El imperialismo norteamericano, utilizando la fuerza política de su condición de potencia hegemónica de la realidad mundial, mantiene una ofensiva política y militar en contra de todas las naciones de mayoría musulmana, con el fin de controlar sus inmensas riquezas petrolíferas, derrotar los movimientos de liberación y democratización de los pueblos y sostener los gobiernos que sirven a sus intereses.
En Darfur, zona del sur de Sudan, se vive un conflicto armado interno que data de hace varios años entre el gobierno musulmán y la minoría cristiana que con el apoyo político y logístico de las potencias capitalistas de occidente, lucha por la autonomía de sus territorios, lo cual ha provocado la muerte y lesiones graves a miles de personas no combatientes, así como de desplazados internos y de refugiados en países vecinos; produciéndose lo que en el lenguaje diplomático internacional se conoce como CRISIS HUMANITARIA. Argumentando esta situación, el gobierno de los Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados en el norte del África y el Medio Oriente, decidieron intervenir en la situación interna sudanesa mediante la conformación de una misión de intervención militar con el supuesto fin de proteger la población civil no combatiente y separar a los bandos enfrentados para crear las condiciones políticas que permita una solución negociada de ese trágico conflicto armado, lo cual no sorprendería que terminara como en la agresión a Yugoslavia, con la separación de Darfur del territorio de Sudan.
No muy lejos de allí, en la Franja de Gaza, parte del territorio de la Palestina histórica y espacio separado del resto de la llamadas Autoridad Nacional Palestina, bajo el control del gobierno democráticamente electo del movimiento HAMAS, mas de dos millones de palestinos y palestinas SITIADOS por el ejercito israelí están siendo sometidos a todo tipo de privaciones materiales y ataques del ocupante ejercito sionista, lo cual, que día con día, provoca el aumento del número niños, niñas, mujeres y adultos mayores muertos como consecuencia de estas acciones desproporcionadas y de CASTIGO COLECTIVO y REPRESALIA MILITARES ILEGALES, ejecutadas con el pretexto de su lucha contra los grupos palestino de la resistencia armada a la ocupación del Estado sionista.
Hace apenas uno días, el gobierno sionista de Elhut Olmert, decidió someter a un nuevo CASTIGO COLECTIVO a la población civil de la Franja de Gaza, impidiendo el suministro de electricidad y el ingreso de alimentos y medicinas a ese territorio con el pretexto de las acciones armadas que la resistencia Palestina realiza en contra de áreas pobladas del territorio del Estado Israelí, ocasionando una CRISIS HUMANITARIA de incalculable proporciones, por lo que, en el límite de la sobrevivencia, mas de 700.000 palestinos, desafiando las amenazas israelíes y con el apoyo del gobierno de HAMAS y los grupos de la resistencia armada a la ocupación sionista, decidieron derribar las cercas del ghetto palestino de Gaza y entrar al territorio de Egipto con el fin de proveerse de todo lo necesario para sobrevivir en las extremas condiciones de existencia que el sitio militar y alimenticio sionista les impone. En este caso, el Consejo de (IN) Seguridad de las Naciones Unidas, de la mano del representante de los Estados Unidos y con los votos cuestionables de la federación Rusa y la República Popular China, acordaron un solo un llamamiento al Estado de Israel para que cesara en sus medidas en contra de la población civil palestina, negándose a tomar sanciones diplomáticas, comerciales y militares y de protección de la población civil palestina que, conforme a la Carta de las Naciones Unidas y sus instrumentos de derechos humanos y los Convenios de Ginebra de 1949 y sus dos Protocolos Facultativos, correspondería realizar; manteniéndose el estado de precariedad de vida y la amenaza de agresión del Estado Israel a la población de estos territorios ocupados.
Los hechos son evidentes y la diferencia entre estos dos CRISIS HUMANITARIAS son los intereses estratégicos de los Estados Unidos que, en el caso de Gaza mantiene la defensa del Estado Sionista Israel como su cabeza de playa en la región medioriental para impedir la unidad de los países árabes y la lucha del pueblo palestino por su derecho a su territorio histórico y a la autodeterminación, mientras que Darfur se trata de dividirlo para debilitarlo por su posición crítica sobre el comportamiento de los Estados Unidos en la escena internacional y, especialmente, en la región norafricana y del Medio Oriente.
Estos casos son evidencias inocultables del comportamiento de Estado Forajido de los Estados Unidos en la escena internacional, al irrespetar la Carta de las Naciones Unidas con el fin de asegurarse el control de los grandes yacimientos petrolíferos del planeta y proteger a sus aliados de la furia de sus pueblos en su lucha por la paz, la democracia y el bienestar. De allí la necesidad de unir la lucha de los pueblos y los gobiernos progresistas del planeta para desenmascarar y enfrentar la ofensiva imperialista, asumiendo la solidaridad activa con todos los pueblos y movimientos dirigidos a derrotar al imperialismo y sus aliados en todos los escenarios en los que estén en juego los intereses legítimos de los pueblos, la Humanidad y la sobrevivencia del planeta Tierra.
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