Asamblea Constituyente de Ecuador

Entre los disparos de la derecha y la dignidad...

1. Durante los seis meses de funcionamiento, la Asamblea Constituyente ha sido atacada por los sectores políticos de derecha y de poder económico, en un intento por desprestigiar su trabajo primero, y por desviar el curso de una Constitución progresista a una conservadora, si fuera posible retrógrada, permanentemente.

2. Hay una presión constante, una campaña sistemática dirigida por esos grupos de poder y llevada adelante mediante tácticas variadas desde una buena parte de los medios de comunicación, desde la presión directa sobre los asambleístas, incluso desde las amenazas a algunos/ as de ellos /as.

3. Es una táctica que se esperaba, que no debería asombrar a nadie, y tan solo saber enfrentarla. La derecha y los grupos de poder siempre actúan así cuando la correlación de fuerzas no está totalmente a su favor, primero intentan desprestigiar al contrincante y las herramientas del contrincante, y paralelamente ir sometiéndolo para imponerle su agenda o parte de ella. De esa forma rinden al contrincante. En esta ocasión se ha repetido el libreto.

4. Por un lado buena parte de los medios intentan desprestigiar a la Asamblea mostrando el show armado a veces por ciertos asambleístas de la oposición, distorsionando comentarios o propuestas de asambleístas del gobierno, fomentando las diferencias en el campo progresista y azuzando la división al interior de la izquierda.

5. Por otro, presionan para imponer la agenda, o parte de ella, en todos los temas, pero fundamentalmente en el económico. Para eso, buscan primero distorsionar las propuestas que se discuten, creando una supuesta opinión desfavorable a las mismas en la dizque opinión pública, y provocando como contrapartida inmediata una reacción defensiva en algunos sectores del gobierno y de la Asamblea para que retrocedan en sus posturas. "Cuantas más defensas induces a adoptar a tu enemigo, más debilitado quedará ", decía sabiamente el maestro Sun Tzu en El arte de la guerra. Todo eso se complementa con la influencia que puedan tener ciertas figuras de derecha en el propio gobierno.

6. Para lograr el objetivo se valen de encuestas tendenciosas, algunas con preguntas totalmente dirigidas, de supuestos debates televisivos en los cuales no se debate nada, de constantes repeticiones sobre supuestos errores de la Asamblea, de informaciones que culpan indirectamente a la Constituyente de la inflación o la violencia urbana, con los cuales ésta nada tiene que ver. Y más… mucho más.

7. Todo vale. Es una cuestión de sobrevivencia de un proyecto político, económico y social excluyente, y quienes usufructúan del mismo utilizan todas las armas que tienen a su alcance para defenderlo. Eso es así, y no debe asustar, son las leyes de la guerra, y la política es, sin duda, la continuación de la guerra por otros medios. Unas veces más pacífica, otras más violenta, pero no deja ni dejará de ser siempre una guerra. Establecido claramente el contrincante y sus métodos hay que estar preparado para enfrentarlo con todas las herramientas que están a nuestro alcance y en todas las áreas.

8. El problema surge cuando se suceden los errores en la dirección política de esa guerra o se distorsiona la conducción, cuando producto de esos errores se inician pequeñas batallas con aliados estratégicos, cuando por lo mismo se coloca a la defensiva ante los ataques de la derecha y los sectores de poder cediendo posiciones, o no se logra debatir con argumentos convincentes para unificar criterios, o no se logra comunicar las transformaciones reales más allá de la publicidad que en mediano plazo se desvanece.

9. En la Asamblea de 1998 los sectores de poder político y económico hicieron una Constitución a su medida. Tenían una correlación de fuerzas a su favor y la utilizaron. La Democracia Popular y el Partido Social Cristiano, voceros efectivos de ese poder impusieron un modelo político y, sobre todo, económico que fortalecía el proyecto neoliberal, y como dádiva para contentar a los sectores progresistas les aceptaron sus propuestas sobre derechos.

10. La Asamblea Constituyente actual, además de ubicar la soberanía y el ambiente como ejes transversales, debe quebrar el modelo económico impuesto en 1998, estableciendo una verdadera Soberanía Económica que implica, entre otras cosas, una defensa clara de las áreas estratégicas. No es posible recurrir a maquillajes, porque ese será el punto de quiebre fundamental. Para eso, la nueva Constitución no solo debería ser más progresista que la actual, lo que no es mucho pedir, sino incluso que la de 1978.

11. En todo caso, la actual Asamblea Constituyente ha demostrado en estos meses que es posible abrir la participación a la gente para que aporte con propuestas en este tipo de instancias; que se puede debatir arduamente desde distintas miradas económicas, políticas y ambientales incluso al interior del bloque de gobierno; y que es posible mantener la dignidad en la actividad política como lo han hecho varios /as asambleístas, a pesar de las presiones de los grupos de poder. La dignidad, incluso a veces defendida ingenuamente, es una imagen de esta Constituyente que debería quedar marcada como enseñanza hacia el futuro.

12. La aprobación de la Constitución que salga finalmente de este proceso, puede marcar un quiebre en las relaciones de poder si finalmente es la que muchos creemos que será. Y si es así, seguramente la población le dirá SÍ en el referéndum, porque aunque sigan disparando contra ella, la gran mayoría saldrá a defenderla como propia y no podrán tumbar su esencia en el imaginario colectivo…

kintto@yahoo.com


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Kintto Lucas


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