En la edición número 248 del Centro di Cultura e Documentazione Popolare (CCDP), en un artículo titulado “Congo: cultura della violenza o conflitto geostrategico?” (http://www.resistenze.org/sito/te/po/cn/pocn8m05-003963.htm), se cita la opinión emitida por el parlamentario socialista belga Dirk Vandermalen, quien dijo: “Todos sabemos que los Estados Unidos y China libran una batalla geoestratégica. Todos sabemos que las materias primas son el punto débil de China. Todos sabemos que China busca abastecerse en África”.
Estas palabras expresan una de los aspectos más importantes de la realidad geopolítica del continente africano. Se trata de la creciente influencia que ha venido alcanzando China en esa rica región del mundo y la disputa que libra no sólo con Estados Unidos, sino con otras potencias occidentales tradicionales como Francia, Alemania e Inglaterra, y con otras potencias emergentes como India, Brasil e Irán.
El continente africano, para citar algunos datos, tiene una superficie de 30.330.000 Km2 (el 22% de la masa terrestre), está dividido en 53 Estados, tiene una población de unos 900 millones de habitantes, y cuenta, a escala mundial, con las mayores reservas minerales, grandes yacimientos petrolíferos y gasíferos, el 15% de las tierras arables, el segundo pulmón vegetal y 1/3 del potencial hidroeléctrico utilizable.
Posteriormente, en la edición número 263 del CCDP, en un articulo titulado “Si apre un nuovo capitolo per la cooperazione cino-africana” (http://www.resistenze.org/sito/os/mo/osmo9c03-004618.htm), se hace referencia a la visita realizada por el Presidente de China, Hu Jintao, en febrero de 2009, a los países africanos Mali, Senegal, Tanzania y Mauricio. En ese marco se menciona, por ejemplo, que China ha concedido a algunos países africanos, menos desarrollados, un sistema tarifario que exceptúa a sus productos del pago de aranceles y ha condonado la deuda de algunos países africanos por 10,9 millardos de yuan. Además, el Fondo de Desarrollo Chino-Africano ha financiado hasta ahora 20 proyectos, y está previsto el financiamiento de la construcción de la sede de la Unión Africana. Todos estos datos confirman lo expresado por Dirk Vandermalen en el párrafo inicial de este artículo.
Más recientemente, en la edición número 280 del CCDP, en el artículo titulado “L’impegno cinese in Africa cambia la geopolitica del continente” (http://www.resistenze.org/sito/os/mo/osmo9f28-005305.htm), se revela que en el 2007 China invirtió en África 4.500 millones de dólares en infraestructura, más que lo invertido en ese continente por todos los países del G8 juntos, mientras el comercio chino-africano aumenta a un ritmo vertiginoso, habiendo superado los 80.000 millones de euros en el 2008. Como algo muy significativo se dice: “Pero la influencia china al sur del Sahara no es sólo comercial. Crecen también los proyectos de cooperación, los intercambios culturales, la presencia militar y la influencia política. Esta última se hace evidente con el reciente rechazo sudafricano al Dalai Lama, a quien se le negó el ingreso a ese país. Esta influencia política está comenzando a crear tensión entre China y los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza”. Es la evidente presencia de China en la geopolítica africana.
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