1. Se han realizado varios actos de protesta y el pasado jueves realizamos una gran concentración de cerca de medio millón de ciudadanos que condenamos al gobierno ilegítimo de Calderón por la liquidación de 45 mil obreros de la empresa Luz y Fuerza del Centro; pero después de desahogarnos con nuestras gritos y mentadas de madre contra el gobierno fascista, regresamos a nuestras casitas satisfechos a ver la televisión. Calderón respondió con un discurso antiobrero frente a una gran reunión de empresarios que lo apoyaron y lo pusieron como ejemplo de gobierno firme que no se quiebra. Los medios de información –como siempre- no solo trataron de silenciar la manifestación popular sino que reprodujeron el discurso de Calderón con gran intensidad varios días.
2. El gobierno dijo que está instalada una mesa de diálogo, pero dijo; ni un paso atrás. Las mesas de negociación han sido siempre una farsa porque es el gobierno quien dice cuándo, con quien, de qué hablar, fija el tiempo y pone todas las condiciones, cuando debería ser exactamente lo contrario cuando las masas están en las calles bloqueando avenidas, instituciones públicas y carreteras. Es el gobierno quien debería buscarnos para negociar, no nosotros solicitar como limosneros un “diálogo” donde el gobierno impone sus reglas. El EZLN no solicitó diálogo en los primeros 12 días de levantamiento armado; tampoco los profesores de Oaxaca y la APPO se preocuparon por pedir diálogo cuando tuvieron fuerza. El diálogo entonces –en la lucha de clases- es signo de debilidad. Por eso el gobierno trata con tiranía a los dialoguistas sin fuerza.
3. Que los electricistas tienen la razón total en esta lucha, para nosotros es indiscutible. Desafortunadamente en cualquier mesa de diálogo las razones son paparruchas, son creencias de ilusos. El EPR creó un grupo del más alto prestigio para dialogar con Gobernación, pero sirvió para un carajo porque Gobernación sólo los entretuvo, y en el recién “diálogo” con el SME el secretario de Gobernación los dejó con su secretario privado. Casi me atrevo a apostar que con dos días de paralizar la ciudad, hasta el gobierno de Calderón podría venirse abajo por llevar al país a la quiebra en la economía, empleos, producción, ingobernabilidad y entreguismo del país. Piensen que el SME no es cualquier sindicato, sino una organización vanguardia de la lucha social.
4. Martín Esparza, dirigente del SME, fue claro al denunciar el pasado lunes 12 frente a la Cámara de Diputados, dijo: “Los trabajadores del SME –por eso están enojados los empresarios– estamos revisando uno por uno los servicios de cuentas especiales y, ¿qué creen lo que encontramos? La Torre Mayor de Reforma, directa; varios hoteles de la Zona Rosa y de Polanco, directos; el periódico Reforma, directo; unmásuno, directo. La propia Presidencia de la República no paga luz; todas las dependencias federales no pagan la luz, tienen toma clandestinas. Las repetidoras de Telmex tienen mediciones de ellos, tomas clandestinas, equipos de medición manipulados por ellos mismos”. 70 por ciento del consumo de electricidad corresponde a 46 mil grandes industriales, que pagan en promedio a 46 centavos el kilovatio-hora, mientras los usuarios domésticos lo pagan a $1.50. Y a fin del año ese recibo de luz de los industriales es deducible de impuestos.
5. También denunció que en Los Pinos –la casa presidencial- tampoco pagan la luz. ¿Qué respondieron los obreros? ¡Qué poca madre tienen esos empresarios y ese gobierno usurpador! ¿Qué respondieron los empresarios? “Hay que acabar con esa bola de comunistas que no tienen respeto a las instituciones, ni a nosotros los empresarios que les damos empleo para que no se mueran de hambre”. ¿Creen acaso los obreros, los luchadores sociales que Calderón está aislado y no tiene apoyo? ¡Qué ilusos! Calderón cuenta con todo el apoyo de los grandes empresarios, del alto clero, del ejército, de los jueces, de los medios de información, de toda la derecha política mexicana conformada por los partidos políticos, entre ellos el principal: el PRI. ¿Creen acaso que podría en un momento ser sincero cuando tiene el control absoluto de todo el Estado?
6. El gobierno silencia que un tercio del total de la generación de la energía eléctrica en México está en manos de empresas transnacionales como las firmas Iberdrola y Unión FENOSA, de España; Mitsubishi y Nichimen AES, de Japón; Enron, Intergen y GE- Bechtel, de EEUU; la compañía EDF, de Francia, y TransAlta, de Canadá, entre otras. Funcionan con múltiples permisos otorgados por la Comisión Reguladora de Energía y otras autorizaciones. Estas empresas venden energía a la CFE. Si a principios de los 90 el capital transnacional controlaba el 22 por ciento ahora rebasa el 30 al crecer de manera acelerada hasta llegar –según lo publicado- a 58 por ciento al final de este sexenio. La privatización es un hecho y del pueblo de México, encabezado por los electricistas, depende frenarla.
7. México es un magnífico país para hacer negocios, sobre todo aquellos que se hacen en la oscuridad con la protección gubernamental. Los empresarios en unos cuantos años se pueden hacer multimillonarios explotando una mano de obra súper barata de millones de mexicanos que viven en la miseria y el hambre, sin pagar impuestos por sus enormes ganancias y, al mismo tiempo, pueden levantar sus empresas cuando le de la gana sin sanción alguna. La organización sindical no solo está prohibida en la práctica sino que las que existen están siendo destruidas. La denuncia del líder del SME pone al desnudo el uso de la electricidad en beneficio de la burguesía; pero también así han funcionado Pemex, los ferrocarriles y todas las empresas controladas por el Estado. Mientras el gobierno declaraba que eran empresas sociales, la realidad es que los empresarios se aprovechaban.
8. Esparza ha declarado muchas veces que el trasfondo de esta maniobra contra el SME es la privatización de una red de mil 100 kilómetros (de Mérida a Puebla) de fibra óptica mediante la cual Luz y Fuerza estaba ya en condiciones de dar servicios por Internet, telefonía y televisión por cable a precios bajos para las familias de menores ingresos, “red que ya fue concesionada a Fernando Canales Clariond e Ignacio Martens, secretarios de energía durante el sexenio de Fox”. ¿Cómo entonces creer un ápice de “buena voluntad en Calderón, Gómez Mont o el secretario del Trabajo que con gran cinismo y desfachatez? Los electricistas deben confiar en su fuerza y en las de sus aliados; no confiar en los cantos de sirena de sus enemigos y extender en el país el movimiento de masas.
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