25 de marzo de 2023.- Dos días después de la gran jornada de movilización contra la reforma de las pensiones del presidente francés, Emmanuel Macron, la tensión social se trasladó este día a una zona rural, donde los ecologistas reunieron miles de personas en una concentración en contra de unos macro-embalses para riego.
Las autoridades señalan a unos infiltrados como los que quemaron varios vehículos de la gendarmería con bombas molotov.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, aseguró que 24 gendarmes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, con un traumatismo craneal, al igual que un manifestante, ambos trasladados en helicóptero a un centro hospitalario.
Otros seis manifestantes resultaron heridos de menor importancia, según el ministro, que denunció ataques a los gendarmes que trataban de evacuarlos.
La prefecta del departamento, Emmanuelle Dubée, que recordó que la manifestación no estaba autorizada e indicó que también se confiscaron morteros y otras armas blancas.
Unos 3.200 agentes fueron desplegados en la zona para evitar a los manifestantes alcanzar los estanques y se lanzaron unas 4.000 bombas de gases lacrimógenos, señaló el ministro.
En el lugar se dieron cita más de 6.000 militantes que se concentraron en un campo agrícola cercano para posteriormente dirigirse al lugar del estanque, donde se encontraron con las barricadas policiales.
Tras el intercambio de proyectiles con los agentes, la situación se calmó y el grueso de los manifestantes se instaló en un terreno cercano. A primera hora de la tarde hubo un segundo asalto, pero en ningún momento lograron romper el cordón policial.
A la marcha también acudieron algunos diputados y representantes del partido ecologista francés.
La acción tuvo lugar en una región agrícola que acumula muchos de estos estanques, defendidos por unos para luchar contra la seguía pero considerados por otros como una apuesta por una agricultura industrializada y poco ecológica.
La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, DUnja Mijatovic, acusó a Francia de un "uso excesivo de la fuerza" no justificado por los actos violentos que tuvieron lugar en las manifestaciones.