A menos de un mes, tendremos en el escenario político mundial, el choque entre facciones, de los partidos: Demócrata y republicano pero siempre sin perjuicio del supuesto de que los Estados Unidos sólo pueden existir como potencia global. Así, es el escenario de las elecciones de mitad de período, el próximo 8 de noviembre, que deben enmarcarse las jugadas entre Joe Biden y el demente Donald Trump, que se proyectan en el escenario internacional. En esa fecha se renovará la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, y se espera que al menos una de las dos ramas del Congreso quede bajo el control de los republicanos. Hasta hace unos meses parecía que los demócratas habrían perdido el control de la Cámara y el Senado pero, según las encuestas más acreditadas, a menos de un mes de las elecciones, parece que los demócratas podrán limitar sus daños, manteniendo el control del Senado y perdiendo levemente a la Cámara.
La conferencia de la ONU sobre el cambio climático, en Bali podría, marcar un punto de flexión en el conflicto de Ucrania, con una posible apertura de una mesa de negociación entre Moscú y Kiev en presencia de Estados Unidos, de China y de los europeos: alcanzando al menos una tregua. Vamos a la mesa de negociaciones, dijo la presidenta del Consejo de la Federación Rusa, Valentina Matvienko, antes del G20. Para esto, sin embargo, será necesario reducir el títere Zelensky y sus patrocinadores europeos a consejos más moderados. El presidente ucraniano ha firmado un decreto de la locura para ilegalizar toda negociación con Vladimir Putin y, de hecho, vienen más locuras de Zelensky, ahora está presionando para que la OTAN lleve a cabo incursiones nucleares preventivas en contra de la Federación Rusa. El Pentágono ha garantizado que enviará otras armas por valor de 625 millones de dólares, pero frena la demanda de misiles ATACMS (Army Tactical Missile System), que tienen un alcance de unos 300 kilómetros.
Recientemente hemos visto declaraciones ambivalente Del lado estadounidense hubo declaraciones ambivalentes: primero, la de Joe Biden que temía un "Armagedón nuclear" y recordaba la crisis de los misiles en Cuba, en octubre de hace sesenta años; luego, las declaraciones más tranquilizadoras de Blinken quien dijo estar a favor del diálogo, pero sin definir su alcance.
Las grandes corporaciones mediáticas al servicio de Occidente, han escondido la información donde se indica que: Washington y Alemania, no están de acuerdo con el reciente atentado terrorista, dirigido por el Presidente Ucraniano, sin pedir permiso a Washington, una operación no acordada con los aliados de la: Unión Europea, Israel, Canadá, la ONU, la OEA, el Reino Unido y la iglesia Católica. Una operación no acordada con Washington, que la considera contraproducente, mientras se vislumbra un resultado similar tras el ataque al puente de Crimea, que destruyó al menos siete tanques llenos de combustible, destinados a abastecer a las tropas de la Federación rusa en Ucrania.
Otro evento relacionada con las elecciones del 8 de noviembre en EE.UU vs Ucrania es la conferencia sobre seguridad en Asia, los días 12 y 13 de octubre en Kazajistán, donde Turquía (miembro de la OTAN), solicitó una reunión con Vladimir Putin, para intentar consolidar su papel como mediador en las distintas mesas del conflicto. Todo indica que el Presidente Joe Biden no tiene el camino fácil para las elecciones parlamentarias del 8 de noviembre en EE.UU, debido que la confrontación en Ucrania representa una carga muy pesada para el partido demócrata.