No hay dudas que se la han puesto difícil a la CIJ con lo de la demanda de Sudáfrica contra Israel, por Genocidio. Causa tan incuestionablemente bien argumentada que por la enorme cantidad de pruebas resulta imposible que no sea tan demoledora; pues Israel nunca ocultó el horror de los crímenes. Tan cuestionada se encuentra la CIJ que a Israel poco le importa el veredicto, y mucho lo ha dicho.
Por lo que con algo de razón (o mucha) más de uno se podría estar preguntando ¿y que más es otra raya para un tigre?. Tan rayados ambos se encuentran que resultan el orgullo para el "tigre de papel" (EEUU). Cual sea el veredicto traerá sus consecuencias, pudiendo encender y desbordar la furia en buena parte del planeta, y más en un Medio Oriente que ya está por hacer una erupción cataclísmica.
El imperante Orden Mundial y su Derecho Internacional basado en reglas se hallan "atrapados y sin salida". La locura de un veredicto a favor de Israel podrían valer para que Venezuela, con más justa razón, justifique no mediar el diferendo que mantiene con Guyana en esta poco fiable instancia internacional. Un fallo en contra de Israel sería un tácito reconocimiento de los Derechos para un Estado Palestino.