1. Yo, que estoy clavado todos los días y todas las horas en internet no conozco, desde hace 15 años, a ningún periodista o intelectual que pueda compararse en trabajo de investigación y con valientes entrevistas y declaraciones, a Anabel Hernández. En cuando a periodistas con programas e intelectuales –con la excepción de Julio Astillero- de los 50 cincuenta más conocidos, unos 20 -que dejaron de recibir el soborno millonario- hoy son radicales enemigos del presidente López Obrador y otros 30 son sobornados o en busca de ello, defienden de manera incondicional a AMLO buscando componerle sus errores.
2. Desde hace unos 15 años he escuchado más de 20 entrevistas de Anabel y en más de tres artículos he repetido que ella es la mejor periodista por sus denuncias contra Fox, Calderón, Peña, López Obrador y todo el sistema. Anoche escuché la más completa y mejor de todas sus entrevistas: la que le hizo Luis Gerardo Salas en mayo. Anabel lleva muchos meses en el autoexilio por miedo a ser asesinada y desde allí ha dado entrevistas. Califica a López Obrador como "buen samaritano", como cristiano, demostrando que su partido Morena y su gobierno están profundamente penetrados por el narcotráfico, por el PRI y el PAN.
3. La especialidad de Anabel es en la investigación del narcotráfico y la delincuencia en todo el país, por lo que conoce con profundidad todo eso que llaman "delincuencia organizada", a los políticos y empresarios de todos los partidos y empresas ligados con "los señores del narco". En México hoy hay tres tipos de periodistas y de intelectuales: 1) los Krauze, López Dóriga, Loret, que odian a AMLO porque les retiró el soborno millonario que recibían desde hace 30 años, 2) los nuevos periodistas que sin vergüenza buscan soborno halagando a AMLO y 3) los periodistas con miedo que hacen algunas críticas al gobierno, pero concluyen justificándolo.
4. Mi crítica a Anabel es que no hace análisis de clase social, es decir, no señala que todo esto es producto del sistema capitalista que produce multimillonarios (narcos, empresarios y políticos) que pertenecen a una misma clase social, que hace más poderosos el sistema de explotación y opresión. Es decir, Anabel explica con detalle lo que hay, lo que ve, y hace su interpretación de acuerdo a los conocimientos concretos; pero no dice (porque no entiende ni le interesa) cual es la causa. La gente en general sólo habla de hechos, de personas, de confrontaciones en política, economía, religión, pero no explica la causa profunda.
5. La gente debería pensar: me joden, vivo en la miseria y opresión, porque soy hijo de padres, abuelos, bisabuelos, que vivieron oprimidos, en la miseria. Mientras existan los explotadores, los opresores de mi clase social, mi país y el mundo no cambiará. Podrán surgir en el futuro más investigadores y periodistas como Anabel, que denuncien con gran sapiencia y valentía el sistema, pero si no tenemos claro que debemos destruirlo, enterrarlo, para construir uno igualitario, podremos pasarnos mil años y el hecho es que se seguirá repitiendo. Hablamos y hablamos, denunciamos y nos enfurecemos y no logramos ninguna transformación que mande a los capitalistas a la basura.