1. Mi análisis, observado y atento de los sucesos políticos, económicos, de cambios en México y el mundo, después de cuatro años del gobierno de López Obrador, me lleva a concluir que ha sido un gobierno más, parecido a algunos gobiernos del PRI y del PAN. Aunque nunca he participado en política electoral alguna, no he dejado ningún día o semana desde 1960, de observar, estudiar y opinar sobre el mundo de la política. Por ello –aunque algunas veces me ilusione- esperanzado, empatando algunos cambios importantes, concluyo que es más de lo mismo.
2. La realidad es que no me interesan los políticos, mucho menos sus seguidores que se mueven según las consignas u órdenes que les den. He leído tanto de los pactos, los acuerdos y los compromisos entre políticos para imponer a un candidato o a un presidente, que me da risa cuando dicen que en México hay plena libertad. Se ha explicado con detalle los pactos entre Calderón (PAN) y Peña (PRI) para obtener cada uno la Presidencia; del pacto Zedillo-Fox, del asesinato de Colosio, de los arreglos para que hasta la tercera llegue López Obrador a la Presidencia.
3. ¿Quién puede negar hoy el pacto, el acuerdo, AMLO-Peña-PRI, para que el PRI beneficie la política de AMLO y no meter a la cárcel a Peña y otros más? La masa de los electores, eso que llaman pueblo, nunca ha decido nada por falta de interés en los asuntos políticos. Lo llevan a votar por las decenas de miles de manipuladores que en cada población les compran su voto con regalos, con dinero contante y sonante. A la población – conocido su estado de miseria- la mueven los políticos encumbrados como quieran. En esos financiamientos de campaña entran los empresarios.
4. Recuerdo cuando Salinas reunió a los empresarios para pedirles dinero para la campaña presidencial de Colosio u otro candidato. Uno de esos magnates le dijo a sus colegas: "hemos ganado tantos millones en el gobierno de Salinas que yo estoy dispuesto a dar el doble de lo solicitado y espero que me imiten". Así han sido todas las campañas en las que los políticos se dedican a conseguir millones, única garantía para obtener cargos. Por ello cuando acarrean a los electores a las urnas van como si tuvieran los ojos vendados o las manos atadas.
5. Monreal, después de haber ocupado más de 20 cargos en el PRI, PRD y Morena, es sin duda el más experimentado; Ebrard lleva también muchos años en política; el tabasqueño –con títulos- sólo ha funcionado en la provincia y la Sheinbaum, es nula experiencia política. Pero como AMLO es el que determina y manda, ha hecho popular a la mujer y la impondrá; pero si no lo satisface en algún momento, puede caer al piso para que su paisano Adán suba. Yo no he tenido nunca relación con alguno de ellos y no me interesa el problema. ¿Y la población? A esa la obligan a depositar su voto porque de alguna manera tienen que devolver lo recibido.