La guerra de los microchips entre Estados Unidos y China

Hay contradicciones y deficiencias en el bloqueo de Biden a la venta de microchips norteamericanos para China. Por grande que sea el avance tecnológico que Estados Unidos pueda lograr sobre China en el corto plazo con esa política, serán pocos comparados con los avances de China en otros sectores más mundanos de la economía relacionada con la inteligencia artificial.

El bloqueo de Biden muestra una búsqueda obsesiva por parte de Washington de una "solución milagrosa", es decir, un "arma mágica" que le ayude a alcanzar sus objetivos estratégicos más amplios.

El destino siempre es implacable y no existe una solución milagrosa para hacer más competitivo a un imperio cuyas mentiras e hipocresía ya no pueden ocultar su decadencia que ya es evidente: una infraestructura en ruinas, una fuerza laboral envejecida, un sistema educativo primario muy deficiente convierte a sus masas en ignorantes que se miran el ombligo, eso hace a Estados Unidos un país sin la creatividad necesaria para volver a levantar su núcleo industrial vaciado. Hay una gigantesca diferencia cultural desfavorable a la clase media de Estados Unidos, cuando se le compara con la cultura técnica de la clase media alemana, italiana o japonesa que fueron capaces de levantar nuevas y más modernas fábricas sobre las ruinas de sus ciudades destruidas por la superioridad aérea anglosajona. La ignorancia de todas las clases en Estados Unidos solo conviene a los dueños de la gran media que con sus mentiras y omisiones las manejan a su antojo

Pero el destino es inexorable. Estados Unidos tendrá que despilfarrar menos dinero en su industria bélica y su exagerado número (800 ) de bases militares e invertir más en el desarrollo de activos productivos e industrias si quiere competir con una potencia manufacturera como China.

El insostenible déficit fiscal de Estados Unidos ya desbordó los 30 millardos de millardos, pero igual sigue buscando pleitos en que termina perdiendo: Korea, Vietnam, Afganistán y ahora Ucrania y la de los microchips

Las principales empresas norteamericanas de microchips: Intel, Nvidia y Qualcomm ya critican el enfoque equivocado de la administración Biden al intentar frenar las exportaciones de chips avanzados a sus clientes chinos,

Las empresas argumentan que las restricciones serán contraproducentes a largo plazo para ellos, porque las priva de una gran fuente de ingresos y ponen en peligro su capacidad para financiar investigación y desarrollo para seguir siendo competitivas en el sector microelectrónico del futuro.

Esa advertencia de los principales interesados prueba de que la estrategia del gobierno de Estados Unidos que pretende proteger un "patio pequeño (una pequeña ventaja tecnológica ) con una valla alta con la intención de frustrar el progreso del sector tecnológico de China en micro conductores, viola las normas de la OMC porque es mal intencionada en primer lugar y al final inútil.

El Director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, dijo a altos funcionarios estadounidenses que limitar las ventas de chips estadounidenses en China "sólo había hecho que sus ventas disminuyeran y que las otras opciones fueran más populares".

El fondo de ese antagonismo es que si las empresas estadounidenses de microchips pierden cuota de mercado en el mercado de semiconductores más grande del mundo, la perderán de manera permanente. Es más, la disponibilidad y calidad del software que las empresas chinas están desarrollando compensa con creces cualquier ventaja de los chips norteamericanos insertados en la parte física de los aparatos que usan la informática.

Intel, Nvidia y Qualcomm critican el enfoque implacable de la administración Biden para frenar las exportaciones de los microchips más avanzados a clientes chinos, diciendo que las restricciones seguramente serán contraproducentes para ellos, porque les quita una gran fuente de ingresos y pone en peligro su capacidad para seguir invirtiendo en desarrollar una tecnología para mantener su ventaja dentro del sector en el futuro.

A Washington no le preocupa la pérdida de ingresos para los fabricantes de chips ni el impacto que su bloqueo podría tener en su propia industria en su conjunto.

La banda de estúpidos agresivos que rodea a Biden está convencida de que sus onerosos controles de exportación tendrán éxito y que, eventualmente, Beijing se someterá al dictado de Washington. Por ahora Beijing ha contraatacado negándose a vender a la industria de microchips norteamericana dos minerales raros (galio y germanio ) indispensables para producir microchips son dos metales de los que China tiene un monopolio virtual.

La guerra de los microchips también la van a perder porque China se pone al día y como ha invertido en ese sector 400 millones de US$ pronto será capaz de producir sus propios semiconductores a precio competitivo mientras que privados de galio y germanio las empresas norteamericanas no pueden aprovechar su ventaja marginal en la producción de microchips.

A Occidente le salen mal todas las estrategias. Privarse de la fuente rusa de energía barata solo ha logrado que Rusia abastezca a China con lo que antes abastecía a Europa y a Estados Unidos Esa energía barata antes la aprovechaba Occidente para competir con China en el mercado de automóviles.

La reciente Feria del automóvil de Múnich mostró que China ahora producía vehículos eléctricos mejores y más baratos que los vehículos occidentales. La Ursula von der Leyen que no pierde una buena ocasión de decir o cometer alguna arbitraria estupidez. Anunció que la Unión Europea va a prohibir la importación de vehículos eléctricos chinos baratos, porque China está haciendo Dumping. Donde queda allí toda la retórica narrativa del Cambio Climático que aboga por el reemplazo de vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos ¡! Los bajos precios de los vehículos eléctricos chinos no son Dumping.

Solo muestran que las sanciones contra la energía rusa y su desvío a China, hacen a China aún más competitiva en los mercados mundiales.

Alemania que antes era el principal beneficiario del gas ruso barato. Fue Alemania contra quien, en realidad , Estados Unidos saboteó el gasoducto North Stream. El encarecimiento del costo de la energía en Alemania que ahora es abastecida con LNG norteamericano provisto por barcos metaneros que deben cruzar el Atlántico aumentó mucho (50% ) los costos de la energía para toda la industria europea. Alemania ya entró en recesión económica.un pésimo augurio para la economía del Occidente Colectivo. Hay algo en el sistema de las democracias occidentales por lo cual parece un sistema que invariablemente pone en el poder a políticos que combinan: mendacidad, vanidad y estupidez.



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Umberto Mazzei

Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Florencia (Italia ) y Profesor Emérito de Relaciones Económicas Internacionales del Instituto Sismondi de Ginebra (Suiza)

 umbertomazzei2@mail.com

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