Los mayas no escucharon ni vieron a Elton John; tampoco éste se llevó alguna idea de los mayas

1. “Siempre es hermoso tocar en México. Ha sido un espectáculo grandioso. Ustedes son un público increíble, gente muy bonita, en la ciudad más bella del mundo… gracias Chichén Itzá”, así se expresó Elton John . El cantante pop, miembro de la Orden del Imperio Británico, que en otras ocasiones ha visitado México, hizo una gran exhibición musical a unos metros de la pirámide de Kukulcán en la ciudad de Chichén Itzá, ante casi 10 mil personas, a pesar de que los organizadores aseguraron que habían sido 5 mil. Todo fue fiesta y alegría para los empresarios, políticos, artistas que pudieron adquirir boletos de mil a 10 mil pesos (de unos 80 a 800 dólares) y viajar hasta esta ciudad maya. Ningún indígena, campesino o trabajador maya del estado o la región –con ingresos promedio de dos o cuatro dólares diarios pudo asistir al evento. Pero además ninguno de los conciertos ha sido interés de los mayas, por ser otra cultura.

2. La realidad es que este tipo de conciertos, como los anteriores de Pavaroti, Domingo, Brightman y ahora de de John, además de promover turismo, traen muchos ingresos económicos al presupuesto del estado, al mismo tiempo, da mucha presencia política al gobierno en turno. Quien piense que estos centros históricos prehispánicos al ser patrimonio de los mayas, mexicas o teotihuacanos, de los mexicanos o de la humanidad, deben conservarse respetando sus valores y tradiciones, expresan sólo un buen deseo, una maravillosa inquietud, incluso un gran respeto a la cultura que nos dio vida. Pero el problema es que la sociedad capitalista trastoca todo. Por eso Marx escribió: “Donde quiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas… en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal”.

3. Lo que ha sucedido es que estos bellísimos centros prehispánicos, aunque hayan sido tumbas, altares o centros ceremoniales hace mil o mil 500 años, no pueden mantenerse “arrumbados” en medio de una sociedad capitalista que busca explotar o saquear todo lo que esté a su paso. La cultura mesoamericana o india, aunque muchas veces sostuvo terribles guerras y encabezó y sufrió saqueos, su afán y poder de conquista, al parecer, fue limitado. Por el contrario los conquistadores occidentales vinieron a América, fueron a Asia y África, a saquear nuestros recursos, a explotar con salvajismo la fuerza de nuestros pueblos y llevarse las riquezas a sus países colonialistas de origen. Mientras los pueblos buscaban conservar sus riquezas, sus costumbres y tradiciones cuidando su territorio, los conquistadores actuaban con impaciencia, celeridad y brutalidad para regresar a su madre patria. Despreciaron la cultura autóctona para ellos reafirmarse.

4. Los cantantes concertistas que han venido a Yucatán aprovechando el prestigioso cartel que los medios de información han dado a la ciudad maya de Chichén Itzá, sólo han sido parte de negocios capitalistas. Así podrán estar en el Castillo de Chapultepec, en la ciudad prehispánica de Teotihuacan o en el Estadio Azteca. ¿Podrá evitarse que esos centros “sagrados”, construidos por nuestros antepasados con objetivos humanos, puedan convertirse en grandes centros turísticos rodeados de hoteles con campos de golf, gigantescas tiendas y grandes restaurantes de lujo? Yo digo que siempre hay que luchar junto a nuestros pueblos para conservar nuestras culturas de paz, respeto y solidaridad e igualdad, pero no lo podemos hacer lamentándonos de la maldad del capitalismo y de los gobiernos, sino presentando alternativas diferentes y poderosas batallas.

5. “En lugar de la explotación por ilusiones religiosas y política”, como dijera Marx en el Manifiesto comunista, el capitalismo ha barrido con todo lo que se consideraba sagrado. ¿Cuántos miles de exconventos, de ex iglesias, de exhaciendas, de exfortalezas militares, de castillos feudales, hoy son grandes centros comerciales, bancarios, hoteleros, de negocios que el capitalismo ha desacralizado? No se cuánta fuerza le quede aún a los pueblos para resistir la invasión de la cultura moderna, transnacional e imperialista, pero lo que se observa es que durante siglos nos han estado integrando o arrinconando. Nos integran extendiendo la ideología, la escuela, la iglesia, la familia, pero por encima de todo el poder, y nos arrinconan haciéndonos a un lado, haciéndonos marginales y, de plano reprimiéndonos. La cultura “universal, imperial” se ha impuesto en todos los países con el poder económico, de las instituciones y los medios de información.

6. Al parecer pronto estará en Chichén Itzá el cantante exbeatle, Paul McCartney y, aunque el boleto de entrada fuera 5 pesos, nada, absolutamente nada, le dirán sus canciones a los indígenas y campesinos de origen maya. Los pueblos de México han resistido durante siglos evitando la total conquista e integración al modo de vida occidental; los que han conservado con mayor celo su identidad cultural han sufrido “como castigo de la civilización y la modernidad” una más profunda marginación económica, política y social, en la que sobresale el racismo. Por eso me parece más interesante lo que se hizo un tiempo en el Zócalo de la ciudad de México: presentaciones gratuitas de artistas populares que reunían a alrededor de 100 mil espectadores. Por el contrario, lo que se ha hecho de Chichén Itzá no puede ser otra cosa que eventos para el regocijo de una minoría perteneciente a la clase dominante.

7. Más de 400 artesanos, que diariamente venden sus productos a los turistas mexicanos y extranjeros que visitan Chichén, realizaron un combativo plantón de protesta en el pueblo de Pisté, a cuatro kilómetros de donde se realizaba el concierto, contra el gobierno del estado porque durante varias décadas éste ha querido desalojarlos de los espacios que ocupan. Pero también denunciaron que se pretende convertir a los alrededores de esta ciudad maya en un gran corredor de centros comerciales y hoteleros en beneficio de grandes inversionistas. Los artesanos, todos originarios de la zona, más de 400, están dispuestos a defender su única fuente de ingreso. De lo que estoy seguro es que la batalla será aún más grande porque los nuevos inversionistas que han venido a sustituir al antiguo dueño de los terrenos de Chichén, tienen el apoyo del gobierno federal panista y de la gobernadora priísta. ¿Qué arreglos e intercambios se dan tras bambalinas?

pedroe@cablered.net.mx


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Pedro Echeverría V


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