México: Calderón patea el pesebre y critica a los empresarios: “por favor paguen, no sean malos”

1. Calderón invitó a los empresarios organizados a proponerle los cambios necesarios y se comprometió a impulsarlos con mucho gusto, así tengan costos políticos, impliquen polémica o controversia. (Pero) “Lo que me parece inaceptable es que haya grandes corporativos que le exigen al gobierno que recorte su gasto, y el gobierno lo recorta; que le exigen al gobierno que ponga impuestos sobre alimentos y medicinas de la gente más pobre, pero a la hora de ver sus cifras, en promedio pagan 1.7 por ciento durante varios años, (y) esto ya no puede ser”. Dijo: “está bien que los empresarios tengan actividades filantrópicas, patrocinen eventos deportivos y culturales y nos regalen equipos médicos, pero también que paguen aunque sea una parte de los impuestos”. Ningún gobierno –sea del PAN o del PRI- incluyendo a Calderón, ha dejado de estar al servicio de los empresarios.

2. Son los empresarios los que siempre se han agrupado para hacer propuestas de candidatos y para presionar al gobierno; son ellos los que han protestado cuando sienten que sus intereses son amenazados y se han organizado para impedir políticas de gasto social o “populistas”, según sus definiciones. Por el contrario, los trabajadores casi nunca tuvieron organizaciones independientes para presionar y exigir; los organismos obreros y campesinos más fuertes durante más de 100 años –después de haberlos creado el mismo Estado- han estado controlados por los distintos gobiernos. ¿Cómo entonces podría tener presencia las propuestas de los trabajadores si ninguna fuerza los ha representado, por lo menos hasta 1988 si esto fuera real? Los empresarios jamás dejarán pasar nada que los lesione porque ellos viven atentos acumulando capital.

3. El PAN es un partido de derecha que nació en 1939 en el seno de la iglesia católica, entre los poderosos hacendados latifundistas y de todos aquellos políticos que veían al gobierno de Cárdenas –que un año antes había expropiado el petróleo y muchos latifundios- como un poderoso “gobierno comunista”. Si el PAN fue creado por los empresarios más derechistas, ¿por qué Calderón ahora patea el pesebre y se atreve a criticar el hecho que los empresarios sólo hayan pagado –durante muchos años- el 1.7 de lo que deberían pagar? La realidad es que Calderón está desesperado porque hasta ahora –a tres años de asumir el gobierno- no ha hecho otra cosa que profundizar la miseria en el país, multiplicar el desempleo, crear un clima de ingobernabilidad, apoyar la ocupación del país por el ejército y hacer más grande el aparato policiaco/militar.

4. ¿Qué han respondido los empresarios? Lo de siempre: que no quieren pagar impuestos porque los salarios de los funcionarios y los derroches de los funcionarios son muy grandes y son los causantes de la crisis. Dicen: “No compartimos la opinión de que las grandes empresas no están contribuyendo. Las empresas sí pagan impuestos, afirmaron en respuesta a las afirmaciones del jefe del Ejecutivo federal, aunque reconocieron que algunas compañías no aportan gravámenes conforme a las ganancias que obtienen porque realizan inversiones y generan empleos en el país”. Propusieron un recorte de ocho por ciento al gasto público, que liberaría 240 mil millones de pesos. La solución, dijeron, es que el gobierno gaste menos y que gaste bien”. Calderón parece haber dicho de manera suplicante por falta de ley: “Por favor paguen, aunque sea poco”.

5. Para suavizar las críticas de Calderón a los empresarios –a pesar de que se reconoce que los corporativos empresariales eluden al fisco 750 mil millones de pesos- el secretario de Hacienda señaló que “de ninguna manera se busca vulnerar el capital de las empresas; los empresarios sí pagan bien, pero lo que pasa es que hay “un defecto en el diseño de la ley”. Con toda seguridad el secretario de Hacienda Cartens tiene razón: las Constituciones y las leyes en el sistema capitalista (México en particular) están siempre al servicio del capital, están arregladas para que cualquier triquiñuela o trampa jurídica del capitalismo tenga cabida y legalidad. Por ese motivo cuando la burguesía dice “que se cumpla la ley” es porque sabe que ésta siempre está a su servicio y los funcionarios y sus abogados saben usarlas a conveniencia.

6. ¿Por qué entonces los sectores de izquierda impulsan también entre los trabajadores “que se cumpla la ley” si ésta ha sido diseñada para defender la propiedad privada y la política a su servicio? Por eso parece un tanto cínicas las críticas de Calderón hacia los empresarios protegidos por leyes; ¿no se ocurre acaso que en los próximos días los empresarios pudieran acudir a amparos y que las altas autoridades del poder judicial les den la razón? Al parecer todos esos debates que pretenden ubicarse en la búsqueda de la razón sólo sirven para entretenimiento y para desviar los verdaderos problemas: el pueblo miserable no tiene para pagar ningún impuesto directo ni indirecto como el IVA o el aumento de las gasolinas (que automáticamente lleva a más aumentos) ¿Quiénes deben pagar: indiscutiblemente los que más ganan y los que más tienen.

7. La cuestión nunca podrá ser no pagar u oponerse a los impuestos. Con los impuestos se construyen hospitales, escuelas, carreteras, se pagan salarios, etcétera. No podría vivir el país sin impuestos que pague la colectividad y que se redistribuyan en su beneficio. Lo que hay que saber es quiénes se aprovechan de todos los negocios que se hacen en el país: cuánto dinero ingresa a las bolsas de los grandes empresarios, cuánto dinero manera la mediana y pequeña industria; cuanto dinero de éste va a parar a las bolsas de los altos políticos y cuánto despilfarran en provecho personal y por tanto cuánto les corresponde pagar. Al la hora de distribuir hay que averiguar si los productores de la riqueza nacional, es decir, los trabajadores, están recibiendo lo que realmente les corresponde o no y, con base en ello, recibir el ingreso justo.

8. Así que cuando Calderón pide -casi de rodillas- que los ricos paguen aunque sea un poquito, es porque está desesperado por evitar que su gobierno caiga en la barranca, de ninguna manera está pensando en que esos grandes magnates sean culpables del gran desplome que vive el país. Estaría a punto de decirles: “por favor ayúdenme hoy que mañana – como ustedes saben- se los devolveré con creces. Además deben darse cuenta que mi gobierno está en peligro de ser derrocado por el gran descontento de los trabajadores que crece sin darnos cuenta. Esta puede ser la última oportunidad de ustedes para acrecentar sus ganancias y capitales en el marco de la democracia y libertad que gozamos; no lo olviden”. Así parece presentarse el problema en México en este fin de año cuyos antecedentes son dos grandes revoluciones de 1810 y 1910.

pedroe@cablered.net.mx


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Pedro Echeverría V


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