1. Vicente Fox gobernó (2000-06) como un analfabeta político y haciendo payasadas, pero a pesar de sus despilfarros y sus fraudes económicos personales y familiares, se mantuvo en el gobierno todo el sexenio y, además, impuso a su sucesor. Más claro ni el agua. Prometió que en diez minutos acabaría pacíficamente con el levantamiento del EZLN, señaló que ampliaría la democracia electoral y que también respetaría todos los movimientos de protesta; ninguna de sus promesas cumplió pero se pasó el sexenio profundizando la ruina del país y haciendo más grande el desempleo de los mexicanos y, al mismo tiempo, en plena luna de miel y burlándose de sus opositores. El EZLN, la APPO y López Obrador lucharon con gran intensidad, lograron ganar batallas, pero al final perdieron la guerra. Fox goza ahora de sus riquezas y continúa con sus burlas.
2. ¡Qué tipo más chingón! El PRI, que a medio sexenio había ganado en lo electoral casi todos los gobernadores y luego los legisladores, se desplomó en la elección presidencial porque Fox –bajita la mano- le metió a la cacique sindical Gordillo, le empujó a Montiel y al final le dio un Madrazo al PRI para desbaratarlo. Mientras los intelectuales y la izquierda se burlaba por la enorme ignorancia de Fox –que jamás había leído algún libro de literatura o cultura general- el presidente payaseaba más asistiendo a la misa dominical en su rancho, besándole el anillo del Papa y “agasajándose” a su mujer frente al Vaticano. Gran parte de la oposición hacía corajes y lanzaba maldiciones, pero al parecer Fox –dentro de su profunda ignorancia- conocía la psicología oportunistas de los políticos mexicanos y, por otro lado, daba a los empresarios lo que querían.
3. La Caravana zapatista de 24 febrero-11 de marzo de 2001 fue indudablemente el triunfo de una gran batalla del EZLN y los grupos radicalizados de izquierda que durante años veníamos librando. Cuando esta marcha masiva Chiapas/Ciudad de México fue anunciada todos los medios de información lanzaron el grito al cielo diciéndole a Fox que no lo permita. Al final, por la presión, Fox aceptó pero pienso que desde entonces planeó aprovecharse políticamente del arribo del dirigente Marcos y los indígenas, pero también luego no aprobarle la ley indígena, ni sacar a todos los presos políticos, menos retirar al ejército que rodeaba la zona zapatista. El EZLN ganó la gran batalla durante toda la Caravana pero después del mitin en el Zócalo el movimiento comenzó a caer, sobre todo al decretarse la ley antiindígena. Así ganó Fox la guerra.
4. Los profesores de la sección 22 y la APPO desde mayo de 2006 fueron ganando batallas en las calles y su movimiento no dejó de crecer. Sólo habría que recordar aquel inmenso plantón de maestros que ocupaba 30, 40 manzanas del centro histórico de la ciudad de Oaxaca, las gigantescas cinco megamarchas y que el gobernador asesino Ulises Ruiz andaba en “salto de mata” totalmente débil frente al movimiento. Todas las batallas las perdió Fox, sobre todo al formarse la APPO el 16 de junio. Pero entonces pasó Fox a la represión brutal, sobre todo el 25 de noviembre ya con el total apoyo del “presidente electo” Calderón y del PRI. Es decir, la burguesía empresarial, encabezada por Fox y el PRI, dejó que los oaxaqueños ganaran algunas batallas, pero cuando se vieron perdidos lanzaron a todo el ejército y ganaron la guerra. Ahora hay que esperar.
5. López Obrador ganó en las calles una de las grandes batallas en 2005: su triunfo contra el desafuero. Barrió a Fox obligándolo a cambiar a los funcionarios que intervinieron y hacer que AMLO crezca enormemente en las preferencias electorales. Para mí –que odio todo poder- lo maravilloso fue cuando AMLO no aceptó el amparo, aceptó ir a la cárcel y se negó a que se paguen fianzas en su nombre. López Obrador ganó una enorme batalla y con esa confianza pensó que iba a avasallar. Pero el ignorante y tonto Fox demostró que no lo era tanto: unió a los profesores de la Gordillo, a muchos priístas, a todos los empresarios y a los medios de información con el espantajo de Chávez y el comunismo, le ordenó al IFE, al TRIFE y a la SCJN acabar con López Obrador. No se si fueron pírricas la batallas, pero Fox ganó la guerra.
6. Quizá debamos decir desde la izquierda que esas tres guerras ganadas por Fox no son las guerras definitivas, ni generales, ni últimas porque “el pueblo siempre tiene la razón”, “el bien siempre triunfa sobre el mal” o “el que ríe de último ríe mejor”. No se, lo que yo veo es que la burguesía comenzó a imponerse al mundo hace unos 500 años, lo domina desde hace tres siglos y los trabajadores en México lo único que han ganado son unas cuantas batallas. Peor si comenzamos a sumarle la destrucción del SME electricista, la compra de los líderes del IMSS y el control absoluto del PRD. Quizá los optimistas puedan demostrarnos grandes avances y gigantescos logros porque “estábamos peor antes” o “porque más gente ha abierto los ojos”. Yo sigo pensando que nuestras estrategias de lucha como trabajadores están muy mal porque partimos de que siempre vamos adelante.
7. Nosotros, por el contrario, en el espartaquisno de los 60 y parte de los 70, nunca cantamos victoria a pesar de que nos alegrábamos de los actos políticos, nuestros volanteos y de la organización de nuestras células de fábrica y estudiantiles. Partimos siempre en nuestros análisis de la enorme fuerza de la burguesía asociada con los EEUU, del control casi absoluto del movimiento obrero y campesino y de la debilidad de nuestras fuerzas; pero no para ponernos a llorar, sino para profundizar más nuestro trabajo de propaganda y organización. El volanteo, los mítines rápidos, la prensa y la discusión ideológica fueron siempre el centro de nuestra actividad. Fuimos siempre indomables antielectoreros porque en nuestro pensamiento estuvo siempre la idea de la organización revolucionaria de los trabajadores en su lucha frontal contra el capital. Nos derrotó el electoralismo.
8. La realidad es que la izquierda se ha burlado sabrosamente de los gobiernos panistas por considerarlos profundamente ignorantes en política, además que por sus ideas se les ubica en la Edad Media o en el siglo XIX. Sin embargo la izquierda sigue defendiendo las leyes y la Constitución que la burguesía impuso en el país en 1824, 1857 y 1917, leyes y Constitución que los abogados burgueses saben interpretar con gran habilidad para burlarse del pueblo. La izquierda es muy dura de la cabeza para comprender que mientras las luchas se encajonen en los marcos de la legalidad, los priístas y los panistas le seguirán dando palos en la cabeza. Y la lucha de los electricistas es un ejemplo de cómo la “legalidad” del perro Lozano y del ilegítimo Calderón, basándose en la interpretación de ley, han despedido a 44 mil trabajadores y destruido al glorioso sindicato de lucha. ¿Vamos ganando?
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