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A Petro lo vienen cazando los gringos para. En cualquier día de estos, velarlo con cebo de burro. Y para probarlo, los propios gringos le montan como canciller de Colombia a un todavía manumiso, afro-frog (a míster Luis Murillo), quien masculla el inglés con dicción de sometido, que se contorsiona como Obama y que masca chicle como solía hacerlo aquel cerdo general Collin Power. Pero en eso, Petro no tiene mando, como tampoco lo tiene en las fuerzas armadas, y menos aún en una administración pública plagada de ladrones, paramilitar y narcotraficante (desde hace cincuenta años). La realidad es que va a pasa por la Casa de Nariño como todo un gran cerapio a la izquierda. Haciendo puros amagos.
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Es decir, a Petro lo han puesto en la presidencia de Colombia como el Forero (de Llorente). Aunque ha tratado de darle un pequeñito giro a Colombia, todo le queda demasiado grande para sus aspiraciones. Es demasiado camisón para él. Y Petro con ese camisón no puede negar que es de la propia estirpe política de don Francisco de Paula Santander, tierra de traidores y de los que asesinaron tanto a Sucre como a Bolívar. La tierra de las mayores bestias y criminales, de la catadura, por ejemplo, de José María Obando y José Hilario López, quienes para completar llegaron a ser presidente de esa aún colonia Nueva Granada. ¡Nunca ha dejado de ser colonia!, y allí realmente Bolívar perdió su tiempo y su vida.
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Nosotros tenemos que cuidarnos mucho de Petro, porque colombiano que no lo hace a la entrada, se devuelve… etc., etc. etc. Con mucha razón Diosdado Cabello, ha mandado a lavarse ese orto al cancillercito de Colombia impuesto por EE UU, míster Luis Murillo. En términos de la embajada gringa en Colombia este gringuito habla de una transición política en Venezuela luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio. Diosdado ha dicho: "¿Quién le da derecho de hablar de transición en Venezuela?, ¿quién lo autorizó a usted?, ¿usted habla por su gobierno o por Estados Unidos? Muy grosera esa declaración. Es inamistosa esa declaración".
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Dijo este asomado y entrometido, por órdenes de los gringos: "…que Colombia espera que el proceso electoral en Venezuela sea justo, competitivo y libre; o que al menos se tenga un evento «aceptable».
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Y el pobre Petro, ante esto tiene que quedarse callado, como un vil esclavo que aún no ha sido manumitido. Ocúpense señores santanderistas de los grandes problemas que tiene ese desastre de quinientos años que es hoy Colombia. Ocúpense de las masacres de todos los días contra dirigentes sociales. Ocúpense del narcotráfico y sus grandes narcotraficantes como Álvaro Uribe, Juan Manuel Santo y Porky (Iván Duque). Ocúpense de la gran corrupción que hay en Ecopetrol. Ocúpese señor Petro del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag) y en las Aduanas, en el que ha quedado al descubierto un mecanismo para fortalecer el crimen y la inseguridad ciudadana.
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Y al propio Petro lo vemos declarar: "Billones de pesos de los maestros y de la Nación se han perdido en una red de contratistas que con cláusulas amañadas permiten pagar sin facturación. La red se ha construido por años en las diferentes ramas del poder público y los órganos de control", denunció.
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Nosotros los venezolanos, jamás debemos bajar la guardia ante ese antro de asesinos y traidores que son y han sido desde 1830, la mayoría de los gobernantes neogranadinos. Petro no es confiable, no tanto por él como por el hecho de que no se gobierna ni tiene capacidad para decir absolutamente nada sin el previo permiso de las nueve bases de Estados Unidos que ocupan a su país. El afro-frog Luis Morillo le debía más aclara al mundo por qué en esa colonia de los gringos, se nos amenaza con nueve bases, y por qué para que se pueda hablar de democracia verdadera y CONFIABLE en su propio país, no exige que sean retiradas…