"Debemos expulsar a los árabes y ocupar su lugar." (David Ben Gurion, ex-primer ministro israelí, 1937).
"Es el deber de los líderes israelíes explicar a la opinión pública, claramente y con coraje, un cierto número de hechos que con el tiempo se van olvidando. El primero de ellos es que no hay sionismo, colonización ni Estado judío sin el desahucio de los árabes y la expropiación de sus tierras." (Ariel Sharon, ex-primer ministro israelí, Agencia France Press, 15 de noviembre de 1998).
Recientemente se conmemoró un año más del inicio del mayor crimen jamás perpetrado en la historia por el gran capital sionista contra pueblo alguno. Un año más de ignominia, humillación y olvido de su significación. Son hoy 59 años de masacres que no cesan, de expropiación y el desconocimiento de Palestina; de su pueblo, historia y tierras que, aferrada a ella, persisten en sus luchas y resisten fertilizando sus suelos con la sangre de sus mártires.
Un crimen que responsabiliza también a la comunidad internacional por su infame complicidad al legalizar, el 29 de noviembre de 1947, bajo la Resolución 181, la partición de Palestina en dos Estados, so pretextos en el “derecho divino sobre la tierra, otorgado por un extraño Dios segregacionista, a un pueblo elegido”. Recordemos brevemente lo siguiente.
Un año después, 1948, fecha también conocida por el nombre de Al Nakba, término árabe que literalmente significa, catástrofe, es recapitulada la senda bíblica de Josué. Entre 700 y 900 mil palestinos (pueblo árabe igualmente semita) fueron expulsados de sus ancestrales tierras, otros no tuvieron la misma suerte y fueron masacrados, algunos mutilados. El pasaje bíblico recuerda: “De Lachis pasó Josué y todo Israel con él a Eglón; y pusieron sitio contra ella, y combatiéronla. Y la tomaron el mismo día, y pasárosla a cuchillo y aquel día mató a todo lo que en ella había vivo, como había hecho en Lachis”. (Libro de Josué X, 34). Al igual que el pueblo alemán en los tiempos del Nazismo, el pueblo judío ha sido enajenado y conducido por el Sionismo para descargar semejante odio, ahora, contra el pueblo árabe-palestino.
El plan del sionismo (elite del gran capital) tal como lo han delatado sus mentores, avista la usurpación de la mayor parte de las tierras árabes (Siria, Jordania, Líbano, Arabia Saudita e Irak, estas 2 ultimas, región donde se encuentran cerca de la mitad de los reservorios mundiales de crudo liviano).
En conclusión, la comunidad internacional ha dado pie al capital en justificar, so pretextos religiosos, la usurpación y la ocupación de “tierras prometidas”. Por ello, el capital norteamericano y sionista continuarán invocando a “Dios y la Religión” para justificar sus actos criminales en Irak, Afganistán, Venezuela, en la Palestina ocupada y en el resto del mundo, y los gobiernos lacayos del mundo y el Vaticano continuarán repitiendo juntos, Amén.