El núcleo duro del imperio estadounidense está constituido por un oligopolio de capitales que adoptan la forma corporativa para desde allí tomar las grandes decisiones del control mundial desde el tejido de instituciones que le brindan "legitimidad democrática" como la ONU, el FMI, la OMC, la OTAN, etc., cuya función es filtrar y adecuar las opciones de carácter estratégico que faciliten las orientaciones para el dominio del planeta Tierra.
Sus 7 bases militares en Colombia elevaron su total planetario a 872. El número "optimo" de grandes fortalezas y guarniciones para una potencia aspirante a dominar el planeta se mueve entre 35 y 40. Además, posee tres tipos de armas de destrucción masiva: armas nucleares, armas químicas y armas biológicas. Es el único país que ha usado armas nucleares, por ejemplo, ahí están las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki bombardeadas indefensamente el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente.
También utilizó armas químicas en la Primera Guerra Mundial, en la Guerra de Vietnam y en la Guerra de Irak. Desarrolló en secreto la forma más antigua de la bomba atómica durante la década de 1940 bajo el título "Proyecto Manhattan". Es pionero tanto en el desarrollo de la bomba de fisión nuclear, así como la de hidrógeno. En 2010, el Pentágono reveló que el tamaño de su arsenal nuclear es de un total de 5.113 cabezas nucleares. El total de cabezas nucleares desplegadas están por el orden de las 10.000.
Con menos del 5% de la población mundial emite el 25% del dióxido de carbono, o sea, es el mayor emisor de gases contaminantes del mundo. Ha generado una voracidad sin límites ni control por el poder y el dinero. Irradia el individualismo más exacerbado y mantiene un culto sobre la propiedad privada que lo convierte en el país más criminal del planeta y está llevando a la humanidad hacia el exterminio de toda forma de vida.
El imperialismo estadounidense representa la lógica binaria de civilización-barbarie con la que ha inspirado su racionalidad, así como la conclusión de toda forma de vida en nuestra Madre Tierra.
Si no reaccionamos ante el inoculado miedo que nos niega a ser libres, es muy probable que no haya "Plan B" para la salvación del género humano.