1º- Vean por si mismos: Recuerdan aquella mañana del día 24 de octubre de 1929. El día 24 es el krak de la Bolsa de Nueva York; principio de la llamada “depresión”, autentica Revolución. Los cuatro años de Hoover son de avance revolucionario: doce a quince millones de parados. En febrero de 1933 es el último golpe de la crisis con el cierre de los bancos. Más no pudo hacer la Finanza para batir al “americano clásico” aun encasillado en su Reducto Industrial y esclavizarlo económicamente al Wall Street... Pero aquella Revolución americana no tenía sólo el fin usurario de acrecentar el Poder del Dinero; ambicionaba más. El Poder del Dinero, aunque poder político, sólo se había ejercido de manera indirecta, y ahora debían convertirlo en un poder directo.
2º- Anoten esto: en ese año de 1929, el año primero de la Revolución de la Finanza Internacional. La financiación de Hitler es acordada en julio de 1929. ¿Creen ustedes todo casual?... Los cuatro años de Hoover son los empleados en preparar la toma del poder en Estados Unidos. Comprenderán que un plan de tal envergadura requería un hombre excepcional rigiendo el Poder Ejecutivo en Estados Unidos, destinados a ser la fuerza organizadora y decisiva: ese hombre era Franklin Roosevelt
3º- Sepan ustedes que la historia no escrita, nos señala como fundador de la primera Internacional Comunista a Weishaupt. ¿Recuerdan su nombre?... Fue el jefe de aquella masonería conocida bajo el nombre de Iluminismo, cuyo nombre lo tomó de la segunda conspiración anticristiana y comunista de la Era, el Gnosticismo. Previsto por aquel gran revolucionario, semita y ex-jesuita, el triunfo de la Revolución francesa, la decidió él, o le fue ordenado –hay quien señala como jefe suyo al gran filósofo Mendelsohn– fundar una organización secreta que impulse la Revolución francesa más allá de sus objetivos políticos a fin de transformarla en Revolución social para instaurar el Comunismo. En aquellos tiempos heroicos, era un enorme peligro tan sólo mencionar el comunismo como meta: de ahí, todas las precauciones, pruebas y misterios de que debió rodearse el Iluminismo. Aun faltaba un siglo para que, sin peligro de prisión o muerte, se pudiera declarar comunista un hombre públicamente. Esto es más o menos conocido.
4º-El misterio del origen de la fortuna de los más famosos banqueros pudiera explicarse siendo tesoreros de aquella primera Komintern. Indicios hay de que cuando los cinco hermanos se reparten en cinco provincias el Imperio financiero de Europa, algo también oculto les ayuda a formar aquella fortuna fabulosa; pueden ser aquellos primeros comunistas de las catacumbas de Baviera, esparcidos ya por Europa entera. Pero dicen otros, creo que con mayor razón, que no fueron los Rothschild tesoreros, sino jefes de aquel oculto comunismo primero.
5º- Si la lucha de clases en el área económica es, en su primer efecto, reformista y contraria por ello a las premisas teóricas determinantes del advenimiento del Comunismo, en su autentica y real trascendencia es puramente revolucionaria. Pero, vuelvo a repetir, subordinándose a las reglas de la conspiración; es decir, a la disimulación y ocultación de su verdadero fin... La limitación de la plusvalía y, por tanto, de la acumulación, en virtud de la lucha de clases, tan sólo es apariencia, un espejismo creado para provocar el movimiento revolucionario primario en las masas. La huelga es ya un ensayo de movilización revolucionaria. Independientemente de si triunfa o fracasa, su efecto económico es anárquico. Al fin, este medio para mejorar el estado económico de una clase es en sí un empobrecimiento de la economía general; sea cual sea el volumen y el resultado de una huelga, ella es una merma en la producción. Efecto general: más miseria, de la cual no se libra la clase obrera.
6º- Estados Unidos no ha entrado ni entrará jamás en una guerra si no es agredida. Pueden sus dirigentes lograr ser agredidos cuando les convenga. Cuando no ha tenido éxito la provocación y el enemigo la ha encajado, la agresión ha sido inventada. En su primera guerra internacional, la guerra contra España, cuya derrota no era dudosa, ya fingieron la agresión, o la fingieron ellos.
7º- Dos fuerzas políticas cruzan en direcciones opuestas el mundo. El culpable es el régimen capitalista, que concentra en manos de unos pocos monopolios las riquezas de todos los hombres. Es necesario terminar con ese régimen de monopolios; es necesario expropiar a los expropiadores.
8º- La evolución materialista de la historia es imposible detenerla; todo lo más, se la frena... ¡Y a que costa!... A costa de aceptarla en teoría para frustrarla en la práctica. Es tan invencible la fuerza que lleva a la Humanidad al Comunismo, que sólo esa misma fuerza torcida, oponiéndola a si misma, pueden lograr disminuir la velocidad de la evolución; más exactamente, disminuir el avance de la revolución permanente...
9º- El Marxismo, antes que sistema filosófico, económico y político, es una conspiración para la Revolución. Al ser la Revolución para nosotros la única realidad absoluta, filosofía, economía y política son verdad en tanto y cuanto llevan a la Revolución. La verdad intrínseca, subjetiva llamémosla así, en la filosofía, economía y política y hasta en lo moral no existe; será verdad o error en abstracción científica; pero al ser para nosotros subordinadas a la dialéctica de la Revolución –única realidad y, por tanto, la única verdad–, para todo auténtico revolucionario, como lo fue para Marx, ha de ser así, debiendo obrar en consecuencia. Recuerden aquella frase de Lenin cuando alguien le dijo como argumento que su intento se oponía a la realidad: “Lo siento por la realidad”, respondió. ¿Creen que Lenin dijo una sandez? No, para él, toda realidad, toda verdad, era relativa, frente a la única y absoluta; la Revolución. Marx fue genial. Si su obra sólo fuera una crítica profunda del capital, ya sería una labor científica sin par; pero donde alcanza la categoría de obra maestra es como creación irónica. “El Comunismo –dice– ha de triunfar, porque le dará el triunfo su enemigo el Capital.” Tal vez es la tesis magistral de Marx... ¿Cabe más grande ironía?... Para ser creído le bastó con despersonalizar a Capitalismo y Comunismo, trasmutando al ente humano en ente de razón, con un arte de prestidigitador maravilloso. Tal fue su ingenioso recurso para decirle a los capitalistas, que son la realidad del Capital, que triunfaría el Comunismo por su congénita idiotez: Porque sin idiotez perpetua en el homo economicus, no puede haber en él la contradicción permanente proclamada por Marx. Lograr que el homo sapiens se trasmute en homo stultun es poseer un poder mágico, capaz de hacerle descender al hombre en la escala zoológica a su primer peldaño; al de bestia. Sólo dada la existencia del homo stultun en esta época del apogeo del Capitalismo puede Marx formular su axiomática ecuación: Contradicción + Tiempo = Comunismo. Para juzgar a Marx en toda su grandeza, debemos contemplar al Marx auténtico, al Marx revolucionario, al del manifiesto. Es decir, al Marx conspirador, ya que durante su vida la Revolución vivía en estado de conspiración.
10º- Anarquía capaz de hacer quemar ingentes cantidades de alimentos antes que darlos a las gentes hambrientas; capaz de lo que con frase gráfica escupió Rathenau: “Hacer que medio mundo se dedique a fabricar mierda y hacer que el otro medio se dedique a consumirla”. Y, por último, no podrá él proletariado sostener que se debe a él esa inflación en progresión geométrica creciente, desvalorización, robo permanente de la plusvalía y ahorro del capital no financiero, no capital-usura, por ello, incapaz de recobrar la baja constante de su poder adquisitivo, produciéndose así la proletarización de la clase media, la enemiga verdadera de la Revolución... No es el Proletario quien maneja la palanca económica ni la palanca de la guerra. Es la Finanza y sus Grandes Corporaciones, sí, una tercera palanca, la única visible y espectacular, que da el asalto definitivo a la fortaleza del Estado capitalista y la toma... Sí, la toma, cuando “Ellos” se la entregan...
11º- Trotski organizó por sus enlaces el atentado de la Kaplan contra Lenin. Por su orden, Blumkin mató al embajador Mirbach. El golpe de estado de la Spiridonova y sus socialistas revolucionarios fue de acuerdo con Trotski. Su hombre para todo esto era insospechado; fue aquel Rosenblum, un hebreo lituano, que usaba el nombre de O’Relly, conocido como el mejor espía del Intelligence Británico. En realidad, un hombre de “Ellos”. La razón de haber elegido a este famoso Rosenblum fue porque, conocido solamente como espía inglés. Inglaterra, no Trotski ni nosotros, cargaría con la responsabilidad de atentados y complots en caso de fracaso. Ya podía morir glorificado el viejo revolucionario. Si salió con vida de las balas de la Kaplan, no saldría vivo de la disimulada eutanasia a la cual se le sometió.
12º- La revolución y la guerra de España era correcta. Allí hay un punto estratégico importante, un cruce de influencias opuestas de las naciones capitalistas..., se podía provocar una guerra entre ellas. Lo reconozco, era correcto teóricamente..., pero en la práctica no. Ya ve como no estalla la guerra entre el capitalismo democrático y el fascismo... Y ahora le digo: Sí Stalin se creyó capaz por sí sólo de crear un motivo capaz de provocar la guerra que hiciera luchar entre sí a las naciones capitalistas... ¿por qué no ha de admitir en teoría que otros puedan conseguir lo que no le pareció imposible lograr a él?...
13º- Sólo Alemania tenía población y posición adecuada para invadir la U.R.S.S. y para infligirle derrotas a Stalin; pero, como comprenderán, la república de Weimar no fue ideada, ni política ni económicamente, para ser invasora, sino para ser invadida. En el horizonte del hambre alemán empezó a brillar la fugaz estrella hitleriana. Un ojo perspicaz se fijó en él. El mundo ha presenciado su ascensión fulminante. No le diré que ha sido todo obra nuestra, no. Le dio sus masas, cada vez mayores, la economía revolucionaria-comunista de Versalles. Aunque no fuera dictada para provocar el triunfo de Hitler, la premisa que impuso Versalles a Alemania fue la de su proletarización, de paro y hambre, y su consecuencia debió ser el triunfo de la Revolución Comunista. Pero frustrada ésta por la presencia de Stalin en la jefatura de la U.R.S.S., no queriendo entregar Alemania al nuevo Bonaparte, los planes Dawes y Young atenuaron las premisas sólo en parte, a la espera del triunfo en Rusia de la Oposición..., pero como no llegaba, las premisas revolucionarias existentes debían tener sus consecuencias. El determinismo económico de Alemania imponía a su proletariado la Revolución. Al deber ser contenida la revolución social-internacionalista por culpa de Stalin, el proletariado alemán se lanzó a la revolución nacional-socialista. Fue un hecho dialéctico. Pero con toda su premisa y su razón, la revolución nacional-socialista jamás hubiera podido triunfar. Hizo falta más. Fue necesario que, obedeciendo consignas, los trotskistas y los socialistas dividiesen a las masas que tenían una conciencia de clase despierta e intacta. Pero fue necesario más: en 1929, cuando el Partido Nacional Socialista sufre la crisis de crecimiento y sus recursos financieros le fallan, “Ellos” le envían un embajador; hasta sé su nombre, fue un Warburg. Se conviene la financiación del Partido Nacional Socialista en negociaciones directas con Hitler, y éste recibe en un par de años millones de dólares, envidaos por Wall Street y millones de marcos de financieros alemanes, estos a través de Schacht; el sostenimiento de las S.A. y de las S.S. y la financiación de las siguientes elecciones que dan el poder a Hitler se hace con los dólares y los marcos que le envían “Ellos”.
14º- En fin, sin digresiones; ahí tienen a Hitler creciendo en poder militar, extendiendo su III Reich, y lo que aún lo aumentará... lo necesario hasta que tenga potencia en acto suficiente para poder atacar y derrotar copiosamente a Stalin... ¿No ven la mansedumbre general de aquellos lobos de Versalles, que se limitan a débiles gruñidos?... ¿También es otra casualidad?... Hitler invadirá la U.R.S.S. y, así como en 1917 las derrotas del Zar nos sirvieron para derribarlo, las derrotas de Stalin nos servirán para derribarle y suplantarle... Volverá a sonar la hora de la Revolución Mundial. Porque las naciones democráticas, adormecidas hoy, en el instante que Trotski ocupe de nuevo el Poder, como cuando la guerra civil, realizarán una mutación general. Hitler será entonces atacado por el Oeste; sus generales se sublevarán y lo liquidarán...
Salud Camaradas.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria Socialista o Muerte.
¡Venceremos!
manueltaibo@cantv.net