El actual sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas y tendría como pilar de su sistema político la sucesiva alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano (ambos fagocitados por el lobby judío).
Así, en un discurso pronunciado en la reunión de Nueva York del Congreso Mundial Judío de 2816, el entonces vicepresidente de Obama, Joe Biden afirmó:"Soy sionista, pero para esto no hace falta ser judío", tras lo que se le concedió el "Premio Theodor Herzl'' y se convirtió en el nuevo tapado de la AIPAC.
Comparten EEUU e Israel los mismos intereses geopolíticos?
El Magnicidio de Kennedy tuvo como daño colateral el nacimiento de un sistema político tutelado por el "Poder en la sombra", quedando desde entonces como rehenes todos lo sucesivos Presidentes electos de EEUU, según la confesión realizada por el primer Ministro israelí Ariel Sharon al entonces Ministro del Exteriores Shimon Peres en octubre del 2001: "Nosotros, el pueblo judío, controlamos Estados Unidos y los estadounidenses lo saben", ("El Lobby israelí y la política exterior estadounidense" de John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt, 07-04-2006), para lo que servirían de lobbys de presión entre los que descollaría la American Israel Public Affairs Committee (AIPAC).
La AIPAC sería el más influyente grupo de presión pro-ísraelí en EEUU pues cuenta con más de 100.000 miembros (150 de ellos dedicados exclusivamente a presionar al Congreso, a la Casa Blanca y todos los organismos administrativos en la toma de decisiones políticas que puedan afectar a los intereses del Estado de Israel.Aunque siempre se ha creído que la AIPAC sería un "gobierno virtual" que teledirigiría la política exterior de EEUU en función de los intereses israelíes, la realidad sería que el lobby pro-israelí tiene verdadero peso en los ámbitos del poder porque EE.UU. e Israel casi siempre han compartido idénticos intereses geopolíticos desde la fundación del Estado de Israel en 1948.
Así, EE.UU. contaría con Israel para mantener a los Estados árabes de Oriente Próximo bajo la amenaza constante de ataque y asegurar el flujo del petróleo árabe necesario para Occidente e Israel no podría seguir existiendo en su forma actual sin el fuerte apoyo político y material que recibe de EE.UU. ( unos 3.800 millones de dólares anuales en ayuda militar) que le habrían convertido en el portaaviones continental de EEUU. Sin embargo, la miopía geopolítica de Netanyahu le impidió intuir que un nuevo castigo asimétrico en Gaza daría al traste con la entente entre EEUU, Israel, Emiratos Árabes, Baréin, Sudán ,Marruecos y Arabia Saudí , lo que colisionaría con los objetivos geopolíticos de EEUU de aislar a Irán.
Dichos países árabes firmaron bajo la Presidencia de Trump los Acuerdos de Abraham en los que por primera vez países como Emiratos Árabes, Baréin, Sudán y Marruecos reconocían la existencia del Estado de Israel y Arabia Saudí estaba a punto de firmarlos, pero la masacre cometida por el Ejército judío en Gaza podría provocar que los citados países terminen por rechazar dichos acuerdos y rompan relaciones diplomáticas con un Israel que quedaría de nuevo aislado en Oriente Medio.
Decisión salomónica del Tribunal Internacional de la Haya
El diario Haaretz en una editorial del 8 de octubre acusó directamente a Netanyahu de ser» el responsable de esta guerra entre Israel y Gaza» y asimismo, la opinión pública israelí estaría ya haciendo responsable a Netanyahu del estrepitoso fallo de seguridad israelí al menospreciar las informaciones egipcias. Así, según fuentes egipcias, 10 días antes avisaron presuntamente a Netanyahu de que Hamas preparaba una gran ofensiva contra Israel, extremo que fue negado por Netanyahu en un tuit en el que acusaba de negligencia a los servicios de Inteligencia, consiguiendo de paso enemistarse con los poderosos servicios del Mosad israelí.
Asimismo, Netanyahu estaría ya acorralado por la repulsa de la Comunidad Internacional ante la flagrante violación de los DDHH en Gaza con cerca de 30000 víctimas civiles palestinas que se ha traducido en la presentación por Sudáfrica ante el Tribunal Internacional de la Haya (TIJ), de una demanda contra Israel por presunto "delito de genocidio". El veredicto de dicho Tribunal podría haber obligado a Netanyahu a detener la invasión de Gaza y decretar el alto el fuego permanente, la liberación de los rehenes en poder de Hamas y la entrada de Gaza de la urgente ayuda humanitaria en forma de alimentos, combustible e insumos médicos, pero la decisión salomónica del Tribunal Internacional de la Haya conllevará la persistencia de la invasión militar israelí en Gaza hasta su destrucción total.
Sin embargo, se estaría incrementando la desafección hacia su Gobierno de la sociedad israelí que no puede perdonar los fallos de seguridad en la Defensa israelí que habrían desembocado en el asesinado de 1400 israelíes y el secuestro de 220 personas por Hamas. Así, según una encuesta de The Jerusalem Post, el 80% de los encuestados afirman que "el Gobierno es el principal responsable de la infiltración de los milicianos palestinos" y un 56% opina que "Netanyahu debería dimitir al acabar la guerra actual".Todo ello podría desembocar en la dimisión de su Gobierno tras la invasión de Gaza y la posterior convocatoria de nuevas elecciones que faciliten la formación de un Gobierno de Salvación cuya tarea primordial será intentar reeditar los Acuerdos de Oslo que posibiliten la coexistencia pacífica de Dos pueblos en Dos Estados.