Es posible que uno que otro camarada disienta de esta apreciación a cerca de la idea surgida de la reunión de colombianas y colombianos por la paz, con el Comandante Hugo Chávez, en el Salón Boyacá, de oponer al máximo la esperanza de constructor revolucionario a la posición guerrerista y destructora de Estados Unidos de Norteamérica y la de servil, Malinche de Alvaro Uribe y su narcogobierno,mediante la creación en todo el continente de de BASES POR LA PAZ, contra las bases militares gringas en Colombia. Bases que van a estar armadas de los más rápidos aviones de combate y los más efectivos y mortales misiles contra el crimen internacional, como lo son, los pueblos armados de conciencia, armados de revolución, porque como dice el Che en su legado intelectual que nos dejó: “Para ser revolucionario lo primero que hay que tener es revolución. De nada sirve el esfuerzo aislado, el esfuerzo individual, los ideales, si ese esfuerzo se hace solo, solitario en algún rincón de América Latina, luchando contra los gobiernos adversos y las condiciones sociales que no permiten avanzar.”
Por eso pensamos que si algo resulta supremamente provechoso en esa reunión,por supuesto sin desmerecer la franca conversación y análisis sobre el tema de los nexos históricos de los pueblos de Colombia y Venezuela y también el empeño de la oligarquía a través de la historia por enfrentarnos en una guerra fratricida, ha sido esa resolución de declararse todos los movimientos sociales y políticos partidistas comprometidos con la preservación de la hermandad bolivariana de ambos países,en trabajo permanente para la creación de las BASES POR LA PAZ,porque solo con una presión internacional de los pueblos del continente y del mundo es posible desmontar los criminales planes del imperio, el paramilitarismo y el narcotráfico contra la Unión Suramericana de Naciones.
No faltarán los camaradas que murmuren, que si el presidente reculó, que si se dejó deslumbrar por el bonito discurso de la emblemática senadora Piedad Córdoba, que ya basta de poner las dos mejillas. Todo eso pudiera ser razonable si lo viésemos a la luz del pensamiento de los halcones del pentágono, pero si lo observamos desde la óptica revolucionaria, la respuesta es correcta, porque no hay que caer en las provocaciones de las élites de la rancia derecha internacional. A sus provocaciones hay que responder tocando con amor revolucionario el corazón de los pueblos hermanos, sumando esfuerzos, sensibilizando a todos los colectivos del continente a cerca del peligro que nos amenaza, fortaleciendo los lazos del internacionalismo para enfrentar las dificultades, ya que esforzándonos de manera aislada sería perder el tiempo y hacernos vulnerables y no existe peor sensación que la de asumir que hemos perdido el tiempo y que de paso somos más vulnerables que nunca.
En nuestro imaginario popular existen axiomas que nos recuerdan la necesidad de la unidad para todas las tareas, tales como: Un solo árbol no hace montaña. Una sola hormiga no hace verano. En este contexto concluimos que un solo país en el continente es poco lo que puede hacer contra los planes guerreristas de la potencia más grande y agresiva del mundo y sus cómplices del Estado colombiano y peruano. Entonces tenemos que hacer caso a esa otra verdad del pueblo, En la unión está la fuerza: es precisamente lo que han invocado tanto el presidente Chávez, como las colombianas y colombianos por la paz a través del plan de movilización y llamado a la conciencia mundial para luchar contra la cultura de la muerte, que la constituye lo que para el imperio y sus aliados es un negocio, como lo es la guerra.
Todas las conflagraciones que han sacudido al mundo han sido por intereses económicos y de manera especial por la posesión de las reservas petroleras y energéticas,así fue la primera guerra mundial, que dio al traste con monarquías y otras formas de gobierno.
Luego vino la segunda guerra mundial, por las mismas razones, donde la gran perdedora fue Europa y la mayor tajada se la llevó el imperio norteamericano,que se erige como la amenaza para la humanidad, cuyas ambiciosas apetencias logró controlar el otro bloque surgido con poder indiscutible de la confrontación,como lo fue el bloque soviético, claro que con una gran diferencia, la URSS cargó con el mayor peso de un conflicto que duró más allá del lustro,mientras que el imperio del norte, zamarro y calculador se anotó a ganador, sin mayor sacrificio y se erigió en el adversario de la potencia oriental a la cual gracias a los errores tácticos cometidos por los conductores de la federación de estados revolucionarios y la activa participación de Juan Pablo II y la CIA, logró infiltrar y provocar su derrumbe para desgracia del mundo, porque de allí derivó la matanza de los Balcanes y posteriormente los abusos e invasiones indiscriminadas,que hasta la fecha mantiene para fortalecer su negocio,como son los casos de Irak y Afganistan, conflictos aupados por las transnacionales petroleras y de la construcción representadas en el gabinete de George W. Bush de manera emblemática por Dick Cheney y Condolessa Rice, amén de la industria militar con sus máximos exponente Ronald Rumsfield y Wolfowitz.
Así que en nuestra modesta opinión no puede haber mejor respuesta a los planes de agresión al continente por parte de Estados Unidos y sus cipayos, Uribe y Alan García, que no podemos olvidarlo porque está frente al imperio,como mantequilla en budare caliente. En toda América Latina, en Europa, África y hasta en el propio Estados Unidos deben florecer las BASES POR LA PAZ contra las bases para la guerra.
(*) Periodista
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