Se colocó sus lentes Armani y se acercó lentamente a la pantalla del computador. Allí comenzó a leer que el juez Eloy Velazco, después de juzgar a 13 miembros de la ETA y a 7 de las FARC, había declarado que el gobierno venezolano tenía vínculos con estos dos grupos terroristas. Y entonces, John Vicente Salvatierra, se quitó los lentes y sonrío. Tomó el ratón de la computadora y corrió el indicador hasta la dirección de la noticia, la copió y luego abrió su correo y metió allí lo que había leído y lo envió a todas sus listas con un encabezadazo que decía: Demoledor.
De esta manera, John Vicente seguía luchando contra el socialismo del siglo XXI. Había asumido esta conducta después de haber estado unos días en el chavismo, cuando comprendió que aquello era un régimen que iba al comunismo, el hombre se desató contra todo lo que sea chavista.
Una vez que envió el correo a sus listas, tomó la cámara y su laptop y decidió salir a pasear por la ciudad. Antes, se acercó al balcón de su lujoso apartamento en Santa Paula, y luego calculó que era imposible que lloviera y menos mal, “ojalá que no llueva más nunca hasta que este dictador se vaya”, pensó. Le gustó el paisaje que se veía desde su ventana y entonces tomó unas fotos. Clip, clip, clip.
Después bajó y llegó hasta su Audi 2010. Lo saludó con un golpecito en el capó y cuando estaba a punto de entrar a su demoledora máquina, escuchó una voz que le dijo: “Hola, vecino, ¿qué le parece la denuncia que le pusieron al tirano en España? John Vicente se volvió y se encontró con su vecina que tiene 11 años dando cacerolazos. Y le dijo: “Claro, vecina, a estos delincuentes los denuncian en todas partes y ellos niegan todo, pero ahora se las van a ver negras, porque aquí también está Hillary Clinton apoyando y vamos a ver qué inventan”.
Luego John Vicente le pidió el correo electrónico a su vecina para enviarle las noticias contra el socialismo del siglo XXI, la vecina le dijo que estaba dispuesta a darle todo lo que él le pidiera contar de salir de ese hombre, pero John Vicente le dijo que no era para tanto, que se esperara.
Y después se montó en su máquina del siglo XXI y arrancó rumbo a buscar la miseria chavista para fotografiarla y enviarla a todos los de sus listas. Y mientras corría a placer por una avenida caraqueña, escuchaba la radio española donde decían que todo lo que decía el juez Eloy Velazco estaba apoyado en la computadora de Raúl Reyes.
Fue entonces cuando John Vicente dijo: “Esto del juez Velazco me huele a una Farceta”.