La Truss era la más entusiasta atlantista del Gabinete de Johnson, tal vez eso su selección como Primer Ministro del Reino Unido. La aparición de Liz Truss en el N.10 de Downing Street fue un hecho fugaz. El más breve de la historia inglesa.
Apenas 45 días en el poder, es un indicio de males muy profundos en la visión Neo- liberal del mundo anglosajón que enunciaran juntos la Margaret Thactcher y Ronald Reagan. La política británica desde entonces está muy inestable.
El mundo anglosajón tiene una tesis de lo económico y social que proviene de David Ricardo (1809), según quien la distribución social de la riqueza por el desborde de su concentración en unos pocos. Un criterio y una cultura que creó el mundo unipolar y que atraviesa su crisis terminal.
Su economía se apoya en las cifras virtuales de la Economía financiera. Mientras sus rivales económicos y militares (Rusia y China) se prosperan en el ámbito de la Economía Real de los bienes y servicios. Desde los años 1980 el mundo económico está dividido en dos la Economía financiera virtual que se mueve dinero virtual pulsando teclas y la economía real que se mueve con el comercio, eso hace de la economía mundial algo caótico. Un hecho que se agrava con la imposición de sanciones de índole financiera para castigar el comercio de bienes indispensables como la energía. Solo en un clima como ese fue posible que alguien tan incompetente como Truss llegara al N.10 de Downing Street, el domicilio británico del poder. Toda su carrera política y su rápida ascensión al poder no son prueba de que sea una mujer " muy capaz", sino de haber dominado el arte de explotar temas de conversación y eslóganes que coincidían con el clima político de esta época crepuscular del Imperio Británico en la que queda claro cómo termina el Big Game al que se refería Rudyard Kipling.
Liz nunca tuvo políticas serias. Toda su propuesta se basó en una mezcla fantástica de economía ultraneoliberal, el nacionalismo y una cruzada geopolítica contra las potencias emergentes. De una "red de libertad" a afirmaciones fanáticas inspiradas por sueños del regreso al gran poder de Britannia del siglo XIX.
Todos sabíamos que después de Boris Johnson,Tuss era un desastre esperando a sucederlo. El desastre Tuss ha permitido rehabilitar a Boris Johnson con su cultivado aspecto de chico malo de familia bien. Johnson regresa, igual que Napoleón escapado de Elba regresó al poder no por nuevos méritos, son gracias a los errores de quienes lo sucedieron. Es probable que su regreso también sea por 100 días. Lo que dure este invierno; un invierno cuya paradoja es que caldeará el ánimo de revuelta en toda Europa.