Europa vive una situación económica y política que hace presumir la posibilidad cierta del regreso del Fascismo como instrumento político de sus burguesias para intentar reorganizar el modelo de dominación de sus pueblos, del conjunto de la Humanidad y su patrimonio planetario, en la favorable circunstancia para ella, de la ausencia de proyectos y fuerzas políticas que puedan construir una alternativa a esa hegemonía.
El esfuerzo de construir una “comunidad” de Estados que fuese lo suficientemente sólida para reordenar las antiguas relaciones capitalistas de producción, mejorar su competitividad frente a sus rivales capitalistas y China y, trasladar hacia las economías periféricas de sus viejos espacios coloniales sus excedentes de capitales especulativos financieros y sus industrias de servicios tecnológicos, para revertir la actual tendencia de reducción de la tasa de ganacia, no han tenido éxito, esencialmente, porque los intereses de las fracciones burguesas dominantes – Alemania, Francia e Inglaterra – han estado por encima de los “intereses superiores” del proyecto comunitario europeo y, porque la actual crisis de su proyecto global y neoliberal, ha erosionado sus sistemas financieros y monetarios – base de la acumulacion capitalista actual – imposibilitándolos de atender las necesidades de sus socios más débiles.
Estas circunstancias críticas de la coyuntura histórica del modelo de dominación burguesa-imperialista en Europa, no pueden ser enfrentadas y superadas, a partir de los decrépitos sistemas de conciliación y consenso politico y social que le garantizó a las burguesías europeas la “Paz Social” que ha disfrutado en los últimos 65 años, en razón de que necesita desmantelar el Estado de Bienestar conquistados por los trabajadores y partidos progresistas y revolucionarios de Europa, lo que provocará la resistencia de los sindicatos, organizaciones campesinas y movimientos sociales anticapitalistas, en un intento de preservar tales conquistas (contrato y estabilidad laboral, derecho de huelga, reducción de jornada, asistencia médica, jubilaciones adecuadas, apoyo al paro, etc).
Los últimos cinco años son demostrativos del pronunciado proceso de derechización de la política en Europa. El “Duce” Berlusconi reformando las leyes laborales Italia, Sarkozi revirtiendo las conquistas laborales en Francia, la Merkel atacando la seguridad social alemana y el sistema impositivo en favor de los empresarios, Rodriguez Zapatero flaxibiliza el trabajo y recorta las pensiones en España, Papandreu impone la receta criminal del FMI, Portugal se recorta la seguridad social, Suiza, Austria, Noruega, Duinamarca y Holanda ajustan sus presupuestos con base a las ganancias del Trabajo y no del Capital, mientras que en la Europa del Este – arrastrada tras los “encantos” de la Comunidad Europea” - , terminan por desmantelar el antiguo sistema de bienestar social de la era del socialismo real para “adaptarse” a las nuevas condiciones que les imponen sus conquistadores: la burguesía financiera europea.
Europa no tiene solución desde y para los trabajadores. No tiene posibilidad de redistribuir la ganancia para favorecer la cohesion social y la estabilidad política entre todos los Estados y pueblos que la conforman. Desde Bruselas no se oyen voces para refundar el Estado de Bienestar que garantice calidad y esperanza de vida para los trabajadores y demás capas no burguesas de la sociedad. Solo hay una receta: La Dictadura del Capital y, su imposición – es cosa de tiempo! – los conducirá al Fascismo, porque sigue siendo históricamente, la única vía que tienen las clases burguesas para resolver sus crisis históricas, sacrificando a los trabajadores y a las trabajadoras y demás capas sociales no burguesas. Y, ésta crisis es una de ellas, y quizás, la última. Solo nos falta saber is su resolución tendrá el mismo precio que le hicieron pagar a los pueblos entre 1.914 y 1.945.
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