Un Frente Nacional de Lucha tiene la oportunidad de dar un paso más en la batalla en contra los parásitos que Calderón comanda. Un paso y muchos contra el reino neoliberal de las oligarquías y su modelo de “economía” depredadora que lleva, al menos, 30 años de fracasos. Vemos nacer un Frente con alcances nacionales e internacionales. Una oportunidad nueva, que los trabajadores se dan, para ir mucho más allá de una contienda puramente economicista y más allá de lo sindical. Vemos nacer una oportunidad renovada con opciones de lucha para millones de trabajadores. Vemos, nuevamente, una oportunidad para la unidad.
El escenario nacional es complejo, la devastación económica y moral contra la clase trabajadora ha hecho estragos y reina la corrupción con récords de impunidad insoportables. Ahora el gobierno espurio para dejar sin empleo a 44 mil trabajadores (que se suman a los millones ya existentes) mientras los lebreles de los mass media burgueses hacen su tarea neofascista criminalizando las luchas populares. Y contra eso y más vemos nacer un Frente Nacional que convoca a pasar de las acciones aisladas a las colectivas y llama a la unidad de organizaciones democráticas, campesinas, universitarias y de la clase trabajadora, desde la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular. Llaman ya a consultar con las bases la posibilidad de una huelga o paro nacional, contra el decreto que desaparece a Luz y Fuerza del Centro (LFC), contra el paquete legislativo que impulsa la derecha -con aumento de impuestos- y contra el modelo neoliberal.
Muchos trabajadores exigen acciones inmediatas, claman por la huelga nacional y por impulsar acciones más contundentes. La lucha incluye jornadas de resistencia y campañas informativas contra la difamación desplegada por el terrorismo mediático pagado desde la radio y la televisión oligarcas. Llaman a tareas de comités de resistencia y de información, en todo el país, llaman al apoyo de muchas otras agrupaciones, incluido el que dirige Andrés Manuel López Obrador. Vemos nacer una iniciativa inspiradora, e inexcusable, hacia un plan de acción por la unidad y eleve el debate a otros terrenos. Se habla de la huelga general y de la toma de carreteras e instalaciones de LFC, para enfrentar a las fuerzas federales y recuperar las fuentes de empleo, entre otras muchas conquistas, de la clase trabajadora. Es la voz de, entre muchos, los trabajadores telefonistas, tranviarios, trabajadores de la UNAM y de otras universidades públicas; el magisterio de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y el Colegio de Bachilleres (en huelga)... es la voz, incluso, de muchas secciones y grupos disidentes de los propios sindicatos. Se sumó la Central Campesina Cardenista y se sumaron muchos trabajadores que de manera independiente quieren apoyar a los electricistas, porque entienden bien que el golpe dado al SME es un golpe contra todo el movimiento obrero democrático. La hora de la unidad.
La agresión de los mass media repite sus esquemas más odiosos. Con el apoyo de la burocracia, la prensa servil se deja seducir por el odio de clase. Sin embargo la presión obrera y estudiantil, contra la ofensiva del gobierno, avanzan hacia una dirección combativa y plural que puede cambiar el panorama político para fortalecer una batalla para la defensa obrera. La pelea por la reincorporación de todos los despedidos continúa, mientras tanto, emerge una relación de fuerzas nueva. Con esta convocatoria de unidad, la batalla política y sindical de los obreros conquista un escenario magnífico. Con este paso hacia la unidad se confronta la matriz ideológica burguesa de que el conflicto es un combate de un gobierno “bueno” contra una empresa “ineficiente” y un sindicato “privilegiado”... con este paso hacia la unidad el movimiento obrero organizado, gana un lugar combativo y democrático y eso es un gran éxito. Aunque existan divergencias fraternales en las tácticas, entre los convocantes a la unidad, la actitud correcta consiste en resolver el conflicto. La lucha recién comienza y pasa a otra fase de mayor movilización. Contra las presiones de las fuerzas represivas se presenta una lucha inteligente de los trabajadores, incluso la burocracia sindical deberá ser superada si no sintoniza plenamente con la voluntad de lucha organizada que emerge necesariamente de las bases y del malestar nacional que no es poco.
Este llamado hacia un Frente es la lucha por la defensa de todo el movimiento obrero contra un gobierno espurio. Esta es una iniciativa patrimonio de toda la clase obrera contra la explotación. Eso le ofende mucho a la burguesía que arremete animada por su odio de clase. Aunque en México hay muchos sindicatos serviles a los intereses burgueses este llamado ala unidad los pone bajo la lupa para transformarlos en instrumentos de lucha de los trabajadores.
Estamos en crisis y una de las exigencias más sentidas es que no se puede aceptar negociaciones de “convivencia pacífica” ni reformismos de derecha. Ninguna complacencia con los despidos, con los recortes de presupuestos ni con las persecuciones de trabajadores. Este llamado a la unificación, con carácter clasista, exige ya la movilización unitaria de todos como estrategia de los trabajadores para un frente único en su propia defensa. Movilización para combatir el terrorismo mediático, para probar que no estamos solos y que la clase trabajadora es mucho más fuerte en calidad y en cantidad.
Hay que derrotar el escepticismo burgués[2] que infecta a muchos. Esta convocatoria hacia un Frente es una oportunidad para que la clase trabajadora logre derrotar los planes de Calderón y sus amos y dar un ejemplo de lucha en medio de la peor crisis capitalista de la historia... se trata de cambiar las condiciones para hacia una transformación social verdadera. La Huelga General es una de las mejores rutas a esta hora.