1. El gobierno ilegítimo de Felipe Calderón, aventajado en prácticas fascistas, amenaza a los electricistas, a los futuros paristas y luchadores sociales con “aplicar con todo rigor la ley contra quienes la violen”. Muy sencillo, diría el presidente y su secretario de Gobernación: “Yo soy la ley y todo lo que haga con el ejército y policías -invadir pueblos pacíficos, ocupar empresas e instituciones, destruir sindicatos, desconocer contratos colectivos o bloquear el paso de personas- está dentro de la ley por que yo (que estoy autorizado por el pueblo) la aplicó. Si alguien exige la salida del ejército de los pueblos, de la empresa Luz y Fuerza del Centro, de los centros mineros y del cierre de vialidades, o contraviene alguna orden dada por nosotros, es un delincuente y deberá recibir el castigo riguroso de la ley; entiéndalo bien, no hay de otra”.
2. Diría el funesto gobierno calderonista: “Ni el paro ni la huelga están prohibidos en México porque están en la Constitución, pero no se les olvide el condicionamiento, el ‘siempre y cuando los factores de la producción se armonicen y consigan un equilibrio’, y eso lo determina la autoridad, es decir, nosotros. Señalaría el gobierno: “México es un país de libertades: libertad para hacer manifestaciones, libertad para publicar y protestar, pero no se les olvide que es una patria ordenada; por eso está el ‘siempre y cuando’ no se perjudique a terceros. Los ‘terceros’ no salen perjudicados cuando la Iglesia realiza sus peregrinaciones, cuando los blancos organizados por la derecha y los medios hacen sus marchas bloqueando vialidades. Sólo se perjudica a ‘terceros’ cuando hay bloqueos de campesinos, obreros, ciudadanos, que protestan violentamente contra el gobierno”.
3. El gobierno dio la orden de tomar el edificio de Luz y Fuerza del Centro el sábado 10 a los 23 horas, desaparecer la empresa y liquidar (expulsar) de su trabajo a 44 mil obreros electricistas; asimismo se apoderó de todos los edificios y centros de trabajo de los otros cuatro o cinco estados que recibían atención de LFC y ordenó que la fuerza bruta del ejército (en algunos lugares disfrazados de policías) permanezca bloqueando las dependencias. Por otro lado, al iniciar su gobierno hace tres años, una mañana despertó Calderón encabronado contra el movimiento de López Obrador, les subió los salarios al ejército y a sus jefes y los envió a invadir a una decena de estados (con el pretexto del combate al narcotráfico) y en marzo de 2007 firmó en Mérida, el Plan México para recibir toda la ayuda tecnológica/militar de EEUU (igual al Plan Colombia)
4. “Todo lo que se haga desde el poder es legal”, según la clase dominante y lo que los trabajadores hagamos para defendernos es ilegal y hasta delincuencial. Esa es la lógica despótica del fascismo. ¿Quién autorizó a Calderón para imponer Estados de Sitio en más de una decena de entidades del país? ¿Quién permitió a Calderón a invadir con gran lujo de la fuerza del ejército a una empresa eléctrica pública que venía sirviendo a más de 30 millones de mexicanos? Pues simplemente “la Ley” que ellos mismo hacen y aplican de acuerdo a sus intereses. ¿Pero es que acaso esas leyes no fueron hechas por la burguesía para defender la propiedad privada, al poder establecido, contra cualquier irrupción del pueblo sojuzgado? ¿Acaso las leyes no fueron elaboradas para proteger las grandes propiedades y el dominio de gobiernos al servicio del capital?
5. El primer paro electricista del próximo miércoles 11 debería valernos un bledo si es legal de acuerdo al gobierno o no lo es; la realidad es que nunca lo será. Lo importante es que es legítimo porque es respaldado por una gran asamblea representativa de más de 100 mil trabajadores. Éstos, los trabajadores, nunca han tenido apoyo o protección gubernamental porque han sido los enemigos de clase de quienes controlan el poder. ¿O puede acaso esperarse que el gobierno antiobrero de Calderón, los poderosos empresarios explotadores y los medios de información a su servicio lo aprueben cuando es contra ellos? Mientras nosotros nos preparamos con el paro para la gran huelga general, el gobierno amenaza con ceses en el trabajo y con cárcel a todos aquellos que, según él, violen la ley. Con razón se ha dicho que la Constitución es la peor prostituta, con perdón a las que tienen este trabajo.
6. Antes del Paro los trabajadores, más de 100 mil, deberíamos hacer esfuerzos por expulsar a los militares, pero también a los esquiroles electricistas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de las oficinas y centros de trabajo. No es violencia –de ninguna manera- expulsar a los violentos amparados por la ley del más fuerte de las empresas y de las calles tomadas. Mis camaradas altermundistas o “globalizados” han demostrado en todo el mundo que hay que luchas contra esas “legalidades” represivas que impone el imperialismo y las burguesías a su servicio. La única violencia, ilegalidad o provocación es la que imponen los poderosos para resguardar la gran propiedad contra el pueblo miserable. ¿Qué más ilegalidad que la del poder al lanzar gases, perros, caballos, manguerazos de agua y balas contra los manifestantes desarmados?
7. Si los electricistas son derrotados desaparecerá automáticamente el SME, el sindicato vanguardia. Si el gobierno fascista triunfa entonces no habrá ya ningún movimiento obrero en los próximos 10 años que encabece las luchas de los trabajadores. “Son ellos o somos nosotros”, como diría el SME. ¿Qué dicen los oportunistas legisladores del PAN, del PRI, Verde, gordillistas, incluso los del PRD, defensores de la legalidad fascista? Esperamos que los pocos diputados, encabezados por Fernández Loroña, Jaime Cárdenas y Muñoz Ledo, así como personajes como López Obrador y Bartlett, se decidan acompañar a los obreros para expulsar a los militares invasores y en el paro se próximo día 11 de noviembre. La tarea hoy es preparar el gran paro nacional que antecede a la Gran Huelga. ¡Hagamos un gigantesco volanteo, asambleas y los mítines necesarios!
8. La UNAM y algunas universidades del país, así como el IPN, la UAM, la UPN, la ENAH, la ENSM, las miles de escuelas del país donde la CNTE tiene presencia, por toda su tradición de lucha, deben parar en solidaridad con los trabajadores. ¿Qué harán los electricistas del SUTERM manipulados desde 1972, incluso antes, por un sindicalismo charro y corrupto que desde hace más de 100 años domina el país? ¿Cómo se solidarizarán los telefonistas, los trabajadores del IMSS, los demás sindicatos que pertenecen a la UNT, así como los del FAT? La violencia nunca la han ejercido los trabajadores pues lo único que han hecho éstos es defenderse. El pueblo seguirá siendo manipulado por los medios, gobierno y empresarios con mentiras y calumnias, pero también muchos sectores han comenzado a despertar. ¡Viva la luchas de los obreros, campesinos, trabajadores!
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