EEUU y ONU decidieron invadir militarmente a Haití

Denunciamos anticipadamente que el trajín de pedido de "ayuda" para Haití a la llamada "Comunidad Internacional" perseguía preparar el terreno para invadir ese país militarmente. La ONU es el instrumento y el Gobierno títere de Henry la solicita servilmente luego de que Luis Abinader, y otros gobernadores de colonia, decidieron "picharle" el juego a Mr. Biden.

Denunciamos ahora que esa inminente y ominosa ocupación militar no es contra las bandas armadas que EEUU y gobiernos mafiosos formaron, sino contra el pueblo hambreado, indignado y movilizado que exige destitución de ARIEL HENRY y su oprobioso régimen. El caos con que se quiere justificar lo planificó EEUU, incluidas las bandas parapoliciales.

Todo eso se hizo en el curso de la anterior invasión militar, en las narices de la OFICINA DE LA ONU y con la complicidad de las fuerzas interventoras de la MINUSTAH, Israel, Colombia, Brasil y los gobiernos mafiosos de Martely, Moises y ahora Henry.

Colombia tuvo a cargo los mercenarios y usó su Embajada en República Dominicana con el General Montoya, Chaux Mosquera y otros embajadores a la cabeza, para en alianza con las corrompidas cúpulas militares y policiales dominicanas, aprovechar nuestro país como puente.

Brasil fue parte relevante de la anterior intervención militar Haití que lo empeoró todo y trajo hasta el cólera a la isla, que curiosamente reaparece en estos días.

No olvidemos que es vieja la conjura racista y colonialista del imperialismo occidental contra el heroico pueblo negro que conquistó la primera independencia, erradicó la esclavitud en su territorio ocupado por Francia y contribuyó a abolirla en la parte oriental de esta isla dominada por el Imperio Español.

Pero además hay que tener presente que HAITÍ posee reservas de litio, titanio y tierras raras y que en nuestro país hay titanio y tierra raras en la zona fronteriza, por lo que el PENTAGONO y el COMPLEJO MILITAR INDUSTRIAL Y FINANCIERO DE EEUU se resisten a perder el control sobre esos minerales estratégicos de la isla.

Por eso, EU tratará de aplastar la solución haitiana a esta nueva crisis de gobernabilidad; solución soberana asumida en las calles por multitudes que han paralizado ese país.

Por eso, el Comando Sur del Pentágono e Israel, desde hace varios años, tutelan las fuerzas militares y empresariales que intervienen en la frontera dominico-haitiana y negocian con ellas; reforzando el control bajo el pretexto de asesorar la construcción de MURO FRONTERIZO. ABINADER es solo un PELELE al servicio de esos designios.

Es importante NO confundir el engendro imperialista de las pandillas con el pueblo haitiano. Las bandas no equivalen a las grandes masas movilizadas, sino que se aprovechan de la situación e infiltran el poderoso movimiento político-social haitiano, que de todas maneras ha pasado a primer plano y no asume sus desafueros, más bien procura contrarrestarlos y aislarlos.

El pueblo haitiano en las calles demandando un gobierno de transición escogido soberanamente, el cese de la carestía potenciada por el aumento de los combustibles y soluciones haitianas a la crisis provocada por las potencias imperialistas, la oligarquía voraz y los gobiernos y partidos gansteriles.

Merece, en consecuencia, un fuerte apoyo de las fuerzas latino-caribeñas y mundiales partidarias de la justicia, la libertad y la autodeterminación de los pueblos.

El pedido de otro tipo de ayudas es hipócrita y la usan para adornar una invasión de consecuencias imprevisibles, seguramente trágicas.

Los victimarios del pueblo haitiano son las potencias coloniales y neocoloniales, entre las que sobresalen Francia, EEUU y Canadá. Ellas han saqueado las riquezas de su territorio, empobrecido a su pueblo e invadido militarmente a Haití en diversas ocasiones. A ellas hay que exigirles el pago de una inmensa deuda social con ese pueblo, no simplemente pedirle ayuda.

Los victimarios nunca ayudarán a sus víctimas y las deudas sociales se arrebatan, no se mendigan.

Los responsables e instigadores de esa anunciada invasión merecen el repudio mundial.

El pueblo haitiano debe ser defendido y respaldado en su justa indignación y rebeldía.



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Narciso Isa Conde


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