1. Cuando el PRI ejerció su larga dictadura capitalista de 70 años en México (1929-2000) no existía el llamado INE o instituto electoral; fue la secretaría de Gobernación la que determinaba todo lo electoral que garantizaba que no hubiese nada de protesta electoral y, la poquísima que había, se arreglaba en unos días o dos o tres semanas. El problema no fue el aparato electoral sino el sistema político de dominación del PRI. Pero en 1990, al concluir las protestas del cardenismo contra el llamado fraude de Carlos Salinas que se quedó al fin con la Presidencia, se creó el Instituto Electoral (IFE) para que ya no se repitieran los fraudes.
2. Lo único que cambió fue que el PRI dividió al IFE entre los cuatro o cinco partidos que ya existían, agrandando la demagogia, multiplicando por 10 o 20 veces los miles de millones que se dilapidaban en partidos y salarios, así como realizando tras bambalinas muchos negocios entre partidos. En periodos de seis a ocho años han pasado por el IFE, hoy INE, más de 100 consejeros que han cobrado los salarios más grandes del país. Basta con saber que hoy los funcionarios del INE cobran salarios tres veces mayores a los que se ha fijado el presidente de la república y, a pesar de las presiones de cuatro años para que se los bajen, el presidente causa tristeza.
3. El presidente López Obrador hace el ridículo al no poder con el IFE, con el poder judicial y con los empresarios que no pagan sus impuestos. El dueño de la segunda más poderosa televisora, el tal Salinas Pliego se burla abiertamente del presidente, debe miles de millones de pesos de impuestos desde hace unos 10 años y dice burlándose, que no pagará. Otros empresarios buscan imitarlo. La cobardía de AMLO ante los poderosos –por miedo terrorífico a que lo desconozcan- es grande. Sólo había que saber que de más de mil denunciados por desfalco y asesinatos, ha perdonado a todos; de esos mil tendrá a dos en la cárcel; pero a más de 250 mil pobres en prisión.
4. Por esa blandenguería del presidente todos los grandes políticos viejos y nuevos, se burlan de él. ¿Y el llamado pueblo? El 90 por ciento trabaja para alcanzar algo para su familia y nada quiere saber de la política. Vota la población porque los empresarios, los gobiernos y partidos los llenan de regalos en campaña y las decenas de miles de activistas –obligándolos a ver la fotografía de candidatos en las calles y paredes- los acarrean para ir a votar. Ningún candidato es seleccionado por el llamado pueblo; todos –desde hace siglos- son escogidos meses antes por políticos y personajes con mucho dinero, para que las campañas y los acarreos sean efectivos.
5. Pienso que al estar muy desprestigiado el INE debe desaparecer por orden inmediata con todos sus funcionarios y nombre por corruptos que dilapidan muchos miles de millones de pesos en salarios y gastos. Debe crearse otro organismo rifando a los candidatos que demuestren capacidad, sin mancha de corrupción y sin militancia en partido alguno. Con salarios menores al presidente y con subsidios muy pequeños a partidos que deberían vivir de las cuotas de sus afiliados. De lo contrario continuarían la gran fiesta de la corrupción y el gigantesco fraude al erario público. Pero limpieza no sucederá porque la corrupción es necesaria en el capitalismo.