Salvando las innegables diferencias en las circuntancias que concurrieron en la Guerra de VietNam; en la República de Colombia hay suficientes evidencias de estar ingresandose a un paulatino pero irreversible proceso de AMERICANIZACION del conflicto político y social armado interno que, sin duda, escalará la intensidad de la la guerra y, muy posiblemente, podría, como en el caso de Laos y Cambodia, extender esa vieja confrontación a paises vecinos que no forman ni quieren formar parte de ella.
Entre los muchos elementos que prueban esta “americanización de la guerra colombiana se encuentra la participación directa del ejército norteamericano en el esquema de planificación y conduccion estrategica del ejército nacional colombiano, a través del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, con sede en Miami, el diseño y control operacional del sistema de inteligencia, contrainteligencia y guerra electrónica avanzada, mediante los aviones AWACS de espionaje aéreo, satélites espías, aviones “invisibles y monitoreo de cercanía con aviones encubiertos con operaciones de control de droga. Entrenamiento de Unidades Especiales integradas por oficiales de carrera y soldados profesionales. (Fuerza Omega, Fuerza Alfa), transferencia de material y equipos militares de última generación, dotación de helicópteros de alta maniobrabilidad, blindaje y mayor capacidad de transporte de tropas, aviones solenciosos con visión nocturna, etc.
Este proceso de “americanización” de la guerra tiene como causa, al igual que en el caso de VietNam, la derrota estratégica que viene sufriendo el ejército regular colombiano ante las fuerzas guerrilleras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, FARC-EP y, del Ejército de Liberación Nacional, ELN, porque, si bien es cierto, en comparación con el mismo escenario del sudoeste asiático, el gobierno colombiano ha conseguido asumir el control de la seguridad de las principales ciudades del país y limitar, con su control aéreo del territorio y uso intensivo del bombardeo y el ametrallamiento, la otrorra capacidad de maniobra de medianas y grandes unidades guerrilleras, no ha sido capaz de aplastar a una guerrilla que sigue conservando terreno, manteniendo capacidad de combate y presencia política y militar en un amplísimo territorio de la geografía colombiana.
Con la cesion de las siete (7) bases militares por parte del gobierno de Uribe Velez, los imperialistas norteamericanos apuestan por la derrota militar y definitiva de la insurgencia y la creación de condiciones favorables para la generación de un conflicto colombo-venezolano o, la invasion directa del territorio nacional, con el fin de hacer retroceder y derrocar a la revolución bolivariana y socialista que lideriza el comandante Hugo Chávez Frías.
De la misma manera que la consolidación del actual proceso de cambios democráticos, progresista y revolucionarios en Nuestra América, dirigidos a su integración, no son posibles sin la solución del conflicto social y armado en Colombia, tampoco es posible para el imperialismo y la oligarquía cipaya colombiana cumplir el propósito del imperialismo norteamericano de desestabilizar y atacar a Venezuela, sin acabar con las organizaciones revolucionarias, constituidas por miles de hombres y mujeres experimentados en el arte de la Guerra, con más 50 años de experiencia militar.
De allí que la “americanización” del conflicto armado y social interno colombiano, definitivamente dejó de ser, por decision de la oligarquía santanderiana y el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, un asunto de Colombia, para convertirse en una cuestion que atañe al movimiento revolucionario, popular, denmocrático y progresista de Nuestra América, por cuanto su actual desarrollo tiene como propósito su internacionalización, lo que obliga a las direcciones revolucionarias colombianas y demas sectores democráticos, a construir una estrategia que, sin renunciar a su programa de Soberanía, Paz, Democracia y Justicia Social, tome en cuenta el desarrollo de la tendencia general de la lucha antimperialista en toda Nuestra America
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