Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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*/Zelensky no es el líder que negociará la paz con Rusia, no ahora, ni en ningún otro momento, escribe Martin Jay./*
La revista Foreign Affairs tuvo un breve momento de atención más allá de su normal y limitada audiencia elitista, cuando planteó la pregunta: ¿Debería Ucrania negociar con Rusia? Le presentó al lector todo un tomo de lectura que se extendía sobre ese tema y que al primer vistazo parecía mostrar una notable perspectiva sobre lo que todos deberíamos ahora aceptar, un cese no oficial del fuego de parte de Ucrania, luego de habérsele agotado los requisitos materiales necesarios para la guerra: Pertrechos.
Por supuesto que de ningún modo se trató de una declaración de cese al fuego. Yo estaba bromeando con Ud. y nadie podrá culparme por eso dada la calidad de los artículos que publica Foreign Affairs.
¡Pero qué basura total estos artículos! Ampliamente todos giraban en torno a un actual tema que en su mejor aspecto es aburridor y peor aún, ilusorio: que Estados Unidos todavía era una superpotencia y mantenía valores más altos que Rusia y su presidente.
Solo la idea que el presidente Zelensky esté siquiera en situación de negociar un tratado de paz resulta jocosa. Pero qué sería lo que a Ud. lo estuviera preocupando si Ud. caminara a través de un panteón de paternalistas estupideces que es cuando los autores no reconocen que la guerra en Ucrania está siendo lentamente perdida por Ucrania y sus socios de la OTAN y que a Rusia le corresponde bite tragar lo que sea y hacer algunas concesiones antes de arrastrarse de rodillas ante los jefes de la OTAN y pedir perdón.
Los autores señalan que antes que Occidente pueda considerar conversaciones de paz, Rusia tendría que reducir sus actividades alrededor del mundo –es decir—"dejar de hacer más amigos y aliados"—con lo cual las elites occidentales le permitirían que regresara a la mesa de "las naciones responsables."
Algunos podrían alegar que esta ilusoria narrativa es lo que tiene a Occidente enredado. En primer lugar la notoria incapacidad de ver las realidades en el terreno y dónde está Estados Unidos en el mundo actualmente, eso nos llevó a que ciento treinta mil millones de dólares constantes de Estados Unidos hayan sido volatizados en apoyo a una guerra que Occidente ni Ucrania pueden ganar. La simple idea que Occidente mantenga en alto la moral y que a Rusia le corresponda asear sus acciones, antes que se le pueda permitir regresar como miembro invitado al Club de Campo resulta hilarante.
No debemos olvidar que estas responsables naciones fabricaron un ataque de bandera falsa en Sarajevo en el verano de 1995 de manera tal que los ilegales ataques aéreos de la OTAN pudieran "ganar" la guerra contra Milosevic; estos mismos países ingresaron en Afganistán y luego de veinte años de lucha contra
el Talibán tuvieron que salir con la cola entre las piernas luego de poner finalmente al enemigo en el poder. Y no olvidemos al ejército de Estados Unidos atacando a Baghdad y luego de unas pocas horas saquearon todo el oro de Saddam e incluso el petróleo que es robado desde el norte de Siria y vendido en el mercado libre todos los días –todo eso con la asistencia del ejército de Estados Unidos.
De ningún modo ejemplos de moralidad en su mejor forma. Y aun así, la lectura de los artículos nos lleva a creer que no solo es Occidente el único verdadero poder que cuenta pero que es mucho lo que hay que negociar en Ucrania y mucho más de lo que pueda hacer Rusia.
La idea de un armisticio como el de la Guerra de Corea está descartada para nuestros autores que no logran entender que una línea fortificada que los rusos han construido se mantiene muy bien y de hecho, sería muy difícil, sino imposible, que siquiera Rusia considerara la idea de un acuerdo negociado de paz si se requiere que Moscú entregue cualquiera de los territorios capturados y retenidos.
Los autores de Foreign Affairs por lo menos reconocen que ya es tiempo de conversar con Rusia y que este es el momento oportuno, por lo menos así suponemos que si ellos entienden los principios de la guerra que indican que Ud. tiene que tener por lo menos dos veces el número de soldados que tiene el enemigo, estar armados hasta los dientes y tener oficiales de ejército experimentados que pudieran desplazarse desde el frente si quieren tener alguna posibilidad de tomar algunas aldeas que están en manos de los rusos.
Biden torpemente admitió que Ucrania "se está quedando sin pertrechos" y debe haber sobresaltado a los generales del Pentágono. No obstante, el problema con este ilusorio punto de vista no es solo que la elite norteamericana está completamente desconectada de las realidades de la guerra, pero que en todo caso Zelensky no es el líder que nosotros hubiéramos pensado que era; él no es el líder que va a negociar la paz con Rusia, no ahora, no en ningún momento. De modo que los artículos y ciertamente sus títulos son estúpidos ya que le demuestran al lector de manera inmediata cuan lamentablemente desinformados son los autores y qué capullos ilusorios y desinformación están divulgando.
En la década de los setenta, cuando la prensa norteamericana era libre de informar sobre la Guerra de Vietnam, un redactor de nombre Michael Herr, mandó despachos que alarmaron a cierto número de tipos elitistas que no podían entender por qué con todo el poder de fuego que tenían los norteamericanos, no podían en ningún momento de la guerra ni siquiera vagamente ganar. La única certeza en torno a la guerra de Ucrania es como Occidente repetidas veces calcula mal y se desinforma a sí mismo y este artículo es un muy buen ejemplo de lo que es erróneo con el pensamiento crítico, quienes están elaborando ese pensamiento y hacia dónde se dirige el todo: una desordenada e indigna salida como en Vietnam, Afganistán y hasta cierto punto Irak es inevitable y solo un vistazo a la foto de la OTAN de Zelensky viéndose desconcertado, solo, perdido y confundido da la clave acerca cuán pronto eso es lo que va a suceder. Estados Unidos necesita un nuevo Michael Herr que informe sobre la oscura verdad sobre la guerra. Solo entonces estos elitescos evasores de la recluta de Foreign Affairs conseguirán algún asidero con la realidad antes que sigan degustando esta tontería de sucio teclado que probablemente ellos llamen periodismo.
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