El 13 de abril de 2009, en vísperas de la V Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Barack Obama alivió las sanciones económicas contra Cuba levantando las restricciones que afectaban a los cubanos que vivían en Estados Unidos. Ahora, éstos pueden viajar a su país de origen siempre que lo deseen (antes limitado a 14 días cada tres años), y mandar remesas sin límites a sus familias (antes 100 dólares al mes).1
La Cumbre, en la cual no participó La Habana, que no forma parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde su expulsión en 1962, estuvo dominada por el tema Cuba. Durante su discurso inaugural, la presidenta argentina Cristina Kirchner exhortó a Washington a que eliminara el estado de sitio que impone al pueblo de Cuba desde agosto de 1960. Los otros 32 mandatarios latinoamericanos y caribeños también llamaron a la Casa Blanca para que acabase con una situación anacrónica y cruel que afecta a todos los sectores de la población.2
El presidente Obama declaró su voluntad de buscar “un nuevo comienzo con Cuba”.3 “Creo que podemos llevar la relación entre EEUU y Cuba en una nueva dirección”, subrayó. “Estoy aquí para lanzar un nuevo capítulo de acercamiento que continuará durante mi mandato”, concluyó. Por su parte, la secretaria de Estado Hillary Clinton reconoció que la política cubana de Estados Unidos “había fracasado”.4
No obstante, tan pronto acabó la Cumbre de las Américas, la Casa Blanca cambió el tono. El 19 de abril de 2009, David Axelrod, asesor político del presidente, señaló que su gobierno no levantaría inmediatamente las sanciones económicas. “Todavía estamos lejos de eso”, declaró a la cadena de televisión CBS.5 Clinton, por su parte, hizo una declaración poco agradable y poco diplomática con respecto al gobierno de La Habana, enfatizando que se trataba de un “régimen que estaba finalizando”, con lo que suscitó serias dudas en cuanto a su voluntad de resolver las diferencias entre las dos naciones.6
Luego, el presidente Obama impuso a Cuba como condición previa a un diálogo bilateral que efectuara cambios en su política interna, particularmente con una reducción de los impuestos relativos a los flujos financieros, sabiendo a ciencia cierta que el gobierno de Raúl Castro no aceptaría ninguna injerencia en los asuntos internos de su país. En efecto, es como si La Habana le exigiera a Washington el establecimiento de un sistema universal de atención médica en Estados Unidos antes de entablar cualquier negociación.7
Por su parte, Raúl Castro reiteró su disposición a dialogar con Washington sobre cualquier tema “derechos humanos, presos políticos y libertad de prensa”, con tal de que se hiciera sobre una base de igualdad, de reciprocidad y de no injerencia.8 También recordó que la pelota se encontraba en el campo de Obama: “Cuba no ha impuesto sanción alguna contra Estados Unidos ni contra sus ciudadanos. No es Cuba la que impide a los empresarios de ese país hacer negocios con el nuestro, no es Cuba la que persigue las transacciones financieras realizadas por los bancos norteamericanos, no es Cuba la que tiene una base militar en territorio de los Estados Unidos contra la voluntad de su pueblo. No es Cuba la que tiene que hacer gestos. No hay pretexto político ni moral que justifique la continuidad de esa política”.9
Los llamados a favor de un alivio de las sanciones contra Cuba se multiplican en Estados Unidos. El prestigioso Lexington Institute publicó un informe de 50 páginas en este sentido bajo el título Opciones para un compromiso: una guía de recursos para reformar la política de Estados Unidos hacia Cuba (Options for engagement: A resource guide for reforming U.S. policy toward Cuba).El centro de estudios políticos recomendó a la administración Obama que retirara las condiciones impuestas a Cuba como premisa para cualquier diálogo. En efecto, La Habana no es sensible al lenguaje de la intimidación y no acepta ninguna sombra a su soberanía.10
La representante demócrata Kathy Castor, del distrito de Tampa en Florida, también instó al gobierno a que ampliara el número de aeropuertos autorizados para los viajes a Cuba, para hacer frente a número creciente de demandas que ocasiona serios problemas logísticos. Actualmente, sólo los aeropuertos de Miami, Nueva York y Los Ángeles disponen del debido permiso para realizar vuelos a Cuba.11
Por fin, la poderosa Cámara de Comercio de Estados Unidos lanzó una iniciativa a favor del levantamiento de las restricciones comerciales con el apoyo de varios miembros del Congreso. “El convencimiento popular quiere que si algo que hemos intentado durante años no ha funcionado, deberíamos pensar en otra cosa. Hemos hecho durante 50 años algo que no ha dado resultados, hoy es el momento de buscar otros medios”, declaró Thomas J. Donohue, presidente de la organización que agrupa a cerca de 3 millones de empresas estadounidenses. “Estamos perdiendo grandes oportunidades comerciales en un mercado que está a 90 millas de nuestras costas. Esas oportunidades están siendo aprovechadas por otros países como China, pero todavía no es tarde para empezar a recuperarlas”, añadió.12
Pero en vez de dar un paso en esta dirección, Obama adoptó la posición contraria. En efecto, en mayo de 2009, el Departamento de Tesoro infligió una multa de 110.000 de dólares a la empresa petrolera Varel Holdings por haber exportado tecnología a Cuba. No obstante, las transacciones tuvieron lugar entre junio de 2005 y junio de 2006, es decir bajo la administración Bush, mediante una filial basada en el exterior. Una vez más, el carácter extraterritorial de las sanciones económicas aparece a plena luz. Así, lejos de oír los llamados a favor de una política más racional, Obama prefirió seguir los pasos de su predecesor.13
Otra decisión que tomó el Departamento de Estado ilustra la falta de credibilidad de Estados Unidos en su voluntad de normalizar las relaciones con la Isla del Caribe. El 30 de abril de 2009, Washington incluyó otra vez –sin razón válida– a Cuba en la lista de los países patrocinadores del terrorismo, provocando una fuerte reacción por parte de La Habana, que acusó a Estados Unidos de ser un “delincuente internacional”, en referencia a las agresiones cometidas contra Afganistán e Iraq. Por otra parte, Washington “ha tenido históricamente un largo expediente de acciones de terrorismo de Estado no sólo contra Cuba”, declaró Bruno Rodríguez Parrilla, canciller cubano. “Jamás el territorio cubano se ha utilizado para financiar o ejecutar actos terroristas contra los EEUU de América. El Departamento de Estado que emite esos informes no podría decir lo mismo”, añadió refiriéndose a los más de 5.780 atentados terroristas cometidos contra Cuba que costaron la vida a 3.478 personas desde 1959.14
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional cubana, también criticó la doble moral estadounidense en materia de lucha contra el terrorismo, refiriéndose a Luis Posada Carriles, criminal internacional responsable de más de un centenar de asesinatos, refugiado en Miami y a quien Washington se niega a juzgar o extraditar :
“¿Por qué finalmente Washington no responde a la solicitud formal de extradición a Venezuela de Luis Posada Carriles? La misma fue recibida hace más de cuatro años y no ha tenido respuesta.
Las convenciones internacionales contra el terrorismo son muy claras y no dejan a Estados Unidos ninguna salida. Posada debe ser extraditado para que continúe su juicio por la destrucción en pleno vuelo de un avión civil o Estados Unidos está en la obligación de procesarlo por el mismo crimen “sin ninguna excepción en absoluto.” Extraditar o procesar inmediatamente a Posada, o Estados Unidos continuará violando el Artículo 7 de la Convención de Montreal para la Protección de la Aviación Civil y todos los otros instrumentos legales contra el terrorismo internacional y la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de septiembre de 2001”.15
El presidente Obama está incumpliendo las promesas que hizo a la opinión internacional. Así, después de mostrarse implacable con los tribunales de excepción instaurados por la administración Bush en Guantánamo – territorio cubano ocupado ilegalmente por Estados Unidos – a las cuales había calificado de “fracaso monumental”, el inquilino de la Casa Blanca decidió simplemente conservar las comisiones militares, anulando de facto el cierre de la prisión de Guantánamo y suscitando la ira de las organizaciones internacionales.16 También decidió vetar la publicación de las fotos que mostraban los actos de tortura que cometió la CIA, contradiciendo otra vez su voluntad, afirmada en varias ocasiones, de demostrar transparencia sobre las exacciones cometidas bajo el mandato de Georges W. Bush.17
El mundo entero tiene los ojos fijos en Barack Obama, que dispone de una oportunidad histórica de acabar con una larga agresión de cincuenta años contra el pueblo cubano. No existe justificación alguna para el statu quo actual.
Revisado por Caty R.
Notas
1 Salim Lamrani, «El primer gesto de Barack Obama hacia Cuba», Rebelión, 19 de abril de 2009. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84026 (sitio consultado el 16 de mayo de 2009).
2 Agence France-Presse, «Presidenta argentina pide a Obama que levante embargo contra Cuba», 17 de abril de 2009; Agencia Bolivariana de Noticias, «Cristina Fernández abogó por Cuba en discurso inaugural de Cumbre de las Américas», 17 de abril de 2009; Agencia Bolivariana de Noticias, «Daniel Ortega rechazó política intervencionista de Estados Unidos», 17 de abril de 2009.
3 The Associated Press, «Obama Seeks ‘New Beginning’ With Cuba», 17 de abril de 2009.
4 Macarena Vidal, «Obama ofrece ‘un nuevo comienzo’ en las relaciones con Cuba», EFE, 17 de abril de 2009.
5 EFE, «Asesor de Obama: EEUU está lejos de levantar el embargo», 19 de abril de 2009.
6 Agence France-Presse, «Clinton afirma que régimen de Castro en Cuba ‘está finalizando’», 22 de abril de 2009.
7 Frances Robles, «Obama a Raúl Castro: ‘Ahora es su turno’», The Miami Herald, 19 de abril de 2009.
8 The Associated Press, «Castro Says Cuba Willing to Talk on Equal Terms», 16 de abril de 2009.
9 Agence France-Presse, «Raúl Castro responde a Obama: No es Cuba la que tiene que hacer gestos», 29 de abril de 2009.
10 Juan Carlos Chávez, «Informe sugiere ‘más realismo’ en nexos con Cuba», El Nuevo Herald, 21 de abril de 2009.
11 EFE, «Piden que se pueda viajar a la isla desde más aeropuertos», 28 de abril de 2009.
12 Néstor Ikeda, «Dueños de empresas y congresistas piden comercio con Cuba», The Associated Press, 6 de mayo de 2009.
13 Wilfredo Cancio Isla, «Multa a petrolera por exportar tecnología a Cuba», El Nuevo Herald, 7 de mayo de 2009.
14 El Nuevo Herald, «EEUU deja a Cuba en la lista de países terroristas», 1 de mayo de 2009.
15 Ricardo Alarcón de Quesada, «Cuba: The Imperial Ignorance», Znet, 13 de mayo de 2009. http://www.zcommunications.org/znet/viewArticle/21446 (sitio consultado el 16 de mayo de 2009).
16 Le Monde, «Barack Obama maintient les tribunaux d’exception», 16 de mayo de 2009.
17 Jennifer Loven, «Obama Seeks to Block Release of Abuse Photos», The Associated Press, 14 de mayo de 2009.
Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad París Descartes y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista francés, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Ha publicado, entre otros, Doble Moral. Cuba, la Unión Europea y los derechos humanos (Hondarriaba: Editorial Hiru, 2008). Su nuevo libro se titula Cuba. Ce que les médias ne vous diront jamais (París: Editions Estrella, 2009) con un prólogo de Nelson Mandela.
Contacto: lamranisalim@yahoo.fr ; salim.lamrani@parisdescartes.fr