Obama y Harper (del primer mundo) dictan órdenes a Calderón en Guadalajara

1. Me imagino al presidente ilegítimo de México, Felipe Calderón, limpiando la alfombra, en una posición nada digna, para el paso del presidente Obama (EEUU) y del primer ministro Harper (Canadá) Es realmente vergonzoso para el representante del tercer país más poblado (108 millones de habitantes) y con mayores recursos de América que sus gobiernos se comporten como esclavos ante los poderosos, cuando países como Cuba (11 millones), Venezuela (28), Ecuador (14) y (Bolivia (10) pueden gritarle a los gobiernos yanquis sus verdades, impedir que sean saqueados y gobernar de acuerdo a los intereses de sus pueblos. Hasta los años setenta los gobiernos solían enfrentar las políticas yanquis, pero a partir de 1982 Reagan, Bush, Clinton, Bush 2 y Obama en vez de socios se convirtieron en patrones o dueños de México.

2. Es el motivo por el que este tipo de cumbres no pueden hacer bien a México ni a ningún país del tercer mundo; por el contrario, sirven para que los gobierno títeres de países jodidos reciban instrucciones para someter más a sus pueblos. Por eso el cachorro Calderón en vez de plantear la revisión del TLC, sobre todo en lo que se refiere al campo, prefiere abordar el tema del golpe de Estado en Honduras sabiendo que Obama está buscando algún argumento para limpiar su imagen. Es obvio que a Obama y a Calderón les importa un bledo Zelaya y el pueblo Hondureño, ellos lo que quieren recuperar es alguna presencia en América donde Chávez y el ALBA han logrado casi expulsar al Plan Puebla Panamá y al ALCA. Obama y Calderón, junto con el colombiano Uribe y el peruano Alan García, buscan restaurar su fuerza.

3. Un día al funesto presidente Salinas le hicieron la propuesta de firmar un tratado con los EEUU y Canadá para convertir a México en país del primer mundo; pero además le aconsejaron que ese tratado le daría la oportunidad de reelegirse como presidente de la República. En las elecciones intermedias de 1991 Salinas –que había asumido el gobierno apoyado por el PAN después de un fraude electoral de 1988- obtuvo una gran victoria y el PRI reconfirmó su poder. A partir de entonces se convirtió en un presidente fuerte que se reía y burlaba de todo. En esas condiciones impuso el Tratado de Libre Comercio (TLC, TACAN o NAFTA) sin consultar a nadie, pero con mucha oposición de los sectores de izquierda. Hizo tocar el Himno Nacional varias veces como señal de triunfo y transformó a su partido (el PRI) de centrista a derechista.

4. Los objetivos del TLC siempre fueron muy claros: a) Eliminar fronteras para la comercialización; b) Promover condiciones de competencia en el área del libre comercio; c) Eliminar barreras al comercio entre Canadá, México y Estados Unidos, estimulando el desarrollo económico y dando a cada país signatario acceso a sus respectivos mercados; d) Eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación fronteriza de bienes y servicios con la excepción de personas entre territorios de las partes firmantes (países involucrados); e) Aumentar sustancialmente las oportunidades de inversión en los territorios de las partes. El apoyo legislativo en México –controlado absolutamente por Salinas- fue total; en EEUU hubo algunas dificultades por la rivalidad republicanos/demócratas, pero terminaron apoyando por interés.

5. Era obvio, muy evidente, que los dos países ricos (Estado Unidos y Canadá) saldrían absolutamente beneficiados en la competencia comercial del llamado “mercado libre o abierto” en la que México aparecía como un enano. Pero Salinas y su equipo (Aspe y demás economistas monetaristas de Harvard), comprometidos hasta la médula con desarrollar la llamada economía neoliberal y privatizadora, no descansaron hasta lograr la firma de TLC. Les importó un bledo la economía campesina abandonada a su suerte, los productos agrícolas a un lado, sin créditos o subsidios necesarios. No hicieron caso a las empresas pequeñas y medianas que no podían competir, tampoco a las condiciones salariales de los trabajadores y muchos menos al terrible deterioro del medio ambiente, al desempleo y al cierre permanente de fábricas. El negocio por encima de todo.

6. Los dirigentes del PAN, entre ellos Calderón y Fox, aparecían llenos de entusiasmo porque el priísta Salinas –como compensación a su abierto apoyo, les reconocía triunfos y les otorgaba muchos millones de pesos para el engrandecimiento y consolidación del panismo. Salinas era un héroe porque “estaba aplicando el programa del PAN en el que se reconocía a la iglesia, se privatizaban los ejidos y el Estado se hacía pequeño para desarrollar a la iniciativa privada”. Podría demostrarse que Salinas es el padre del PAN por darles todo y ponerlos en el camino de la Presidencia. Antes de 1985, es decir, antes del neoliberalismo De la Madrid/Salinas, el panismo era un poco menos que inexistente, aunque sí tenían diputados regalados de partido.

7. Pero estarán en Guadalajara miles de Altermundistas o “globalifóbicos” (Me duele no haber estado presente en esta ocasión) Ellos estarán allí a pesar de los cinco o 10 mil miembros del ejército disfrazados de policías, que se encargan de encerrar (como si fuera un corral de bestias) a los altos mandatarios. Así lo han hecho en Monterrey, en Mérida, en Cancún, en Campeche, y en todo el mundo donde se han reunido las llamadas cumbres. Además de llenar toda la ciudad de militares vigilando desde los techos de los edificios y de buscar intimidar a los sencillos habitantes exhibiendo sus armas, su uniforme y sus perros de guerra, siempre seleccionan para las cumbres un territorio para encerrar con rejas metálicas de tres metros de alto, con un kilómetro de diámetro a la redonda. Los soldados tienen órdenes de gasear, reprimir y disparar.

8. La realidad es que los jóvenes altermundistas y los habitantes que se solidarizan con ellos son lo más limpio de esas cumbres. Por experiencia de muchos años se que viajan con dinero propio, duermen donde se pueda o en la calle, comen hasta donde alcance y se exponen que los golpeen, encarcelen o asesinen. Pero saben que esas cumbres, como hoy la de Guadalajara, hay que repudiarlas porque siempre terminan imponiendo más castigos económicos a los pueblos. Se puede afirmar, con mucha seguridad, que esa reunión del TLC no servirá para analizar y discutir lo que ha sucedido en la economía de los pueblos. Obama se ha adelantado a decir que no se moverá ningún punto el TLC y Calderón nunca ha demostrado por estar por el cambio o revisión. Las cosas seguirán igual o peor y México deberá luchar por un cambio radical para salir de la pobreza y el hambre.

pedroe@cablered.net.mx


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Pedro Echeverría V


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