1. Al 80 por ciento de los yucatecos, así como de los habitantes de México, les importa un bledo los entretelones de la política local o nacional, los chismes o pleitos por el poder y los negocios entre panistas y priístas. Los indígenas, campesinos, miserables y desempleados luchan a diario por lograr algún ingreso para comer –junto a su familia- y poder pagar transporte, agua, luz y gas. Sólo reaccionan cuando ya no está a su alcance ni siquiera lo mínimo para “llenarse” el estómago -las tortillas, los frijoles y el chile- que no nutrirse. Si Cervera fue derrotado en el 2000 por los panistas con el “desacato”; si Patricio Patrón realizó grandes negocios con la “Casta Divina” o si Ivón Ortega está al servicio de Televisa y de la precampaña presidencial de Peña Nieto, es sólo es un pleito de partidos entre políticos que se “alternan” en el poder para hacer negocios.
2. Yucatán –siendo un estado pequeño, con apenas 1.9 millones de habitantes, con una economía pobre y subsidiada y con una presencia política local y nacional muy pobre- ha tenido escasa importancia en el plano nacional. El estado tiene presencia por la vieja cultura maya, su pirámide impulsada para el turismo, sus canciones, sus condimentados guisos, pero sobre todo por su pacifismo y su cercanía a Cancún. Fuera de los dirigentes principales y de segunda línea en los partidos, la gente te dice que sí, te “juega el dedo en la boca”, acepta participar, pero no te dice cuando. ¿Cómo va a creer en los políticos si estos cada tres o seis años hacen campañas prometiendo lo que nunca cumplen y cuando terminan su encargo salen con grandes propiedades y se brincan a otro puesto? Acostumbra decir el pueblo: “La política es sólo para beneficio de unos cuantos”.
3. La realidad es que si en algún estado los panistas y los priístas son consanguíneos, es decir, que pertenecen a las mismas familias, es en Yucatán. Quizá hasta en la primera parte de los setenta –aunque con ideología plenamente burguesa y corrupta- hubo funcionarios de origen campesino, obrero, magisterial o popular. Los priístas fueron “mejorando su raza” poco a poco (¡faltaba más!) cazándose con las hijas de los miembros de las “Castas Divina y Beduina”. Aunque el PRI gobernó 71 años y el PAN fue casi inexistente en el país -hasta que el presidente Carlos Salinas (1988/94) los impulsó- había una gran convivencia como clase social. El empresariado, la iglesia católica, la escuela privada, amalgamaron los intereses de la clase política como clase dominante. Así que PRI y PAN “pelean de día y duermen juntos en la noche”.
4. Aunque PRI y PAN sean “consanguíneos”, insisten en presentarse como diferentes porque tienen algunos intereses particulares y sus estrategias como partidos han sido distintas en la historia. El priísta Víctor Cervera –indiscutible figura nacional por su enorme habilidad para mantenerse 50 años brincando de un cargo a otro- es hasta hoy el “papá” de todos los políticos del PRI y PAN yucatecos. El panista Patricio Patrón –a pesar de su enorme incapacidad política y cultural (igual a su compinche Fox)- pudo mantenerse en la gubernatura por el apoyo de Fox y de los grandes empresarios que se conocen aquí como “Casta divina”, es decir, la estrecha alianza de empresarios y clero. Ivón Ortega, la gobernadora, sobrina de Víctor Cervera, ¿cómo gobierna y cuáles son sus intereses inmediatos?
5. Escribe Víctor Chávez en El Financiero que “sorpresa y desconcierto causó en el estacionamiento subterráneo del Palacio Legislativo de San Lázaro -entre choferes y elementos de Seguridad de la Cámara de Diputados, por lo inusual del caso- la llegada, en caravana, de las siete unidades nuevas en colores negro, blanco y rojo, todavía sin placas asignadas para los seis diputados federales del PRI y uno del PVEM. (Se dan el nombre de los diputados). Y sigue Chávez: “Lo anterior, sin importar que la gobernadora de Yucatán solicitó (y fue aprobado) un endeudamiento por mil 870 millones de pesos para obras públicas en su entidad, con el argumento de que no hay recursos en caja para atender las necesidades más apremiantes, como la atención al campo, el combate a la pobreza, la red de agua potable, escuelas, hospitales”.
6. La gobernadora Ortega goza, al parecer, de mucha popularidad y está a punto de terminar de arrinconar al PAN arrebatándole la alcaldía municipal del Mérida que desde hace 20 años controla. Por ello los panistas, un sector de empresarios, el clero, sobre todo Diario de Yucatán y revistas que giran a su alrededor, han desatado una enorme campaña de desprestigio contra la gobernadora priístas. Quisieran todos ellos que el PAN y Patricio Patrón regresen al poder porque les dio la oportunidad para hacer enormes negocios. Son tan cínicos estos políticos, empresarios, iglesia y medios de información que en el sexenio anterior aplaudieron al gobierno tonto. Lo inaceptable es que sectores “progresistas” no entiendan que la lucha no es personal sino de clase social, que la batalla es contra la explotación, la opresión y no por lo que quieren pan y PRI.
7. La batalla no es por averiguar si “Ivón no usa calzón”, si “mientras se embellece el pueblo empobrece”, si “el señor Calderón debió usar condón” o si la “señora Hinojosa no debió parir esa cosa”. También las consignas tienen que ser clasistas y deben contribuir a la educación de las masas. ¿Qué ha hecho la gobernadora Ortega para elevar el nivel de ingreso de la población? ¿Cuántos empleos se han perdido y cuántos se han creado? ¿Qué ha hecho para que los yucatecos de escasos recursos cuenten con servicios de salud eficientes en el IMSS, ISSSTE, Salubridad, O'Horán, etcétera? ¿Cuántos estudiantes son rechazados en escuelas y Facultades arrojándolos al desempleo, a la delincuencia o a la migración? En lugar de esto, ¿por qué venderse al nefasto monopolio Televisa y dedicarse a la campaña presidencial de Peña Nieto?
8. El enemigo principal del pueblo mexicano sigue siendo la gran burguesía ahora representada por el gobierno panista de Calderón por estar al servicio de los empresarios locales y extranjeros, así como por ser un gobierno represivo que tiene al ejército en las calles. El PRI es enemigo secundario, pero será principal cuando ascienda a la Presidencia, desde donde se ordena y manda para beneficiar a los más poderosos. La gobernadora Ortega es casi nada en política nacional porque Yucatán es de los estados de la República menos representativos. No permitamos ser simples títeres de los juegos de negocios o pleitos políticos que se dan entre el PAN y el PRI. Hagamos una política totalmente independiente con el objetivo de que las masas entiendan quienes son las clases explotadoras y opresoras. ¡Nada con el PAN ni con el PRI! ¡Todo contra ellos!
pedroe@cablered.net.mx (PD. En unos días dejaré Cablered por bloquear mis correos)