En Flandes, en 1547, Teofrastus me lo explico todo.
Nos dieron la divinidad –Me dijo-, pero nosotros sólo queremos el oro”
William Ospina, en El País de la Canela
En verdad, es célebre esa frase de la canción de Pedro Navaja de Rubén Blades, que en uno de sus versos dice: La vida te da sorpresa, sorpresa te la vida, hay dios”. Es célebre, porque a veces o la mayoría de las veces, la vida suele sorprendernos con situaciones y problemas que son verdaderamente una sorpresa; pero en otros muchos casos, nos sorprende con lo que no debería. A pesar de toda el agua que ha corrido por debajo del puente de las viejas y nuevas conquistas y colonizaciones, se observa hoy, una pesada carga de ingenuidad que nos impide entender que el mundo ha cambiado un “pelito” en apariencia y los que tienen el poder, probablemente se ven más refinados, pero son en el fondo el mismo montón de miseria humana que han venido haciendo uso de la naturaleza y de los pueblos para sostener sus bastardos intereses.
Claro, ahora disponen de nuevas armas, de los nuevos evangelios y nuevas formas de manipular, pero en el fondo son el mismo montón de países porquerías. Lo humano, la humanidad, la vida, la justicia y la libertad se reduce simple y sencillamente a una relación de intereses. Españoles, francés, alemanes, Ingleses, suecos y toda la Europa con su avanza modernidad y aires de mucha “civilización” son los mismos países que ayer invadieron, conquistaron y masacraron, aunque muchos lo vean distintos. Estar en Europa y estar particularmente en España recibiendo patadas y siendo objeto del racismo de siempre, es una cosa increíblemente del carajo para muchos.
¿Cuántos pronunciamientos escribieron los parlamentos de los países de Europa sobre la barbaridad del Golpe de Estado en Honduras? ¿Cuántas advertencias realizó el Gobierno Español? ¿Cuántas advertencias y preocupaciones ofrecieron los parlamentarios y ministros de este mundo (“tan democrático”) sobre las violaciones de los derechos humanos en Honduras? ¿Cuánto tiempo se mantuvo esa conducta hipócrita? ¿Cuánto tiempo hubo que esperar para verlos exactamente como ayer? Las primeras declaraciones de aparente protesta eran parte de una costumbre que no está en ellos, sino en la ingenuidad e incapacidad de nosotros para entender la miseria que existe y comprender que nada, absolutamente nada ha cambiado en ese mundo que se muestra como el centro de la civilización.
Comenzamos a sorprenderse con Europa y el caso de Honduras. La vida nos sorprende con algo que no debería, porque esa conducta y forma de ser hipócrita está en su lógica y su naturaleza. La legitimización del golpe de estado y el desarrollo de una nueva forma de dictadura está prácticamente patenta y el proceso de reconocimiento. El nuevo modelo de imponer un golpe de Estado pasa la estación europea, que es un mundo que nos comunica de saberes, modernidad, civilización plena, un montón de experiencia “democráticas” y guerras; muchas guerras. Europa, como era de suponerse ya ofreció otro paso para legitimar un golpe de Estado y a través de este nuevo proceso, dar elementos para una cadena de intervenciones que ya no son conquistas ni colonizaciones, pero son una manera más de someter a los pueblos a los caprichos y propósitos que imponen esta civilización de mierda que es Europa.
¿Qué diferencia hubo entre la mentira que utilizaron para invadir y destruir a Irak y la mentira y manipulación que usaron para planificar el golpe de Estado en Honduras? En Irak se hablo de armas de destrucción y en Honduras; la justificación vino porque se pretendía colocar una cuarta urna para saber si el pueblo Hondureño quería desarrollar una constituyente. Ese simple gesto le encendió las alarmas y pasaron a pensar en ese nuevo modelo de golpe. En Honduras quedaron desnudos todos, pero eso no importa, es la civilización y el mundo desarrollado que impone la pauta y la democracia es una cuestión que es parte de su saber y querer. Si no te ajustas a sus designios, estas en la lista.
Es verdaderamente increíble que haya este tipo de sorpresa o que nos encontremos curiosamente frente a un exceso de ingenuidad. ¿No esa la Europa que con sangre, muerte y explotación mantuvo hasta ayer sometido a una cantidad de pueblos en África? ¿No esa la España franquista que aún está más o menos intacta? ¿No esa la Europa civilizada que bajo una mentira acabó con todo el pueblo de Irak? ¿No esa la Europa civilizada que se presto para que saquearan todo el patrimonio cultural que se encontraba en Irak? ¿No esa la Europa Civilizada que se angustia porque Irán pretende desarrollar la energía atómica y permanece en silencio y apoyando los planes de exterminio del pueblo palestino? ¿No es acaso esa la Europa que se preocupa porque Irán desarrolle la energía nuclear, pero permanece como boba frente al potencial atómico y bélico del Estado forajido de Israel? ¿Por qué tenemos que sorprendernos del juicio esa Europa? ¿Por qué tenemos que sorprendernos de una España “civilizadora y humanitaria” que aún se sostiene sobre el viejo esquema del absolutismo?
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