e independiente que los vasallos europeos de Estados Unidos.
Otro que nutre una política propia es Alberto Fernandez de Argentina que además de reclamar a Inglaterra la devolución de las islas Malvinas acentúa unas relaciones amistosas con Moscú y Beijing.
Todo esto es reflejo del desplazamiento del poder hegemónico de Washington en lo económico y militar.
China es ahora la principal economía mundial y en Iberoamérica, China es el principal socio comercial de casi todos los países.
La confrontación en Ucrania dejó claro que la OTAN, que siempre ha sido de gatillo fácil, no se atreve a enfrentar a Rusia sino interponiendo al ejército ucraniano como carne de cañón.
La operación militar rusa en Ucrania está cerca de cumplir su objetivo de desnazificar y desmilitarizar a Ucrania y para poner el Donbass a salvo de los ataques de Zelensky es probable que lo asimile en la Federación rusa e igual es probable que haga con el sur de Ucrania que tampoco reconocía el gobierno antiruso instalado por Washington en Kiev después del golpe de Estado de Plaza Maidan (2014 ). El menosprecio de Washington en Iberoamérica es sólo un síntoma del Nuevo Orden mundial más centrado en Eurasia que en el Atlántico.
Europa es el único lugar que aún se presta al sacrificio en aras de su Amo que la subyuga y degenera su cultura desde hace 70 años.