Los acontecimientos hoy martirizan al hermano pueblo haitiano y amenazan su soberanía e independencia, confirman que la defensa integral de los pueblos de Nuestra América no se puede reducir a la defensa militar del territorio; ni siquiera a la incorporación de todos los actores y factores nacionales que hagan posible la protección de nuestros ciudadanos y el funcionamiento de las instituciones del Estado en situaciones de desastres, sino que hoy es esencial construir alianzas y sistemas internacionales que garanticen el apoyo solidario, efectivo y oportuno, cuando las capacidades nacionales se ven excedidas por los efectos destructivos de los fenómenos naturales, impidiendo con ello que, otros Estados No Amigos u, organizaciones internacionales bajo el control de estos, pretendan intervenir en tales situaciones, sin autorización ni control de nuestras autoridades.
La amarga experiencia de Haití evidencia que las situaciones graves ocasionadas por los fenómenos naturales han dejado de ser un asunto de defensa civil o humanitario, para convertirse en un asunto de Seguridad de Estado, en la medida en que los Estados Unidos, los países integrantes de la Organización del Atlántico Norte, OTAN y sus gobiernos subalternos de nuestro continente, están decididos a utilizar este nuevo pretexto para intervenir en los asuntos internos de los Estados al margen de las autoridades legítimas de los países, su orden constitucional y el Derecho y organismos internacionales, ocupando militarmente territorios, controlando su seguridad interna, apoyando sectores internos afines y, manteniendo su presencia militar y política, hasta conseguir que la situación interna se estabilice en favor de sus intereses.
Si revisáramos la situación de siniestralidad en los integrantes de ALBA, diríamos que los países insulares del Mar de los Caribeños tienen, como amenaza cierta, el ciclo anual de huracanes, los sismos y las erupciones volcánicas, mientras que en el territorio continental americano, además de tales posibilidades, debe incluirse los fenómenos meteorológico de “El Niño” y “La Nina”; todos los cuales provocan miles de víctimas y cuantiosos daños materiales en la infraestructura de los servicios públicos y en la producción y distribución de alimentos esenciales..
En tales circunstancias, se justifica que Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela, incorporen en la agenda de su próxima Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, la creación de un Sistema Integral de Seguridad Civil; basado en los principios de Respeto a la Soberanía de los Estados y No Intervención en sus Asuntos Internos, que tengan como referencia las experiencias nacionales e internacionales de las Misiones Médicas de la Republica de Cuba y de la Fuerza Internacional de Tareas Humanitarias “Simón Bolívar”, de la Republica Bolivariana de Venezuela.
Tal iniciativa estaría en el camino correcto de la integración de Nuestra América y ayudarían a superar las vulnerabilidades de nuestros Estados y sociedades, impidiendo que los imperialistas norteamericanos y sus aliados del Poder Constituido Global, puedan utilizar el pretexto de la “intervención humanitaria” para amenazar el desarrollo y profundización de los procesos Soberanistas, Democráticos y de Justicia Social, que estamos desarrollando en Nuestra América. “Inventamos o erramos”.
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