En un paralelismo sin precedentes con el derrumbamiento el 11S de las Torres Gemelas de New York, al fascista y servil lacayo José María Aznar se le acusa en España de avivar la xenofobia islámica, que encendió la mecha de las explosiones en el horroroso crimen (11M) del tren en Madrid, donde hubo 191 muertos.
En España son muchas las organizaciones políticas, sociales y defensoras de los Derechos Humanos y juristas del pueblo que pugnan por la cabeza de Aznar, y han propuesto que se impulsen iniciativas tendentes al enjuiciamiento del no menos arrastrado y servil gaznápiro; por crímenes de guerra contra la humanidad.
Este sumiso protozoario que como premio a su servilismo se gano una cátedra en una prestigiosa universidad de los EEUU, fue después del genocida Blair quien más apuró y convalidó el plan de invasión a Irak por EU, y a quien como pretexto para justificar dicha invasión se acusó canallamente a Hussein de poseer armas de destrucción masiva.
Sí, a este abyecto lacayo se le acusa por su complicidad y activa participación en la guerra de agresión a Irak, que rompió con el derecho internacional y ha culminado en la destrucción completa del país, en el destierro de una parte importante de sus habitantes, en la generalización del paro y el hambre, y en una matanza que ha alcanzado al menos a 600.000 personas.
El Gobierno del ex presidente José María Aznar (para complacencia de Bush) envió policías a Guantánamo a interrogar a prisioneros. Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía fueron a Guantánamo entre el 21 y el 26 de julio de 2002 a interrogar, sin autorización de ningún juez español, a una veintena de presos. El Tribunal Supremo de España ha declarado que los interrogatorios de los hispanos se hicieron sin información previa de derechos, sin asistencia letrada y sin autorización ni mandato de la autoridad judicial española competente.
Se confirma que la causa principal de la decisión de los islamistas radicales de atentar contra los trenes de Madrid (donde hubo 191 muertos) fue la complicidad total y el apoyo público de Aznar a la guerra contra Irak, y a la “guerra antiterrorista de Bush”. El ex presidente del gobierno español acaba de reconocer, con la soberbia y el cinismo que le son habituales, que “no había sido tan listo para saber que Irak no tenía armas de destrucción masiva.
Hay un clamor clavado en el pecho de mucha gente del pueblo español que le pide a los juristas del pueblo, a las organizaciones sociales populares, a los partidos políticos de izquierda y a las personas de buena fe, que conviertan en un clamor y traduzcan en procedimientos judiciales de acusación, la demanda de juzgar a Aznar como criminal de guerra, criminal contra la humanidad y cruel genocida.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) e Izquierda Unida (IU) le han exigido reiteradamente al ex presidente del Gobierno José María Aznar y su benjamín Mariano Rajoy, que pidan perdón públicamente por apoyar la guerra de Iraq. La exigencia toma como base la admisión de Aznar que no había armas de destrucción masiva en ese país como él mismo afirmó en tan repetidas ocasiones hace cuatro años para justificar que España se metiera "hasta la médula" en la agresión.
Dos días después de la masacre de Madrid y un día antes de las elecciones generales que destronaron a José María Aznar y a su proyecto fascista. Las averiguaciones y la serie de relatos recabados ponen de relieve la enorme responsabilidad de Aznar en la terrible masacre de Madrid, su feroz manipulación de la información, y su empeño en destrozar toda posibilidad presente o futura de paz en Euskadi. El Jefe del fascismo español aprovechaba una matanza terrorista de magnitudes descomunales -de la que él era el gran responsable- para criminalizar a todo el pueblo vasco señalando al nacionalismo como culpable y a ETA como ejecutora del atentado.