Tal como lo aplicaron en tiempos de la “Santa” Inquisición en contra de todo pensamiento disidente de los dogmas del papado romano y en su carnicera conquista, colonización y explotación de las tierras y seres humanos de este continente injustamente nombrado América; los actuales reyes de España pretenden parar y hacer retroceder el reloj de la historia al usar todos los medios represivos del Estado Español en contra de los diversos pueblos de la llamada península ibérica que manifiestan, de diversas maneras, su Derecho a inalienable e imprescriptible a la Autodeterminación, la Soberanía y la Independencia, como es el heroico caso del pueblo de Euskal Herria (vasco).
Ora con la hoguera y el tormento, ora con la espada y la soga y después con el garrote vil y el fusilamiento, la Corona Española ha acumulado a lo largo de su sangrienta existencia un extenso prontuario de atrocidades dirigidas a mantener la incorporación forzosa de diversos pueblos a una Nación Hispánica históricamente inexistente y, someter a la esclavitud, a otros pueblos muy lejos de sus dominios, para lo cual emprendieron la terrible aventura de invadir tierras de AMÉRICA, África y Asia, en la que exterminaron a millones de habitantes de miles de pueblos originarios, destruyeron sus culturas, se apoderaron ilícitamente de sus riquezas y los sometieron a la esclavitud más indignante, los que les permite, todavía hoy, mantener una acumulación de capital, imposible de alcanzar con sus modestas riquezas materiales y su escaso desarrollo económico.
El caso de la lucha del pueblo de Euskal Herria por su reconocimiento como Nación milenaria, específica, particular y diferenciada de los otros pueblos y naciones que habitan en el extremo de la ribera norte del mar Mediterráneo, es una demostración de la intolerancia represiva de la Corona Española que, no solo se niega a aceptar principios fundamentales enunciados en la Carta Fundacional de la Organización de Naciones Unidas, ONU, de 1946, sino que además, se resisten a respetar su propia Constitución, en la cual se reconoce el derecho a una amplia y efectiva autonomía política al pueblo vasco como un caso particular y relevante del crisol de pueblos catalan, gallego, manchego, canario, asturiano, andaluz, castellano, valenciano, gitano, sefardí, ceuta, melillo y otros que han sido integrados al Estado Monárquico Español.
Durante centurias, pero especialmente en los siglos XIX y XX, el pueblo de Euskal Herria ha promovido diversos movimientos sociales y políticos dirigidos al reconocimiento de sus derechos nacionales, desarrollando incluso, levantamientos armados, con el fin de oponerse al dominio de la realeza española y sus mentores del franquismo, quienes no dudaron en bombardear la población vasca de Guernica, inmortalizado en el cuadro de Pablo Picasso, con los aviones alemanes de la Legión Azul , con el objeto de aplicarle “castigo colectivo” a la población civil indefensa, por la adhesión de la mayoría del pueblo vasco, a la causa de la República Democrática Española y su rechazo a la parasitaria Corona y sus aliados de oscurantismo clerical, los clanes militares y la oligarquía feudal, responsable del atraso histórico en que se encontraba España respecto a la mayoría de países del continente europeo.
El último episodio de la guerra de la Corona Española en contra de Euskal Herria lo constituye el llamado Sumario 18/98, cuya sentencia No. 73, dictada por el Juzgado 5 de la Audiencia Nacionales, bajo la presidencia de la magistrada Ángela María Murillo, condenó a CUARENTA Y NUEVE militantes de la causa vasca, a penas de hasta CATORCE AÑOS de prisión, por la supuesta comisión de los delitos de Integración y colaboración con organización terrorista, contra la Seguridad Social, alzamiento de bienes, falseamiento de contabilidad de los registros fiscales e insolvencia pública; decisión que fue calificada por el Presidente del Gobierno Autónomo Vasco, el lehendakari Juan José Ibarretxe, del PNV, como una decisión “… carente de principios jurídicos…” y que también fue rechazada por las demás agrupaciones políticas vascas, salvo aquellas que defienden en Madrid el Estado Monárquico y colonialista español.
Este triste episodio de la Justicia de la Monarquía parasitaria española descubre ante los pueblos del planeta el falso discurso democrático del poder español que reclaman Seguridad Jurídica para sus tarifados aliados de la conspiración y la desestabilización de los procesos políticos en América Latina y el Caribe, mientras que violan elementales principios de derechos humanos de los auténticos luchadores por la libertad de los pueblos
Aunque pueda parecer distante y hasta extemporánea, en Europa y, en particular, el seno del Estado Español, la globalización y la imposición del pensamiento y modelo único neoliberal a todos los pueblos, naciones y Estados Nacionales que lo integran, ha tenido la consecuencia de reafirmar los sueños de libertad de formaciones socio-históricas que habían sido sometidas a una férrea dominación y que hoy reivindican, como lo reivindicaron Bolívar, Sucre, San Martín, Artigas, Morelos, Brion, Petión, Ohiggins, Martí y tantos otros patriotas del siglo XIX, su derecho a liberarse de la oprobiosa dominación monárquica-imperial y decidir libremente el curso de su historia a lado de otros pueblos libres del planeta Tierra.