Nadie puede negar el momento histórico que viven los
Estados Unidos de Norteamérica. Una nación construida con la mano
de obra de los esclavos africanos acaba de elegir su primer presidente
afro-descendiente. Un país con una constitución que aún mantiene
su lenguaje original que define a los negros como "tres quintos
de un ser humano" acabo de eligir un hombre negro con una
abrumadora mayoría. El voto fue otorgado a los afro-estadounidenses
en el año 1870, cinco años después de la abolición de la
esclavitud y casí 100 años después de la ratificación de la
constitución por 55 hombres blancos terratenientes. Sin embargo, la
población afro-estadounidense sigió recibiendo un trato de segundo
y el país vivió en segregación durante la mayoría del Siglo
XX. Las grandes luchas revolucionarios por los derechos civiles de
Martin Luther King Jr., Malcolm X, las Panteras Negras, Angela Davis y
otros grandes líderes de la comunidad afro en Estados Unidos durante
los años sesenta y setenta lograron un posicionamiento importante
para la población negra dentro del país. Sin embargo, el racismo y
la segregación continuaron como temas integrales de la sociedad
estadounidense. Hubo un Collin Powell por allí, una Condoleezza Rice
por allá, pero siempre y cuando se subordinaban a la supremacía
blanca y actuaban como los token negros para dar la aparencia
de un gran progreso de la nación.
Barack Hussein Obama no es ningún Condoleezza Rice ni un
Collin Powell, pero tampoco es un Martin Luther King Jr. y menos un
Malcolm X. El Presidente Electo Obama es un afro-estadounidense que ha
aprovechado de un momento de desesperación dentro del pueblo de
Estados Unidos y que ha jugado sus cartas casi a la perfección. De
padre africano, ausente de su vida, y madre blanca del corazon de
Estados Unidos, el Estado de Kansas, Obama utilizó su ambición
para lograr asistir a las mejores universidades del país
Columbia en Nueva York y luego Harvard para su doctorado en derecho.
Optó por una candidatura al Senado por el Estado Illinois y logró
recaudar suficientes fondos para ganar el puesto en 2004,
convertiéndose en uno de pocos afro-estadounidenses que ha sido
eligido al Senado de Estados Unidos. Escribió dos libros sobre sí
mismo, enfocados en la ausencia de su padre en su vida y su lucha por
subir la escalera del "éxito" y "oportunidades"
que supuestamente ofrece Estados Unidos con sus calles de oro. Se hizo
multi-millonario con sus bestsellers y otros trabajos que le
llegaron por su carisma y potencial como un próximo líder del
país. No fueron sino dos años en el Senado y Obama decidió
arrancar una campaña para la presidencia, capitalizando del momento
de descontento en el país debido al fracaso de la época
Bush-Cheney y el rechazo a nivel nacional al posible regreso de
los Clintons al poder.
Aunque no era el candidato preferido a comienzos de las
primarias del partido demócrata, Obama eligió un equipo de
campaña joven y sabio, y conocedor de las nuevas herramientas
sociales: el Internet y los medios de comunicación. Entre Hillary
Clinton y Obama, las primarias demócratas se convertieron en un
concurso de raza contra género. Ganó raza, ya que Hillary
representaba más de lo mismo para muchos hartos de más de 20
años de las familias Bush y Clinton en el poder. Obama ofrecía una
cara fresca, joven y morena, y un discurso poético, inteligente,
reconciliador y sensible a las necesidades de un pueblo abandonado por
sus gobernantes. No importaba que no tenía experiencia en la
política ni el gobierno, era el outsider que rápidamente se
convertió en el insider con más potencial para ganar las
elecciones presidenciales.
Obama recibió el apoyo de grandes multinacionales,
celebridades de peso, multi-millonarios y del partido demócrata,
además de captar el voto afro-estadounidense y un sector juvenil que
antes no había expresado un interés notable en la política
nacional. La campaña de Obama convertió la palabra cambio
en una moda nueva. Fue creativa con el uso de internet y páginas
como Youtube.com, que fue el verdadero motor de la campaña de Obama,
sacando nuevas cuñas y micros a favor de su elección casí todos
los días. Apoyar a Obama se transformó en un nuevo estilo, algo
chevere para la juventud, la moda del momento, el candidato
cool. Y claro, pensar en la posibilidad de elegir un hombre negro
que no se idenficaba con la comunidad afro-estadounidense de manera
abierta y directa y no empleaba un discurso anti-racista que
incomodaba a los blancos, pués era bastante cómoda para la
mayoría del país. Obama nunca habló de Black Power, no
responsibilizaba a los blancos por la opresión de los negros y menos
comentó sobre sus propias experiencias como un hombre de raza
mestiza en un país donde frecuentamente golpeaban a los hombres
negros que salían mano en mano con mujeres blancas. No, Obama
decía que la nación era un sola, que no veía color ni sexo ni
afiliación política era un solo gran país los Estados Unidos
de Norteamérica.
Con este discurso, Obama logró recaudar más dinero que
cualquier otro candidato de la historia de Estados Unidos. En su
discurso de victoria a la media noche del 4 Noviembre 2008, Obama
admitió que su campaña había sido la mejor de la historia del
país la campaña perfecta. Vendieron su cara fresca y su color
de piel al pueblo estadounidense, envuelto en su discurso de cambio y
su tono monótono, pero suave y acariciador. Hasta vendieron su
imagen al mundo Obama, el cambio para Estados Unidos, el contrario
de Bush-Cheney, un hombre moreno que entiende los dolores de
los pueblos y se identifica con ellos. Jamás alguien así podría
atacarlos o intentar dominarlos.
Pero no se engañan. Obama siempre fue claro con su punto
de vista imperial y su reafirmación sobre la necesidad de recuperar
la posición de Estados Unidos como un super-poder y el país más
grande y dominante del mundo. Al aceptar su victoria, Obama invocó
los cliches de Estados Unidos, diciendo que al llegar a la
presidencia era una muestra de que su "América" es un
país donde todo es posible, donde las oportunidades no tienen
límites el sueño americano en vivo. Se le olvidó agregar que
eso se hizo posible por los más de 3 mil millones de dólares
invertidos en su campaña. Todo es posible en Estados Unidos con unos
cuantos millones de dólares nadie lo niega.
Obama es la cara perfecta del imperio. ¿Quién mejor
puede presentar una imagen simpática de una Washington bien decaida
y destruida por los ocho años de Bush-Cheney y sus guerras
sin fin? ¿Será igual de facil para Al Qaeda u otros grupos
anti-estadounidenses atacar a un jefe de estado moreno con nombre
árabe? ¿Podrán los pueblos en revolución apuntar sus dedos a la
Casa Blanca de Obama y reclamar sus acciones agresivas,
intervencionistas e imperiales? ¿Y qué pasará con el pueblo
estadounidense? ¿Bajará su guardia y respirará con alivio
pensando que ya la cosa esta en buenas manos y no hay que protestar
más ni criticar más ni reclamar cambios reales?
Si, el imperio ha conseguido su representante perfecto, el
que casi blinda sus acciones con su poesía y color. Es cierto que la
elección de Obama se ha hecho historia y ha sido un paso importante
para curar los heridos profundos de la esclavitud. Pero el imperio
seguirá siendo el imperio, en eso Obama fue muy claro en su discurso
de victoria. "A los que están fuera de Estados Unidos que nos
quieren destruir, sépanlo con claridad que nosotros los
derrotaremos," dijo con convicción. Que dios bendiga
América.
*Dra. Eva Golinger
Directora General
Fundación Centro de Estudios Estratégicos
de Seguridad
"CESE"