1. La realidad es que no quiero que me vean a mí y a los demás la cara de tontos. Pienso que el Plan México que vendrá a reconfirmar Obama en su visita el próximo jueves y viernes, que la ocupación del país por el ejército a partir de que tomó posesión de la Presidencia el ilegítimo Calderón y la campaña abierta para aprobar una ley contra las marchas y manifestaciones de protesta en la ciudad de México, están indisolublemente ligadas porque buscan asegurar que el enorme descontento que crece por el profundo desempleo, los salarios de hambre y la opresión, a lo que se suma la crisis mundial capitalista, sea frenado en seco. Pero a la larga no podrán porque en diversos sectores de la población empiezan a darse condiciones pre revolucionarias.
2. Las próximas elecciones serán un fraude, un engaño al pueblo, pero también un fracaso porque a pesar de los miles de millones de pesos del presupuesto que se despilfarran en llamados al voto y en campañas políticas dispendiosas más de la mitad de los electores (más de 35 millones) no saldrán a votar. El desempleo y la miseria se han agudizado y los políticos y partidos derrochadores del presupuesto nacional, están ya muy desprestigiados. El peso mexicano ha sufrido una gigantesca devaluación, las reservas monetarias caen rápidamente, otra vez se hace un gigantesco préstamo al FMI y los multimillonarios compran dólares y se los llevan fuera de México. Da la impresión que el gobierno, pensando en 1810 y 1910, espera la revolución de 2010.
3. El Plan México (conocido como Iniciativa Mérida) tendrá su dirección en México, pero físicamente estarán miembros del ejército y el gobierno de los EEUU. La columna vertebral, según la revista Proceso (12/IV/09), será el Centro Conjunto de Implementación (CCI) que se ubicará en la capital de México y trabajarán en él funcionarios de ocho agencias federales y de dos secretarías de Estado de los dos países. Tendrá nueve equipos de trabajo binacional que “verificarán” la eficacia de la lucha militar contra el narcotráfico impulsada por Calderón y respaldada con dinero, tecnología, adiestramiento y equipo bélico proporcionado por EEUU. Una estrategia yanqui de ocupación innegable, idéntica al Plan Colombia,
4. En aquel país sudamericano gobernado por el fascista Álvaro Uribe, cuando se instaló hace nueve años el Plan Colombia le pusieron como objetivo único el combate contra el narcotráfico; sin embargo no concluyó siquiera el gobierno de Pastrana, su antecesor, cuando el Plan se enfocó al combate contra los guerrilleros de las FARC, del FLN y demás grupos de oposición a quienes fácilmente se les aplicó el calificativo de violentos, de terroristas que estaban al servicio de las FARC. Entonces empresarios, medios de información y partidocracia dedicaron su tiempo a justificar la entrada de asesores y ejército yanqui. En México la estrategia es diferente porque no hay guerrillas fuertes, pero sí un gran descontento de campesinos, obreros, etcétera.
5. La asesoría del ejército mexicano, que al parecer persigue a narcotraficantes, es una combinación de jefes yanquis y mexicanos; además que todos los jefes del ejército mexicano asisten permanentemente a las escuelas militares y al entrenamiento que prepara el Pentágono de los EEUU. Incluso parece absurdo, extremadamente tonto, decir que no hay soldados norteamericanos combatiendo en México cuando el ejército de México es un sucursal del ejército de aquel país. Sobre todo en estos días en los que fuerzas militares mexicanas ingresarán a formar parte de los “cascos azules” de la ONU que en vez de “fuerzas de paz” por lo general se suman a las fuerzas yanquis de agresión. Con la instrumentación del Plan se empata la ocupación del país.
6. Cuando se firmó la llamada Iniciativa Mérida el ejército mexicano ya ocupaba varios estados del país. La firma del Plan era para apoyar esa ocupación que llevaba algunos meses. Cuando el yanqui presidente Bush vino a Yucatán, hace dos años, a firmar la llamada Iniciativa Mérida, la ciudad fue convertida en casi una Estado de sitio. Desde todos los edificios del centro histórico, los meridanos eran vigilados por expertos tiradores, en cada cuadra ubicaron a dos o tres militares con sus armas amenazantes, alrededor del parque principal de Mérida caminaban soldados guiando a sus enormes perros, mientras bajo las sombras de los árboles se agrupaban agentes de la CIA o el FBI con toda la pinta de policías extranjeros.
7. Con la ocupación por parte del ejército de la mayoría de lugares claves en las entidades del país, las secretarías de Gobernación y de Defensa Nacional poseen ya los mapas de las regiones del sur, centro y frontera norte, muy bien ubicados, donde podrían moverse fuerzas de oposición. Tanto Hillary como Napolitano declararon en México la semana pasada que buscaban cercar las fronteras norte y sur de México porque, según ellas, representaban un peligro por donde podrían penetrar terroristas que quieran hacer mal en los EEUU. La realidad es que el “combate contra el narcotráfico” es la pantalla de humo, es el pretexto para blindar la frontera para que no entren a EEUU terroristas, pero al mismo tiempo para tapar la venta de armas.
8. Para que la crisis la paguen quienes la provocaron y no –como siempre– las víctimas del sistema, escribió Guillermo Almeyra hoy domingo (yo absolutamente de acuerdo con él) es necesario que los trabajadores, los pobres, los oprimidos, tengan su propia organización para poder responder con sus exigencias a esa crisis económica capitalista y a la crisis política y moral que enfrenta el país. Es necesario que tengan una organización que responda a todas las corrientes empeñadas en la resistencia social, sin sectarismo alguno, y que sea capaz de unirlas en un sólido frente único, con plena autonomía del gobierno, de la Iglesia y de los partidos integrados en el Estado opresor. ¿Hasta cuándo podremos concretar una propuesta de este tipo?
pedroe@cablered.net.mx