La presencia de los que participaron de la dictadura militar en el primer escalón del gobierno de Lula

Todos los “arenistas” del presidente brasileño

El último día 30 de marzo, las centrales sindicales más a la izquierda, incluyendo la central oficial, la CUT (Central Única de los Trabajadores), hicieron actos en defensa del empleo y contra la crisis económica. La jornada de lucha era para arrancar el 1º de abril, haciendo alusión al Golpe de 1964, que completó 45 años de triste memoria. Sin embargo la burocracia cutista jugó para otra fecha, para impedir la memoria y confundir a la militancia brasileña. Es justo por esa memoria, por la verdad y la justicia, mostrar que el gobierno comandado por un ex-dirigente sindical, hace a todos los brasileños olvidar, no sólo el pasado reciente sino también el presente vergonzoso. Podemos apuntar, de entre varias, dos causas fundamentales para eso.


La primera es que en la ARENA de la memoria, la verdad y la justicia, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva hace todo el esfuerzo posible para impedir la apertura de los archivos de las fuerzas armadas acerca de la represión política y del periodo de la dictadura. Por increíble que parezca, el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC) agitó más esta casa de abejas que el mandato de Lula.


La segunda es la notoria presencia de arenistas, ex-miembros de la Alianza Renovadora Nacional (ARENA), el partido oficial de apoyo a la dictadura militar en el actual gobierno. Lula, además de tener un líder empresarial como vicepresidente (José Alencar) y tucanos serristas de toda la vida (que dan soporte al gobernador de São Paulo, José Serra, PSDB) en su gobierno, como el ministro de la Defensa Nelson Jobim, el presidente de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) Ronaldo Sardenberg y el más conocido de ellos, Henrique Meirelles, presidente del Banco Central del Brasil (Bacen). Desde el 1º de enero de 2003. Mr. Meirelles es reconocido en el mundo como alto ejecutivo del Bank of America, ex-presidente mundial del BankBoston, además de ser acusado de crimen electoral y de fortuna sin origen, y, como complemento de tan “noble” trayectoria, fue diputado federal electo por el PSDB (GO, elección de 2002).


Volviendo al caso de los Arenistas, su proporción y su peso relativos son enormes. De 43 órganos ejecutivos de primer nivel, de entre ministerios, secretarías especiales, gabinetes, Abocacía General de la Unión (AGU), Contraloría General de la Unión (CGU), Casa Civil y vicepresidencia, la ARENA tiene 8. O sea, la proporción es que cada 6 ministros, 1 de ellos participó de los gobiernos de la dictadura. Esa calaña convive pacíficamente con ex-guerrilleros hoy ministros, como Dilma Roussef (ex-VAR-Palmares y titular de la Casa Civil, después de la caída de José Dirceu) y Franklin Martins (ex-MR 8, columnista de las Organización Globo por décadas, ministro de la Secretaría de Comunicación Social), sin hablar en el más poderoso lobysta del país, el ex-guerrillero y diputado federal cazado José Dirceu, primer ministro de Lula hasta la crisis política de 2005.


Resumamos la ficha corrida de los Arenistas de Lula en el primer nivel:


José Múcio Monteiro (de Pernambuco), el ministro de la Secretaría de Relaciones Institucionales, con pasado en el antiguo PSD, después en el PFL y PSDB, “migrando” para un partido de la base aliada, el PTB, el primer año de gobierno de Lula. Además de ministro de la carpeta es diputado federal por la leyenda de Roberto Jefferson y del ex-presidente Fernando Collor de Mello.


Jorge Hage (de Bahía), el ministro jefe de la Contraloría General de la Unión (CGU) escondió en su currículo que fue alcalde de Salvador por ARENA (1975-1977), cuando durante la AI-5, los alcaldes de capitales y áreas de seguridad nacional eran nombrados por la dictadura. Después de pasar un periodo apoyando los militares, tuvo pasaje por el PSDB y el PDT, hecho éste que esconde hasta en su orgulloso currículo de jurista y profesor universitario.


Alfredo Nascimento (de Amazonas) ministro de los Transportes, tiene formación militar, como sargento especialista de la Fuerza Aérea, donde ingresó en 1972, en pleno AI-5. Está licenciado del cargo de senador por el PR (Partido de la República) del Amazonas. Colecciona acusaciones de crímenes electorales y de improbidad administrativa.


Edison Lobão (de Maranhão), ministro de las Minas y Energía, senador licenciado del cargo por el PMDB de José Sarney. Lobão fue de la ARENA, asesoró ministerios durante la dictadura, habiendo sido después de diputado federal por la ARENA, PDS y después de ingresó en el PFL. Lobão llegó a ser electo senador maranhense por los Demócratas, pero atendió a las conveniencias y negociaciones venidas de su estado, migrando así para el PMDB en 2008.


Hélio Costa (de Minas Gerais), ministro de las Comunicaciones, siempre concursó por el PMDB pero tiene trayectoria anterior. Además de ser “ex”-empresario de la Red Globo y dueño de emisora de radio, Costa trabajó para la Voice of America (Voz de la América) en plena dictadura militar, periodo de las llamadas Fronteras Ideológicas. Luego en la secuencia, implantó la Globo en los EUA. Ayudó así, directamente, los intereses yankees y en el apoyo de Washington a los regímenes militares.


Márcio Fuertes (de Rio de Janeiro), ministro de las Ciudades, es hombre del PP de Paulo Salim Maluf y tuvo carrera como tecnócrata a servicio de ministerios militares. Por ejemplo, él escribía parte de los mensajes presidenciales al Congreso Nacional durante los años de 1967 y 1969, justo cuando los militares cerraron el Legislativo. Fuertes trabajó durante todo el Gobierno Médici (el más sangriento de la dictadura) como Jefe del Gabinete del entonces Ministro de la Industria y Comercio Pratini de Moraes, latifundista gaúcho (rio-grandense) hasta hoy la activo.


Geddel Vieira Lima (de Bahia), ministro de la Integración Nacional, hombre con pasado en la ARENA baiana, llamado carlista genérico. Es uno más que esconde su pasado en el PDS (la sigla partidaria que sucedió a la ARENA), cuando fungió como presidente del Baneb en el gobierno de João Durval Carneiro, hombre de confianza de Antônio Carlos Magalhães. Antes fue “aspone”, jerga brasileña que es la sigla de asesor de porongo ninguna, (políticos profesionales que apoyaban el régimen militar 1979-1981).


Reinhold Stephanes (de Paraná), ministro de la Agricultura y del Latifundio, está en el PMDB como la mayoría de los arenistas travestidos. Tiene en su currículo el cargo de diputado federal tanto por la ARENA como posteriormente por el PDS. Fue ministro de la Providencia tanto en el gobierno del presidente cassado Fernando Collor y como acróbata político, retornó a la arena en los 8 años de Fernando Henrique Cardoso.



Además de estos, aún cuenta el gobierno del ex-sindicalista Lula con los caciques políticos en el Congreso y con mayoría en la Suprema Corte del Brasil (STF, o Supremo). Vamos ver aquí las bases de la ARENA en el Supremo (STF) y en la Base Parlamentaria, el apoyo político.


Gilmar Mendes (de Mato Grosso), el actual presidente del STF, nuestra Suprema Corte, ha pasado como fiscal de la república y fue alzado a la escena política por las manos de Collor. El equilibrista trabajó tanto en la Presidencia de la República en la era Collor (de 1990 a 1992), como fue asesor jurídico de la revisión constituyente, además de ocupar cargos en el gobierno FHC, como lo de Abogado General de la Unión. Fue el propio Fernando Henrique quién lo indicó para el Supremo en 2002, llegando a la presidente de la primera corte del país en abril de 2008.


José Sarney (de Maranhão y Amapá), el senador por el estado del Amapá, ahora en el PMDB, ya fue gobernador del Maranhão y presidente de la república, cuando asumió en el lugar del finado Tancredo Nieves. Sarney era el hombre del PFL, fractura del PDS para componer la entonces llamada Alianza Democrática. Su gobierno duró 5 años pasando el bastón para otro arenista. Se caracteriza por ser el crack de la politiquería, dominando cómo nadie los esquemas y negociaciones político-empresariales, tanto en Brasilia como en los currales electorales.


Fernando Collor de Mello (de Alagoas), senador por el PTB, el ex-presidente cazado y después juzgado “inocente” por el Supremo es de la base de apoyo de Lula. El ex-arenista fue el candidato de la red Globo y de los capitales transnacionales cuando corrió contra el propio Lula en 1989. Lo derrotó por pequeño margen de votos, en un segundo turno más que sospechoso. Representa el peor de la política brasileña, juntamente con su fiel amigo, Renan Calheiros.


Renan Calheiros (de Alagoas), senador por el PMDB, ya hizo y fue de todo en la vida política, menos un tribuno respetable. Es bueno recordar que Renan, de entre otras hazañas, además de pagar pensión para su ex-amante con dinero de empresas de construcción civil, fue ministro de la Justicia de FHC, acumulando un histórico de escándalos y negociados políticos de gran tamaño. Es otro que juega el juego de Sarney, apoyando a Lula y quitando beneficios para causa propia.


Romero Jucá (RR), el senador por el PMDB de Roraima, actual líder del gobierno Lula en Senado presidido por su cacique político José Sarney, tiene trayectoria en el PFL y antes en la ARENA. Equilibrista, Jucá fue líder interino de FHC, a finales de su gobierno, cuando entonces era del PSDB.


Roseana Sarney (de Maranhão), la hija de José Sarney es la líder del gobierno en el Congreso. En el momento Roseana es senadora por el PMDB maranhense, pero tiene toda su trayectoria conectada al PFL, antes al PDS y la ARENA. Ella casi fue candidata al cargo que pertenece a Lula, cuando en el inicio de la carrera presidencial de 2002 la empresa de su marido fue blanco de una operación de la Policía Federal – articulada por José Serra, entonces candidato a candidato por el partido PSDB, de FHC – y que terminó incautando más de R$ 1 millón y 300 mil reales en dinero vivo y sin procedencia. El hecho policial quedó como un contumaz hecho político, una vez el caja 2, de plata sucia y no declarada, que iba a alimentar su campaña política, quedó expuesto. Con la derrota puntual, Roseana liberó el área y el entonces PFL (hoy Demócratas) no presentó candidato.


Romeu Tuma (de São Paulo), senador actualmente en el PTB-SP, es base de apoyo al gobierno Lula en Senado. Ingresó en la Policía Civil de São Paulo en 1951 como investigador de policía, pasando a comisario en 1967. Tuma fue uno de los policías con mayor actuación en el combate a la guerrilla, trabajando en la represión política y social desde 1957. Como premio, lo transfieren para la Policía Federal, Superintendencia de São Paulo, en 1983. Esconde el pasado de represor del currículo. Curiosidad macabra, Tuma llegó a prender el propio Lula cuando este era dirigente sindical.


Antônio Delfim Netto (de São Paulo), concluyó su carrera política por el PMDB, pero tiene toda su trayectoria vinculada a los partidos de sustentación de la dictadura (ARENA y PDS). Ejerce la función – informal – de “consejero económico” de Lula. Delfim fue ministro de la Hacienda de Costa y Silva y Médici, y con Figueiredo fue ministro de la Planificación y tras la Agricultura. Es autor, de entre otras basuras, de la frase “aumentar la tarta para después repartir” y de la hiper devaluación del crucero (entonces la moneda nacional) en 1983. Con esa medida, el brazo económico de la tortura enterró el “Milagro Brasileño” el cual fue uno de los inventores al coste de deuda externa y crímenes de lesa humanidad.


Conclusión


Esperamos que, después del análisis descriptivo de ese equipo de ladrones y cleptocrátas profesionales, ningún otro militante bien intencionado repita alguna idea absurda de “gobierno en disputa” o de “guerra de posiciones gramsciana”. No es este el caso. Este gobierno es derechista, usa y abusa del carisma de un personaje de tipo populista (el presidente), pero sabe como nadie los caminos de la politiquería brasileña. El pacto político brasileño garantiza la estabilidad del mandatario, para que sean respetadas las bases del poder real. Una es el capital financiero y la opción preferencial por los bancos. Otra es el mantenimiento del sistema de privilegios sirviendo como manto de fondo para la tal “gobernabilidad”. La base de apoyo de este gobierno, se sostiene tanto en el capital financiero como en parte de la élite política más podrida de ese país.


Lula sabe lo que hace. Cierta vez afirmó en alto y buen tono: “Yo nunca fui de izquierda”. ¡Y es verdad, nunca lo fue!


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Bruno Lima Rocha

Politólogo, periodista y profesor de relaciones internacionales

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