Los medios de comunicación, la opinión pública y el libertinaje de los gobiernos

Mi presente y muy miserable artículo de opinión, está dirigido a los estudiantes de comunicación social de las universidades venezolanas.

Esos jovencitos petulantes y futuros periodistas de nuestra Patria, que no están recibiendo buen alimento periodístico en sus salones de clases, porque los profesores venezolanos se olvidaron de la fuente que realmente importa en la vida, y simplemente educan con mundanismo.

Si educamos a los futuros periodistas venezolanos con la suciedad del mundanismo, esos jóvenes informarán lo que el Mundo quiere que se informe, y no informarán lo que Dios quiere que se informe, no obstante, si educamos a los futuros periodistas venezolanos con la luz del cristianismo, esos jóvenes informarán lo que Dios quiere que se informe, y jamás informarán lo que el Diablo quiere que conozca el Mundo.

Y es que cuando yo estudiaba en la universidad, los profesores siempre decían que no se debía decir "y es que", pero quince años después de culminar mi carrera universitaria, yo comprendí que casi todos los profesionales se atreven a decir "y es que", pero casi ningún profesional se atreve a regalarle pan al vagabundo de la plaza, por lo que en la vida no importa la inmaculada redacción del profesional, importa la redención social del buen samaritano, que ama al prójimo porque refleja a Cristo Jesús.

Por lo general, el estudiante de comunicación social es entrenado como si fuera un sabueso, un dingo o un simple perro de la calle, que debe adiestrar su olfato periodístico para rastrear y encontrar esa noticia "tubazo", que muchas veces usa la mentira, la hipérbole, la manipulación de los hechos y la tergiversación de la fuente informativa, para encontrar una primicia que será bien remunerada por el dueño de la perrera, y entre tantos perros y perras, no hay duda que el periodismo será una jauría.

Durante mi segundo semestre en la escuela de periodismo, el profesor Paredes decía que no era noticia que un perro mordiera a un hombre, porque la verdadera noticia era que un hombre mordiera a un perro, sin embargo, hoy en día se comunican y se venden las mordidas que causan los perros a los hombres, como si fueran grandes noticias, aunque realmente no lo son, porque el periodista siempre piensa que debe buscar a la noticia, sin esperar que sea la fuente la que lo busque a él, para informar y difundir la noticia a la opinión pública de toda lengua, de toda tribu, de todo pueblo y de toda nación.

Porque es la opinión pública, la fuerza social que convierte en noticia a la información, ya que si la gente no se entera de que un hombre mordió a un perro, pues por mucho sensacionalismo que tenga esa información, no tendrá ningún valor noticioso dentro del entorno comunicacional donde vivimos, por lo que el medio de comunicación se encarga de preparar el alimento noticioso, y la opinión pública se encargará de consumirlo o de vomitarlo, dependiendo a la credibilidad y a la veracidad de los ingredientes que fueron usados, para preparar una dulce noticia o una amarga patraña.

Queda claro que si el medio de comunicación y la opinión pública, se ponen de acuerdo y crean una gran alianza informativa, entonces ese par de actores sociales pueden cerrar los ojos de la Mona Lisa, sin tener que pedirle permiso a Leonardo da Vinci, y ese par de actores sociales, también pueden doblegar la soberbia de quien vive preso en el orgullo.

Para nadie es un secreto, que cuando los hispanos hablamos de soberbia, orgullo y prepotencia, siempre pensamos en nuestros hermanos argentinos. Sinceramente, yo no sé el motivo por el cual tildan a los argentinos de pedantes, pero el argentino sigue siendo visto como un individuo, que no tiene humildad dentro de su gaucho corazón.

Ya hablamos de los medios de comunicación, ya hablamos de la opinión pública, y ahora vamos a hablar del libertinaje de los gobiernos, y aunque realmente no estamos hablando, ya todos comprendimos que no importa cómo escribes en la vida, lo que realmente importa es compartir un pedazo de pan con el niño huérfano de la plaza.

En el mes de septiembre del año 2021, fue noticia dentro y fuera de la Argentina, el mal gesto hecho por Jaime Perczyk, el nuevo ministro de Educación del gobierno argentino, quien antes de realizar el acto protocolar que lo juramentaría como nuevo ministro, decidió mover de forma despectiva a la Biblia, que se encontraba sobre la mesa del evento gubernamental y junto a la Constitución de su país, siendo un ademán muy ofensivo por parte del ministro Perczyk, ya que públicamente desechó a la Biblia.

El ministro Perczyk sabía que los reporteros estaban grabando el evento, y Perczyk también sabía que los periodistas informarían sobre su juramentación como nuevo ministro de Educación, pero aún así, el ministro Perczyk demostró ser un hombre poco educado, ya que se atrevió a despreciar a la Biblia y corrió el sagrado libro de la mesa, como si fuera basura, demostrando su desprecio por la Palabra de Dios, y demostrando la soberbia, la altanería y la pedantería, que siempre han caracterizado a los argentinos.

En un país tan cristiano como la Argentina, donde el Papa Francisco siendo jerarca de la Iglesia Católica y como ciudadano argentino, ha logrado desde El Vaticano que gran parte de los argentinos se reconcilien con la Palabra de Dios, pues no hay duda que antes de su juramento, el gesto ofensivo del ministro Perczyk en contra de la Biblia, no iba a pasar desapercibido ni por los medios de comunicación ni por la opinión pública.

Es que el problema no fue un incómodo estornudo, no fue un ataque de tos, no fue una ansiosa mano en el bolsillo, no fue el desagradable hedor de una flatulencia, ya que el gran problema, fue que el ministro Perczyk movió y despreció a la Biblia de Dios.

Unos minutos después de efectuarse el acto protocolar de juramentación, el gesto ofensivo del ministro Jaime Perczyk, se hizo periodísticamente y públicamente viral y popular, ya que las redes sociales se encargaron de repetir una y otra vez el momento del video, cuando Perczyk corrió despectivamente la Biblia de la atea mesa argentina.

Como decimos los venezolanos, el ministro Perczyk comenzó "con el pie izquierdo" su labor educativa, y en menos de una semana, los medios de comunicación social y la opinión pública se aliaron y lograron que un pedante y orgulloso ministro argentino, reconociera su error y pidiera públicamente disculpas a la sociedad argentina, por haber convertido en un libertinaje gubernamental a su politizada juramentación ministerial.

"El que me conoce de toda la vida sabe que no se puede sentir molesto, pero si se sintió molesto pido disculpas. Las disculpas del caso son porque nunca ofendo y tampoco quise ofender ni faltar el respeto a la creencia de nadie", dijo textualmente Perczyk.

Además, el ministro Perczyk afirmó que él siempre ha respetado las creencias y los pensamientos distintos, declarando que siempre ha tenido "tatuado en la piel" esa respetuosa forma de pensar, y reiteró que su intención nunca fue ofender a nadie.

Pero hermanos y hermanas, las palabras humildes y sinceras del ministro Perczyk, no parecen concordar con la fría y vanidosa actitud de Perczyk en su acto de juramentación, donde se acomodaba su traje para lucir lo mejor posible en el momento de ser juramentado y fotografiado como nuevo ministro de Educación, y donde movía despectivamente la Biblia, como si fuera un estorbo que debía ser removido de la mesa.

Nos preguntamos: ¿Qué produjo el cambio de actitud en la mente del ministro Perczyk? ¿Qué lo forzó a pedir públicamente disculpas por su gesto ofensivo? ¿Qué hubiera pasado si Perczyk guardaba silencio y no confrontaba la controversia social?

No hay duda que fue la alianza entre los medios de comunicación y la opinión pública, la fuerza social que logró hacer lo que para muchos incrédulos parecía una meta imposible: lograr que un orgulloso argentino pidiera disculpas por su petulante actitud.

Perczyk fue forzado a pedir públicamente disculpas a la sociedad argentina, porque el mediático entorno comunicacional argentino, hizo que su gesto anticristiano se convirtiera en una noticia viral dentro y fuera de las fronteras argentinas, y Perczyk sabía que si no pedía públicamente disculpas, la presión social de los medios junto a la opinión pública, lo hubieran llevado a perder su cargo como ministro de Educación, lo cual nos demuestra la fragilidad social de cualquier funcionario público del gobierno.

En mi humilde opinión, yo creo que Perczyk es el hombre más cristiano y más respetuoso de Dios que existe en la Argentina, porque tal vez era tanta la plata que iba a robar y tanta la corrupción que iba a cometer durante su ministerio, que Perczyk sintió vergüenza y culpa, por lo que decidió mover la Biblia de la mesa, para que Dios no fuera testigo de su juramento, y así evitar el castigo divino por toda su corrupción.

Si esa fue la razón que justificó su gesto ofensivo en contra de la Biblia, entonces felicitamos a Perczyk, porque es un hombre tan temeroso de nuestro Dios, que decidió alejar a su Palabra de la mesa, para no mancharla de pecado ¡Felicitaciones Perczyk!

Como decimos los venezolanos, el ministro Perczyk "puso la torta, metió la pata y se destruyó solito", y es importante que los estudiantes venezolanos de periodismo, comprendan que la noticia no siempre se consigue haciendo una pregunta polémica que confunda o moleste al entrevistado, ni tampoco hay "que buscarle la quinta pata al gato", si ya todos sabemos que el gato solo tiene cuatro patas para atrapar a la presa.

A veces solo es necesario usar la comunicación gráfica como buen recurso periodístico, para generar una noticia bomba que la opinión pública, se encargará de consumirla o de vomitarla dentro del entorno comunicacional, y aunque la mundana matriz informativa de los medios de masas en Venezuela, por lo general descarta las noticias extranjeras de países como Argentina, yo creo que el "Efecto Perczyk" debería ser explicado en las escuelas venezolanas de periodismo, para que los alumnos comprendan las repercusiones comunicacionales del dinámico trinomio Medio-Sociedad-Gobierno.

De igual manera, yo quiero expresar mi descontento y rechazo por el periodismo mundano que se enseña en las universidades venezolanas tanto públicas como privadas, donde escribir artículos sobre la vida de Jesús o comunicar las buenas nuevas del Evangelio, muchas veces no se considera ejercicio del periodismo, porque muchos profesores piensan que el "verdadero" periodismo se basa en cubrir las fuentes noticiosas relacionadas con la política, la economía, los crímenes o el deporte.

Pero no hay mejor periodismo, que informar el Evangelio de Dios en la Tierra.

Porque no hay mejor comunicación social, que comunicar el Evangelio de Dios a la Sociedad.

Porque no hay mejor noticia, que conocer la buena nueva del Evangelio de Dios.

Sí mi querido estudiante venezolano, las fuentes informativas del Mundo siempre te dejan cansado y agobiado, porque ayer volvieron a protestar los sindicalistas y mañana volverá a llover sobre mojado, pero la fuente de agua viva de Dios siempre te deja lleno de su Espíritu, porque en Cristo Jesús hay vida, hay esperanza, y hay buenas noticias.

No debemos olvidar que la Santa Biblia escrita por Dios, tiene más valor que las Constituciones escritas por el Mundo, pero cuando el testarudo Ser Humano piensa que una Constitución vale más que la Biblia, entonces el Hombre morirá por su testarudez.

Hubo un tiempo en mi vida, cuando yo me alejé mucho de la Palabra de Dios, ya que como todos ustedes, yo también perdía el tiempo leyendo las páginas del periódico y viendo los noticieros en la televisión, y es que no solamente perdía el tiempo, sino que también me estaba contaminando mentalmente y espiritualmente, leyendo, escuchando y viendo, lo que realmente no valía la pena ni leer, ni escuchar ni ver, pero muchas veces hacemos lo mismo que toda la gente hace, sin saber que esa gente lleva años hundida en el fondo de un abismo, donde usted está a punto de entrar para nunca salir.

Por mi experiencia personal, puedo asegurar que para estar bien informado, no hay que leer periódicos, no hay que escuchar la radio, no hay que usar las redes sociales y no hay que prender el televisor, tan solo hay que confiar en el tiempo perfecto de Dios, sabiendo que seremos informados solamente de lo que Dios quiere que seamos informados, así toda la información que llegue a nuestra vida será de bendición, y toda la información que no llegue a nuestra vida, no se convertirá en mundana maldición.

En Venezuela, yo fui uno de los últimos ciudadanos que se enteró de la pandemia global por Covid-19. Aunque hubo compatriotas venezolanos que desde el 31 de diciembre del año 2019, ya estaban bien informados de la problemática del virus asiático, yo estuve desinformado de la gran pandemia durante el mes de enero, durante el mes de febrero, y durante la primera quincena del mes de marzo del año 2020.

Durante esos casi tres meses de mi vida, yo debo reconocer que observaba en las calles merideñas venezolanas, a algunos compatriotas con tapabocas en sus rostros, pero yo pensaba que usaban las mascarillas para evitar el humo tóxico de los autobuses del transporte público venezolano, que contaminan el Medio Ambiente con sus poluciones.

Fue en la tarde del domingo 15 de marzo del año 2020, cuando yo terminé descubriendo que existía una pandemia global en la Tierra, y me enteré de esa escalofriante noticia, porque asistí a la misa vespertina en la Catedral de Mérida, y el sacerdote antes de finalizar la eucaristía, explicó la grave situación que enfrentaban los venezolanos por el contagioso Covid-19, y el sacerdote José Gregorio indicó las medidas sanitarias necesarias, para prevenir la propagación del virus en nuestra ciudad.

Muchos compatriotas venezolanos que estaban oportunamente informados de la pandemia global por Covid-19, desde el 31 de diciembre del año 2019, se enfermaron y murieron prematuramente en el año 2020, tal vez por haber consumido o por haber vomitado el exceso de información periodística, que se presentó en los irresponsables medios de comunicación social venezolanos, los cuales generaron un constante clima de angustia en la mente y en el corazón de la opinión pública de nuestro país.

Yo fui uno de los últimos venezolanos que se enteró de la pandemia, por lo que yo fui uno de los venezolanos que más se expuso al contagio por Covid-19, sin embargo, hasta el mes de febrero del año 2022, como decimos los venezolanos yo sigo "vivito y coleando", y no lo digo con la orgullosa prepotencia de un petulante argentino, simplemente lo digo porque es la verdad, y mi testimonio de vida demuestra el gran valor de confiar en la voluntad de Dios, y al mismo tiempo, se demuestra que no debemos confiar en la información del Mundo, que siempre corrompe a los cristianos.

Durante la pandemia global por Covid-19, yo no me lavaba las manos con jabón porque los medios de comunicación me asustaban y me obligaban a lavarme las manos, por el contrario, yo me lavaba las manos con jabón cuando sentía que Dios deseaba que yo me lavara las manos, porque yo solo cumplía la voluntad que Dios disponía en mi vida, manteniéndome en santa oración con el Señor, y evitando consumir o vomitar todas las mundanas noticias, que enfermaron y mataron a miles de venezolanos.

Si nos olvidamos de la Palabra de Dios, terminaremos siendo esclavos de los medios de comunicación social, terminaremos siendo el chiste sucio de la opinión pública, y terminaremos siendo víctimas del libertinaje gubernamental que no compagina con los designios de Dios, y por eso muchos de nosotros terminamos desechando su Palabra.

Los venezolanos saben en cuánto amaneció el dólar, pero los venezolanos no saben qué dice el salmo 34:4 y lo más triste es que Venezuela, supuestamente es un país cristiano.

Si desean escuchar canciones de verdad cristianas, visiten mi blog musical

https://misantosabado.blogspot.com/

Hermanos, hoy es un buen día para beber agua de la fuente de vida eterna, la fuente que informa con amor lo que fue creado por el amor, la fuente que no enferma a su prójimo.

Bendiciones



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Carlos Ruperto Fermín

Licenciado en Comunicación Social, mención Periodismo Impreso, LUZ. Ekologia.com.ve es su cibermedio ecológico en la Web.

 carlosfermin123@hotmail.com      @ecocidios

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