El golpe de Honduras va dejándonos un montón de lecciones. Muchas de esas lecciones son amargas y cuesta pensarlas porque deja en uno la sensación de una lucha, que aún considerando los avances que se han alcanzado en esta parte de continente para reclamar con dignidad nuestro derecho a decidir sobre el futuro de la región; esa opción de futuro, queda en la penumbra e incertidumbre porque el centro del mundo aún tiene la fuerza de gravedad necesaria para atraer y someter otra voluntades.
No es Honduras el primer ensayo de esta nueva forma de organizar un golpe de estado. Antes de Honduras fue Haití. Uno no logra entender la cobardía del mundo con un país que casi nada le queda; a no ser, que aún ese mundo “desarrollado y grande”, guarda un celo y un odio con la capacidad de lucha que tuvo ese pueblo para levantarse y derrotar diferentes centros de poder. La cobardía del Mundo le cobra al pueblo de Haití, su capacidad de haber puesto en aprietos en varios momentos los centros hegemónicos de poder. Jean-Bertrand Aristide lo dejaron abandonado por un país africano y el mundo poco se molestó por ese atropello. Claro, era Haití
La solidaridad no es una lección que pueda ser calificada como total o absoluta en el caso de Honduras. Hay presencias o participaciones, que muy en el fondo es una manera de estar ausente. En la primera reunión del grupo del Río y del Alba celebrada en Nicaragua, se notó la ausencia de Brasil, aunque estuvo alguien representado a la República Federativa de Brasil; la ausencia (por lo menos para mí) fue evidente. En esa reunión no estuvo ni el Presidente Lula ni el Canciller y en ese momento, esa solidaridad y participación me sonó tan extraña.
Ya han pasado varios días desde que se concretó el golpe de Estado y sigo sintiendo la ausencia de Brasil. Si es razonable o tiene fundamento esta idea de la ausencia o falta de solidaridad efectiva que ha mostrado Brasil, respecto al golpe del Estado en Honduras; ella no alcanza a explicarse, porque Brasil es una país ubicado al sur de este continente, porque al de fin cuentas, encuentro perfecta sincronía entre la ausencia del gobierno de Brasil y el de Colombia. A pesar de estar o percibirlo muy silencioso, Brasil tiene en nuestra conciencia otro sonido o se le percibe más sintonía con las luchas que están librándose para ser independientes. El gobierno de Colombia no es que se parezca a un gobierno títere; lo es, y eso nos “cura” de las sorpresas.
En honor a la verdad, no tengo una sistematización efectiva de los pronunciamientos y sus frecuencias, pero de los registros realizados hasta ahora, se nota esa ausencia o falta de solidaridad más efectiva de Brasil hacia Honduras. Pienso, que un llamado de atención por parte de Brasil para que EEUU deje de involucrarse en campañas desestabilizadoras y en golpes, pudiera ayudar mucho para salir de este evento doloroso para el pueblo hondureño, pero creo también que Brasil queda muy lejos de Honduras.
Se percibe también como lección, que el ALBA se ha colocado en solidaridad activa con el pueblo hondureño. El MERCOSUR se ve ligeramente distante.
Como desearía equivocarme o de haber sido traicionado por Internet cuando solicité “Pronunciamiento de Brasil sobre Honduras” y los registros fueron muy pocos.
evaristomarcano@cant.net
